Estatua dedicada a José Zorrilla, en la plaza que lleva el nombre del poeta

Aprovechando que el Pisuerga pasa por la ciudad, acércate a la capital castellana: un destino que no defrauda porque tiene mucho de magia y algo de misterio

Los hechos históricos son incontables, lo que la convierte en lugar imprescindible para entender la historia de España

Valladolid engancha. No es la ciudad más monumental de Castilla y León, tampoco la que atesora el casco histórico más uniforme, pero a todo aquel que la visita, le sorprende. A nadie le defrauda porque tiene algo de magia y algo de misterio. Mágico es recorrer esas calles y plazas que registran incontables hechos históricos, mientras admiras sus elegantes palacios, su patrimonio en forma de monumentos, monasterios e iglesias que son una joya, te adentras en apasionantes museos, descansas en recoletos parques y jardines y sucumbes a su gastronomía y buen vino.

Te desvelamos en esta guía los misterios de esta ciudad que nació en 1074 cuando el rey Alfonso VI donó la Plaza Mayor al Conde Ansúrez. Aunque hay indicios de asentamientos humanos desde el Paleolítico Inferior y durante la etapa romana, no es hasta la Edad Media cuando comienza su historia oficial. A partir de entonces el crecimiento fue imparable, llegando a marcar la historia de España para siempre, en especial entre los siglos XVI y XVII.

Imagen nocturna de la iglesia de la Antigua con la torre de la catedral al fondo. Fotografía: Wellington Dos Santos.

Fue escenario de la boda clandestina de los Reyes Católicos, vio morir a Juan II de Castilla, a Cristóbal Colón y puede presumir, como pocas, de ser cuna y casa de reyes. Vio nacer a Felipe II, a Felipe IV y a la reina de Francia Ana de Austria. Capital del imperio español, testigo de los tejemanejes del primer gran especulador de la historia de España, el duque de Lerma; y hasta capital oficiosa por unos días del imperio francés en tiempos de Napoleón.

Y, por si fuera poco, Valladolid ha alumbrado a escritores de la talla de José Zorrilla, Miguel Delibes, Rosa Chacel, Francisco Umbral; de artistas como Lola Herrera o Concha Velasco; cuenta con la primera Semana Santa declarada en España de Interés Turístico Internacional, por sus solemnes y artísticas procesiones; es sede de la prestigiosa Semana Internacional de Cine (Seminci) y cada año, al llegar enero, invaden la ciudad unos Pingüinos de lo más moteros.

ÍNDICE DE CONTENIDOS:

15+1 Playa de las Moreras.

Edificios señoriales en Acera Recoletos de Valladolid.

Guía de Valladolid para no perderte los monumentos imprescindibles

A una hora en AVE desde Madrid, Valladolid está a tiro de piedra de ocho de las capitales de provincia de Castilla y León, de ahí que sea un buen punto de partida para adentrarse en la Comunidad más extensa de España. Cómoda para recorrer a pie o en bici un día es muy poco tiempo para visitar todos sus puntos de interés. Ideal para disfrutar de un completo fin de semana, recomendamos, al menos, hacer noche en la ciudad para vivir todas las experiencias que ofrece con más tranquilidad, sin olvidar el buen ambiente nocturno que impregna cada día las zonas de tapeo.

Las visitas teatralizadas son un excelente formato para visitar y aprender la historia de la ciudad.

Si es la primera vez que te acercas a Valladolid, lo mejor es que contrates una de las visitas guiadas y/o teatralizadas que ofrece el Ayuntamiento de la ciudad. La oferta es muy variada y todas ellas te permitirán palpar su esencia y explorar entre las mil y una leyendas. Todos los fines de semana y festivos, además, podrás recorrer los enclaves más emblemáticos de la ciudad a bordo de este bus de doble piso durante 50 minutos y por ocho euros.

Fachada de la iglesia de San Pablo, junto al Palacio de Pimentel. Fotografía: Wellington Dos Santos.

Curiosidades de Valladolid capital

Antes de comenzar la visita, te dejamos 10 curiosidades y datos históricos de Valladolid para ir abriendo boca:

  • Valladolid fue capital de España entre 1601 y 1606.
    • Los Reyes Católicos se casaron en secreto en Valladolid, concretamente en el Palacio de los Vivero, en 1469.
    • Cristóbal Colón pasó en Valladolid los últimos años de su vida hasta su muerte en 1506.
    • En Valladolid nacieron y fueron bautizados los reyes Felipe II (1527) y Felipe IV (1605).
    • Napoleón, en plena Guerra de la Independencia, permaneció en la ciudad 11 días; once días en los que Valladolid se convirtió en la capital oficiosa del Imperio Napoleónico (del 6 de enero al 17 de enero de 1809).
    • La ciudad vio nacer a escritores del renombre de José Zorrilla, Miguel Delibes o Rosa Chacel, entre otros.
    • Valladolid conserva la única casa de España de la que existe certeza absoluta de que fue habitada por Miguel de Cervantes.
    • Tiene la tercera universidad más antigua de España, por detrás de la Universidad de Palencia y la Universidad de Salamanca.
    • Puede presumir de tener la primera plaza mayor regular de España.
    • No tiene mar, pero sí playa en el río Pisuerga.

¿Qué ver y qué hacer en Valladolid en 48 horas?

Te contamos todo lo que necesitas saber para organizar tu escapada a Valladolid. Con esta lista que hemos elaborado, siguiendo el mismo itinerario que nosotros realizamos, conocerás los mejores lugares que ver en Valladolid en 48 horas. El circuito elegido es circular, empezando y terminando en la Plaza Zorrilla, por aquello de que está muy próxima a la estación de trenes que ya de por sí merece la pena visitar. ¿Iniciamos la ruta?

Academia de Caballería, ilustre edificio que destaca junto a la Plaza de Zorrilla.

Plaza Zorrilla

Emblemática, icónica, fotogénica, concurrida… Nuestro recorrido comienza en la céntrica Plaza de Zorrilla. Estamos en el corazón de una ciudad rendida al escritor y precisamente allí nos recibe impertérrito, sobre su pedestal, el ilustre José Zorrilla, ante el susurro de una gran fuente que los sábados regala al anochecer un espectáculo de luz y de sonido.

Estatua de José Zorrilla. Fotografía: Miriam Chacón.

Resulta una delicia pararse a contemplar, de día y de noche, los subir y bajar de los chorros de agua mientras se observa el imponente edificio que alberga la Academia de Caballería, un importante legado de la arquitectura neoplateresca de las primeras décadas del siglo XX, y te tomas una fotografía con el letrero vegetal de Valladolid.

Pero Zorrilla no es el único escritor que da la bienvenida a la plaza. Miguel Delibes ‘pasea’, como lo hiciera a lo largo de toda su vida, ante la entrada principal del Campo Grande. Es la antesala de una ciudad ligada de forma muy estrecha a la literatura española.

Los entornos verdes y saludables de la ciudad de Valladolid forman parte de una nueva ruta para los ciudadanos. En la imagen, la plaza de Zorrilla, con la estatua de Miguel Delibes en prime término
En primer término, estatua dedicada a Miguel Delibes, a la entrada del Campo Grande, junto a la plaza Zorrilla.

Y, ahora sí que sí. Tendrás que tomar una decisión. Una opción es dirigirte en paralelo al Campo Grande por el bulevar que forma la Acera de Recoletos, de pasado conventual, que atesora algunos de los edificios residenciales burgueses más bellos de Valladolid del siglo XIX y principios del XX, como la Casa Mantilla o la Casa del Príncipe, y que culmina en la monumental estatua de Cristóbal Colón.

Valladolid apuesta por la sostenibilidad y el respeto medioambiental
Campo Grande, Valladolid.

Campo Grande, el Central Park vallisoletano

Desanda tus pasos por la Acera de Recoletos y adéntrate, a través de la Puerta del Campo, en el parque insignia de Valladolid. El Campo Grande, ese oasis verde de más de 115.000 metros cuadrados de arboleda, representa el ‘Central Park’ vallisoletano. Camina por esos románticos paseos bajo la sombra de árboles que en muchos casos se plantaron a finales del siglo XIX. Dirígete hacia un estanque repleto de patos y verás una cascada y hasta una gruta decorada con estalactitas naturales. Indaga sobre quiénes representan esas esculturas diseminadas por todo el parque. Y, sobre todo, sorpréndete con el glugluteo y el colorido de los pavos reales y acompaña a las ardillas que corretean a sus anchas.

Plaza Mayor por la calle Santiago

Plaza Mayor de Valladolid
Terrazas en la Plaza Mayor de Valladolid.

Al salir del Campo Grande, de nuevo en la Plaza de Zorrilla, fíjate en qué dirección mira José Zorrilla y sigue tu marcha por la calle Santiago; la arteria comercial más clásica de Valladolid y la calle por excelencia para el paseo. Al fondo, te espera la primera Plaza Mayor regular de España, cerrada y con soportales, que sirvió de modelo para otras como la de Madrid, Salamanca y algunas de ciudades de Iberoamérica. El color rojo que impera en fachadas y pavimento es un guiño a la tonalidad que tuvo la plaza en el siglo XVI. En el centro, te aguarda el Conde Ansúrez, repoblador e impulsor de la ciudad con su característico pendón del reino de Castilla y el documento de la fundación de Valladolid.

Fachada típica y columnas en la Plaza Mayor.

La plaza está presidida por una Casa Consistorial que es considerada uno de los mejores ejemplos de la influencia de la École des Beaux-arts en España. En pie desde 1908, con sus dos torres y la del reloj. Detente para ver si encuentras en la fachada los impactos de bala producidos durante los primeros meses de la Guerra Civil. Y si tu visita coincide con un día laborable, no te pierdas la oportunidad de acercarte hasta la escalera imperial de mármol de su interior, antes de sucumbir a una de las mejores zonas de tapas y comida más suculentas de Valladolid.

Iglesia de San Benito y Museo Patio Herreriano

A buen seguro, en tu paseo por la Plaza Mayor, te habrá sorprendido la vista de la impresionante fachada-pórtico de una iglesia. Es la de San Benito, con sus dos enormes arcos flanqueados con gigantescos pilares octogonales. Su altura no es nada si se tiene en cuenta que nació con dos cuerpos más que tuvieron que ser desmontados en el siglo XIX por problemas de estabilidad. Antes de pasar al interior del templo, amplio y diáfano, observa el escudo del portón. Es el único tallado en piedra que se conserva en España con las armas de José Bonaparte.

Interior de la iglesia de San Benito.
El encuentro se celebra en el Patio Herreriano de Valladolid
Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo Español de Valladolid.

La iglesia forma parte del que fuera el monasterio más importante de la orden benedictina. Merece la pena recorrer toda la manzana. No en vano, en uno de los laterales se conserva, en su interior y bajo el suelo, los restos del antiguo Alcazarejo de 1390 y parte de la muralla primitiva de la ciudad. Y también, en uno de los claustros más hermosos, se asienta el Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo Español, junto con la capilla de los condes de Fuensaldaña.

Valladolid palaciego: Palacio Fabio Nelli

Es hora de recorrer el Valladolid palaciego. Las crónicas del Valladolid corte de España hablan de que la ciudad llegó a albergar 400 palacios en sus calles. Quizás exageraran, pero son muchos todavía los que se han salvado del destrozo urbanístico de los años 70 del siglo pasado. Nos detenemos en dos entrando por la calle San Ignacio.

El primero que nos encontramos es el Palacio del Marqués de Valverde, que data de 1503. Cuenta la leyenda que la infidelidad al marqués es el origen de esas dos figuras (hombre-amante y mujer-esposa) talladas en piedra que flanquean la ventana principal y que fueron construidas a modo de escarnio entre el vecindario.

Fachada del Palacio de Fabio Nelli.

En la esquina, se sitúa el Palacio de Fabio Nelli, levantado en el último cuarto del siglo XVI. Es uno de los edificios renacentistas más importantes de Valladolid y el más reputado de la arquitectura civil vallisoletana. Lo reconocerás por el color rosado de su fachada y sus dos torres. Accede al patio y no te pierdas el Museo de Valladolid, pero ¡cuidado! No se te ocurra sentarte en el sillón del diablo.

Plaza del Viejo Coso

A pocos pasos, un tanto escondido, se abre el secreto mejor guardado por los vallisoletanos: la Plaza del Viejo Coso. Se trata de una antigua plaza de toros octogonal, construida en 1833 en ladrillo rojo, y que ahora está rodeada de viviendas de dos pisos con balcones corridos. Eran los antiguos palcos, con capacidad para 8.000 personas. Es un rincón de paz y tranquilidad que sirvió de escenario privilegiado en la película ‘Voy a pasármelo bien’.

Plaza del Viejo Coso, el secreto mejor guardado de Valladolid.

Si sales a la Plaza de Santa Brígida te toparás con el palacio del Licenciado Butrón, sede del Archivo General de Castilla y León y que alojará la futura Casa Museo de Miguel Delibes.

Iglesia de San Pablo y la zona monumental

Impresionante detalle de la fachada de la iglesia de San Pablo.

A estas alturas estarás ya muy cerquita de la zona monumental más sobresaliente de la ciudad, reflejo del Valladolid capital de la Corte. Hablamos de la Plaza San Pablo. En 360º disfrutaras de la vista del Palacio Real, que fue habitado por los monarcas Carlos I, Felipe II, Felipe III, y también durante 11 días por Napoleón durante la Guerra de la Independencia. No pases por alto el señorial Palacio de Pimentel, cuna de Felipe II, con su famosa ventana plateresca de la esquina, la leyenda de la reja rota y su zaguán decorado con azulejos que narran doce episodios de la historia de la ciudad, incluso el gran incendio de 1561.

Iglesia de San Pablo, con el Palacio Pimentel, a la derecha, en una imagen realizada al atardecer.

Siendo espectaculares todos ellos, no hacen sombra a la imponente fachada gótica de la Iglesia de San Pablo, que dio bautizo a Felipe II y a Felipe IV. No es la catedral de Valladolid, pero bien podría serlo. Piérdete en ese retablo en piedra, desmenuza los detalles decorativos de su fachada y pórtico de estilo gótico isabelino y alza la vista hasta la parte superior de estilo plateresco, impulsada en 1600 por el duque de Lerma, así como sus dos torres de distinto grosor y el escudo de los Reyes Católicos sujeto por dos leones.

Museo Nacional de Escultura de Valladolid.

Colegio de San Gregorio / Museo Nacional de Escultura

Si la fachada de San Pablo te ha deslumbrado, espera a conocer la fachada del Colegio de San Gregorio, sede del Museo Nacional de Escultura (único en España). Fechado en 1498, representa el máximo esplendor del estilo gótico isabelino, con su crestería tallada en la piedra, su decoración de escamas, la bola isabelina y la flor de lis. Admira la fuente de la vida, el árbol de la sabiduría en cuya copa está el escudo de los reyes Católicos y esos dos personajes que simbolizan los maceros.

Al traspasar la puerta te encontrarás en primer lugar el Patio de la antigua Escuela de Teología, que llegó a acoger a más de 100 estudiantes de teología internos. Y un poco más allá ese claustro que se muestra como una auténtica joya de estilo hipanoflamenco. Pero tan sorprendente es el continente como el contenido, ya que es refugio de una extensa colección de madera policromada de las manos de grandes maestros como Alonso Berruguete, Juan de Juni o Gregorio Fernández, y varios de los pasos que procesionan durante la Semana Santa vallisoletana. Lo puedes visitar, por tres euros, de martes a sábado de 10 a 14 horas o de 16 a 19.30 horas, y domingos y festivos de 10 a 14 horas.

Casa-Museo Zorrilla

La visita a Valladolid no estaría completa sin conocer la casa que vio nacer el 21 de febrero de 1817 al escritor más vallisoletano: José Zorrilla. En esa morada alquilada pasó su infancia y a ella regresó en 1866. Recorrer todas las estancias de la casa es acercarse a la sociedad de mediados del siglo XIX de Valladolid, mientras descubres documentos, mobiliario, instrumentos musicales y recuerdos del poeta. Por haber está incluso el sillón donde, según cuenta la tradición, falleció el poeta, y la mascarilla mortuoria que años más tarde serviría para moldear la estatua de bronce que preside la Plaza de Zorrilla.

Jardines de la Casa-Museo Zorrilla.

Entre las estancias hay una muy especial: el dormitorio de huéspedes. Sabrás el por qué si realizas la visita. Y si no, pregúntaselo a la abuela Nicolasa, antes de dejarte embrujar por el ambiente romántico de su magnífico jardín, uno de los rincones más hermoso, y desconocido, de la ciudad. Puedes realizar la visita, de forma guiada y gratuita, durante todo el año; de martes a sábado, 10 a 14 y 17 a 20 horas; domingos y festivos, solo mañanas.

Iglesia de la Antigua, con parada en el Teatro Calderón

La iglesia de la Antigua, al atardecer.

Por la calle las Angustias nos vamos acercando al monumento más querido por los vallisoletanos: la Iglesia de la Antigua, pero antes detente en la fachada neoclásica del Teatro Calderón (el más importante de la ciudad) y pasea por sus soportales levantados en 1864 y que tantas estrellas recorren cuando llega la Semana Internacional de Cine de Valladolid (la Seminci).

Teatro Calderón de Valladolid.

Y ahora sí que sí. Llega la hora de descubrir esa iglesia tan fotogénica de la que presume la ciudad. Es una de las joyas del románico de Castilla y León, gracias a su esbelta torre-campanario, cubierta de forma piramidal con tejado en forma de escamas de más de 55 metros de altura, y a su pórtico norte, ambos del siglo XIII. Junto a su torre gemela de la iglesia de San Martín, constituye el único ejemplo medieval conservado completo en la ciudad. El resto del templo ya es de estilo gótico. La cruz de la plaza recuerda el lugar donde estaba un antiguo cementerio. Aunque cualquier ángulo es bueno para captar la iglesia, te recomendamos un punto en concreto. Cruza la calle y busca la escultura de los dos cofrades.

Catedral y Colegiata

Valladolid tiene hoy catedral, pero tuvo antes dos colegiatas. Las ruinas de la primera colegiata, que se sitúan tras la actual Catedral, son parte de las piedras más antiguas de Valladolid (finales del siglo XI) de estilo románico. De ella solo queda parte de la torre pórtico que daba acceso a un pequeño templo románico del que ya nada se conserva. Y llegó la segunda Colegiata en el siglo XIII. Del templo solo han llegado a nuestros días los muros perimetrales norte y oeste, además de la silueta de su planta: unos cipreses muestran dónde se situaban los pilares. Se pueden contemplar hoy porque la colosal catedral que proyectó Juan de Herrera quedó inconclusa por falta de fondos.

Catedral de Valladolid.

Exclusivamente queda en pie la torre sur, levantada en 1880, con un Corazón de Jesús en la cúspide. Hasta él, a 70 metros de altura, se puede subir, ¡en ascensor! Desde arriba, tendrás las mejores vistas de la ciudad. La visita recorre, por espacio de 45 minutos, los tres últimos tramos del interior de la torre y te descubre el mecanismo del primer reloj que tuvo la seo. 

Si el exterior de la catedral es sobrio, más aún lo es su interior. El mayor tesoro, además del retablo de Juan de Juni, ubicado en la capilla mayor, se guarda en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, con más de 200 obras de gran valor, entre ellas algunas de Gregorio Fernández, Juan de Juni, Gil de Siloe, Simón de Colonia…

Plaza de la Universidad

Plaza de la Universidad.

Frente a la estatua de Miguel de Cervantes se levanta la fachada de la Universidad, custodiada por columnas rematadas con leones y construida entre 1716 y 1718. No tiene pérdida. Es el edificio Barroco más destacado de la ciudad y, quizás, una de las construcciones más significativas del Barroco civil en España. Sube la vista hasta la última de las esculturas. Representa la Sabiduría. Sí esa mujer con un libro y una pluma que pisa la ignorancia. Vete descendiendo la mirada y te toparás con las alegorías de la Astrología, la Medicina, la Filosofía y la Historia. Más abajo, el Derecho Canónico y el Derecho Civil, y por último la Retórica y la Geometría. Si el edificio está abierto, ‘cuélate’ para contemplar la escalera de estilo imperial y los azulejos que cubren muchas de las paredes.

Plaza de Santa Cruz

Imagen de la Plaza de Santa Cruz.

Y de un edificio barroco a la primera construcción renacentista en España, o al menos que adoptó elementos renacentistas a su fachada. Llegamos al Palacio de Santa Cruz, terminado hacia 1491 para ser la residencia de universitarios con escasos recursos y suma capacidad intelectual. En el zaguán de acceso al patio del colegio se encuentra la entrada a la capilla, que luce un Cristo del maestro Gregorio Fernández, realizado hacia 1621. Tras admirar esta obra cumbre, pasamos al patio del colegio; un hermoso claustro de tres pisos alrededor del cual se sitúan varias dependencias de la Universidad de Valladolid. En uno de los lados, sorprende un curioso reloj, custodiado en una urna de cristal. Era el reloj que en 1855 coronaba una de las esquinas del edificio histórico de la Universidad. Antes de abandonar el edificio, busca la entrada a una sala muy especial. En ella se exhibe una importante colección de arte africano en terracota, perteneciente a la Fundación Alberto Jiménez-Arellano.

Pasaje Gutiérrez

Algo escondido a ojos de un turista, el Pasaje Gutiérrez sorprende nada más poner un pie en él. Este corredor comercial, cubierto al más puro estilo parisino, evoca como ningún otro rincón el Valladolid de la burguesía vallisoletana del siglo XIX. Mantiene la decoración con la que nació el 24 de septiembre de 1886.

Escultura ‘Mercurio volador’, en el interior del Pasaje Guitérrez.

En el centro, bajo una gran cúpula de cristal, se puede ver la escultura ‘Mercurio volador’; el dios romano que simboliza el éxito comercial. Y hablando de éxitos. Si quieres triunfar, disfruta de un café en ese bello y singular pasadizo. La vida bulle, de día y de noche.

Plaza España y Casa Cervantes

Interior del Museo-Casa Cervantes de Valladolid.

Una gran bola del mundo gira y gira en el centro de la Plaza España. Es su mayor reclamo de una plaza que se llena cada día, de lunes a sábado de 8 a 15 horas, de frutas, verduras y flores. Es el único mercado de alimentación al aire libre en Valladolid. Pero lo verdaderamente interesante está en la calle Miguel Íscar. Allí, tras un hermoso jardín, se conserva la única residencia documentada en la que vivió Miguel de Cervantes entre 1603 y 1606. Hasta Valladolid se desplazó el escritor, por aquel entonces recaudador de impuestos, siguiendo a la Corte de Felipe III. Sus paredes son testigos de cómo gestionó la publicación de la primera parte de su Quijote y redactó su prólogo, comenzó la segunda parte de su gran novela y escribió algunas de sus Novelas Ejemplares.

Hoy es el Museo-Casa Miguel de Cervantes y está compuesta por seis habitaciones que recrean el estilo de vida y las costumbres de la época, con mobiliario original del siglo XVII. Se puede visitar de martes a sábado, de 09.30 a 15.00 horas, y domingos y festivos, de 10.00 a 15.00 horas, por tres euros.

15+1 Playa de las Moreras

Imagen de la playa de las Moreras.

Con la visita a la Casa de Cervantes se cerraría el círculo de una ruta muy completa por Valladolid, pero no deberías, bajo ningún concepto, irte de la ciudad sin comprobar con tus propios ojos que Valladolid sí tiene playa. Y menuda playa fluvial de finísima arena blanca. Su afluencia nada tiene que ver con la que vivió en los años 50 y 60, pero no son pocos aún los vallisoletanos que pasean, juegan y toman allí el sol. Hasta chiringuito, tiene. Es la Pera Limonera. Y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, puedes surcarlo aguas abajo en el barco de la Leyenda del Pisuerga y comprobar con tus propios ojos como el río fue testigo de la primera inmersión de buceo que se realizó en 1602.

Vista aérea de la ciudad de Valladolid.

Otros rincones muy interesantes en Valladolid

Hemos tratado de sintetizar en 15 puntos los lugares imprescindibles que ver en tu primera escapada por Valladolid, pero una lista más detallada nos llevaría a la calle Santo Domingo de Guzmán (la más judía de la ciudad), al patio de las tabas en el Convento de Las Francesas o al Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, bastante inadvertido incluso para los vallisoletanos pese a tener los tres únicos cuadros de Goya visitables en Castilla y León y una escultura impresionante de Gregorio Fernández.

El centro de Valladolid es toda una lección de historia universal.

De iglesias va nutrida Valladolid. Las más relevantes son la Iglesia de las Angustias, la de la Vera Cruz, la de San Martín, la de el Salvador, con su inquietante osario, la de San Miguel y San Juan (la más antigua de la ciudad) y la de Santiago. Si sus exteriores no te dicen mucho, espera a entrar en ellas.

Qué comer y beber en Valladolid

Una vuelta por el centro histórico de Valladolid te habrá dejado ya muchas pistas sobre qué comer y qué beber en la ciudad. Te vamos a recomendar dos que sí o sí debes probar. La sopa castellana y, por supuesto, el lechazo asado. Probablemente el plato que mejor representa a la ciudad. Mesa y mantel, pero ir de pinchos y tapas es una religión. Por algo es la capital mundial de las tapas. Como también lo es ir de vinos. Valladolid es un gran viñedo, y de mucha calidad. Cinco Denominaciones de Origen aportan la materia prima necesaria para hacer grandes vinos de las D.O. de Rueda, D.O. de Ribera del Duero, D.O. de Toro, D.O. de Cigales y de la D.O. Vinos de la Tierra de Castilla y León.

Dónde comer en tu escapada a Valladolid

En Valladolid es fácil acertar porque la oferta es múltiple y muy variada. La zona de la Plaza Mayor es una apuesta segura, con los tradicionales Jero, la Criolla, los Zagales o Villa Paramesa. Si prefieres calidad y no te importa rascarte el bolsillo dirígete a la Parrilla de San Lorenzo. La gastronomía y la decoración no te defraudarán. Como tampoco lo hará, muy cerca de la catedral (otra zona de tapas), el Restaurante Trigo, con una estrella Michelin desde 2018, o la Cárcava.  ¡Ah! y no te olvides de dedicar un rato de descanso a esos cafés de Valladolid con aroma centenario.


Dónde dormir en tu estancia en Valladolid

Si quieres disfrutar de una estancia inolvidable en la ciudad y olvidarte del coche, la mejor opción es el centro. Te proponemos dos hoteles coquetos y con historia, o historias. El Hotel Mozart, ubicado en un edificio del siglo XVIII; el Hotel Zenit el Coloquio para una escapada romántica, junto a la Catedral.

Por Mar Peláez

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