Castrotorafe, el último ‘Fuerte Apache’ del lejano Oeste castellano

Fortificación medieval de Castrotorafe, en la provincia de Zamora

Naturaleza, patrimonio e historia se unen en la ‘antigua Zamora’, una fortificación del siglo XII que sorprende al viajero junto a la A-66

Aún nos queda una semana para que acabe oficialmente la época estival (23 de septiembre), pero no por ello vamos a perder nuestras ganas de viajar y visitar lugares que nos sorprenderán o, en su caso, podremos redescubrir. Son tantos los atractivos que atesora la Comunidad de Castilla y León que sería inagotable la relación de propuestas para disfrutar durante estos días o, ¿por qué no?, aprovechar el próximo puente del Pilar (12 de octubre). En todo caso, el otoño es también una época espléndida para el viaje y mantener cargadas las pilas.

Por eso, desde Viajar y Mucho Más os proponemos, para mantener cargadas las pilas, una primera escapada a una zona imprescindible en la historia de la provincia de Zamora, a tan solo 25 kilómetros de la capital: Castrotorafe, conocida también como la ‘antigua Zamora’, una fortificación medieval de carácter defensiva junto al embalse de Ricobayo y en plena Vía de la Plata. ¿Te animas? Comenzamos.

Zamora la vieja, una fortificación medieval junto al embalse de Ricobayo

Las ruinas de la antigua Zamora se ubican en el término municipal de San Cebrián de Castro, muy próximas al pueblo anexo de Fontanillas de Castro (sólo un kilómetro y medio por un camino en buen estado). El emplazamiento data del siglo XII y su perímetro cuadrado se extiende a lo largo y ancho de casi 5.000 metros cuadrados, con los restos de sus murallas, castillo y ermita.

Imagen del embalse de Ricobayo desde el interior de Castrotorafe.

Surgido a orillas del río Esla, pegado a lo que ahora es el embalse de Ricobayo, ha sido objeto de numerosas investigaciones arqueológicas (incluso de expertos internacionales) a lo largo de las últimas décadas, pero su estado de conservación es más bien ruinoso.

Aún así, el esqueleto de este recinto de carácter defensivo nos hace intuir la majestuosidad de una época de espadas y escudos y que en tiempos fue clave en el paso entre Castilla y Galicia. Su situación envidiable, en plena ruta de la Vía de la Plata y a orillas del embalse de Ricobayo, nos enseña la estratégica maestría con la que se erigían hace siglos fortalezas y villas militares. Pasear por dentro de los restos de sus murallas o, sencillamente, acercarse a contemplar el paisaje desde las rocas más próximas a la torre más alta del castillo es todo un espectáculo sensorial.

El último fuerte de la llanura castellana

Tanto es así que bien podríamos tirar del imaginario y situar en el interior de su amplio espacio aquellas escenas de la película ‘Fuerte Apache‘, dirigida por John Ford en 1948, con John Wayne y Henry Fonda como actores principales. Bien puede suponer el último fuerte de la llanura castellana, que lucha contra viento y expolio por mantener viva su rica historia y que sus vestigios de piedra vertical sean la muestra inexorable de que allí, a unos pocos kilómetros de la ciudad de Zamora, se levantó en su día un fuerte junto al río, junto al ‘Río Grande’, esa otra película inolvidable del género del western. Si te dejas llevar, siquiera un minuto, por la imaginación, en Castrotorafe verás entrar a caballo las huestes del general Custer o revivir esas escenas del lejano Oeste que tanto fruto permitió cultivar al séptimo arte.

Un grupo de peregrinos a caballo pasa cerca de Castrotorafe camino de Santiago de Compostela.

Sintonía entre la piedra, el agua, la tierra y el cielo

Pero volvamos a la época contemporánea. A la realidad de una fortificación histórica y singular.

Hubo un tiempo no tan lejano en el que los garbanzos más sabrosos de la zona se cosechaban en su interior. Aunque, ciertamente, lo peor ha sido el paulatino desmantelamiento, piedra a piedra, de sus murallas para, incluso, pavimentar alguna calle de la capital. Todo un despropósito que, por suerte, parece tener punto y final antes de que las ruinas terminaran por desaparecer de la faz de la tierra.

Las vistas desde las rocas aledañas al castillo de Castrotorafe son espléndidas.

Te recomendamos ir al amanecer o al atardecer. Son dos irrepetibles momentos para contemplar la sintonía de la piedra, la tierra, el agua y el cielo que, como una obra pictórica, convierten a Castrotorafe en una de las maravillas arquitectónicas de Castilla y León.

¿Cuál es la historia de su nacimiento y posterior uso?

Son varios los investigadores que radican en la zona un antiguo poblado romano, en concreto, la mansión Vico Aquario. Pero fue en el año 1129 cuando Alfonso VII de León y su mujer Berenguela de Barcelona concedieron el fuero de Zamora y delimitan su alfoz a la fortificación. Posteriormente, en 1176, la Orden de Santiago recibe Castrotorafe como donación real, configurándose en ese momento como villa, con una superficie de 10 hectáreas. Castrotorafe recuperó repentinamente el protagonismo estratégico durante la Guerra de Sucesión de Enrique IV, que enfrentó a los futuros Reyes Católicos con la princesa Juana y su esposo, Alfonso V, rey de Portugal.

El castillo de la fortificación fue construido por orden del infante Don Juan antes de 1319. Se realizó con un doble muro en escuadra, del que se conserva el frente sur, con tres torres, y el inicio del frente este con la puerta principal. La torre del ángulo era posiblemente la torre del homenaje y sólo se conserva una pared en la que se abre la puerta de ingreso.

Necesarias obras de conservación

Recientemente, la Diputación de Zamora y la Junta de Castilla y León anunciaron nuevas inversiones para su conservación. La inversión permitirá adecentar unas ruinas de enorme importancia histórica. Ya en el siglo XV se acometieron las obras de refuerzo del castillo, adaptando la vieja fortaleza del XIV al empleo de la artillería. Hasta mediados del siglo XVI el castillo debió encontrarse en relativas buenas condiciones e incluso, a principios del XVII se seguían haciendo reparaciones. Pero luego fue abandonado y quedó arruinado.

Hoy en día conserva restos de los lienzos de la muralla, construidos en mampostería pizarrosa y mortero, incluyendo el castillo y la ermita.
Lo mejor conservado es el castillo, de dos recintos con forma de trapecio irregular. De la iglesia parroquial sólo permanece en pie un muro de mampostería que sirve para indicar la situación del templo dentro del recinto amurallado.
El monumento es visitable, con acceso libre y actualmente es uno de los lugares más destacados de la provincia de Zamora tanto para los amantes de la arqueología como para viajeros y entusiasta de la naturaleza y la fotografía.

No te pierdas

Recorrer el interior de la fortaleza, pero no dejes de descender hacia el cauce del embalse y, desde ahí, podrás captar las mejores fotografías a unos 300 metros de distancia de la villa fortificada. No te extrañe tampoco si de repente divisas una manada de ciervos en las proximidades, o un grupo de buitres o águilas sobrevolando este paraje natural de inmenso valor.

Y si la capacidad del embalse desciende, acércate a contemplar las aceñas que surgen a muy poca distancia de Castrotorafe, en la dirección donde bajan las aguas.

Cómo llegar:

Desde la capital de Zamora toma la A-66 o Ruta de la Vía de la Plata y a unos 26 kilómetros en dirección a León verás la salida de Fontanillas de Castro. Sigue las indicaciones hacia el pueblo y en la última rotonda gira a la izquierda. Verás ya las ruinas y podrás dejar el vehículo a los pies de la fortaleza.

Otros lugares cercanos que merece la pena visitar:

  • Iglesia de la Inmaculada Concepción de Fontanillas de Castro. A kilómetro y medio de Castrotorafe, por un camino que forma parte del Camino de Santiago, emerge en mitad de la pequeña plaza del pueblo esta iglesia del siglo XVIII. Realizada en mampostería de una sola nave con cabecera plana, en su interior encontrarás un arco triunfal apuntado que se apoya sobre una línea de imposta biselada.
  • Puente e iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de San Cebrián de Castro, un templo de estilo renacentista de una sola nave, coronada con tres arcos que descansan en los tres pilares de mampostería, de piedra tallada y una torre cuadrada data de finales del siglo XIX.
  • La Encomienda y puente de la Estrella. El puente de la Estrella de 1869, también conocido simplemente como antiguo puente de la Estrella, fue un puente de carretera situado sobre el río Esla entre los municipios de Perilla de Castro y San Cebrián de Castro. El puente se cerró al tráfico en 1928 y quedó definitivamente sumergido en 1933 con la puesta en marcha del embalse de Ricobayo. En ese mismo año, se inauguró el puente de la Estrella de 1933, que lo suplió en denominación y usos al situarse a pocos metros aguas arriba.
  • A unos 10 kilómetros podrás encontrar el Monasterio de Moreruela, ubicado cerca del pueblo Granja de Moreruela. Se trata del primer monasterio del Císter, en el siglo XII. No te defraudará.
  • A poco más de 25 kilómetros puedes visitar las lagunas de Villafáfila, uno de los espacios más ansiados por los amantes de la ornitología y visitantes en general de España y de otras zonas del mundo.

Dónde comer:

En Villafáfila, te proponemos Mesón Las Lagunas (Tfno: 980 59 19 42). Prueba su queso zamorano, su espléndida cecina y el guiso de rabo de toro. Por supuesto, los vinos de la zona (D.O de Toro) son el perfecto maridaje para una excelente comida.

Otras opciones: ‘El Charil’, en San Cebrián de Castro; y ‘Restaurante Rosamari’, en Montamarta.

Rafa Monje

Rafa Monje

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