Muy cerca de Boñar, en Valdehuesa, se encuentra una de las mayores colecciones del mundo de animales salvajes naturalizados
Un viaje por los cinco continentes para disfrutar y conocer la fauna de todo el mundo
Existe un lugar, junto al embalse del Porma, muy cerca de Boñar, en la provincia de León, donde cada año llegan miles de visitantes para disfrutar de la fauna salvaje. Sí, has leído bien. Fauna salvaje. Allí se pueden contemplar más de 400 mamíferos de grandes dimensiones y otros 200 pequeños llegados de todos los continentes del mundo; un centenar de primates; cincuenta reptiles; 6.000 especies diferentes de insectos y más de 2.000 aves.

Este ‘safari’, creado por el doctor Romero Nieto entre los pueblos de Valdehuesa y Rucayo, nace fruto de los más de 50 años viajando por lo rincones más inhóspitos del mundo y de la inquietud de este médico por mostrar tanto la colección de animales naturalizados como los distintos objetos y obras de arte relacionadas con la naturaleza adquiridas a lo largo de todo este tiempo, con el objetivo de que la sociedad pudiera disfrutar como él, de la naturaleza.
Viaje por los cinco continentes
A través de una veintena de salas, el visitante podrá pasear por los cinco continentes que componen la Tierra y contemplar las especies que en ellos habitan. Nada más entrar en el Museo, lo primero que se va a encontrar es una espantada de cabras montesas perseguidas por lobos y un oso, escenario en el que comparten espacio el jabalí, el corzo y los rebecos de todas las montañas de Europa, así como mamíferos de pequeño tamaño. También una magnífica exposición de aves.
Una vez dentro, comienza el viaje y arranca en Europa. Bajo el título ‘El viejo mundo’, se pueden observar ambientes de montaña o de dehesa con carnívoros como los osos, o lobos, principales depredadores salvajes de Europa. También rebecos, cabras montesas, íbices y Tur del Cáucaso; también dos muflones como el del Atlas o Arrui y el de Córcega, Cerdeña y Chipre, especies bajo un estricto control poblacional para evitar el sobrepastoreo y consiguiente degradación de los paisajes vegetales. La sala se completa con otras especies como el águila calzada, la corneja, las grajillas, el azor, los mochuelos, el cárabo, el búho chico, el turón, el armiño, el murciélago, el lirón careto y los buitres. Llaman la atención dos ejemplares de corzo y un jabalí prácticamente albinos.

China India
Visitar el Museo de la Fauna Salvaje de Valdehuesa es trasladarse también a la India y a China. En unas de sus salas ‘habita’ un oso panda rodeado de bambús, su alimento principal; un takin dorado, único, y que conserva la misma morfología desde el pleistoceno; un ciervo sambar, alimento principal del tigre de Bengala, un leopardo y un elefante asiáticos, este último con esos dos grandes bultos en la cabeza y con lunares en las orejas, típico de esta especie; también una babirusa, una impresionante especie de cerdo muy curioso al que le crecen increíbles dientes que, prácticamente llegan a cubrir toda su cara.
Oceanía y Asia
Canguros, walabi, un demonio de Tasmania, un ornitorrinco, un emu y un casuario transportan al visitante hasta la lejana Oceanía. Y de ahí, el viajero dará el salto a Asia que deja ver la gran importancia que tiene ese continente con cuatro salas, a través de las cuales descubrirá rumiantes de muy curioso aspecto, como el ciervo ratón, llamado así por ser el más pequeño del mundo; el ciervo rojo de China, armado con colmillos pero desprovisto de cuernos; un oso de Kamchatka y un oso de collar del Tíbet, que comparten espacio con un búfalo asiático de agua, con una hembra récord mundial de astas súper desarrolladas, o un yak, un mamífero bóvido nativo de las montañas de Asia central y el Himalaya. Merece la pena fijarse en los dos orangutanes de Borneo y Sumatra, verdaderos predecesores homínidos.

Tigres de Bengala y siberianos, un antílope negro de la India, un panda rojo, un faisán venerado, ave llamativa dotada de una larguísima cola, y el pequeño oso malayo, completan el recorrido por Asia, junto con dos grandes bóvidos: el Gaur, de la familia del Mithan, y el Banteng, pariente de la vaca de Bali. Podrá observar, también, primates asiáticos como el Gibón y el Siamang, dos Hylobátidos de largos y fuertes brazos que utilizan para desplazarse colgados de las ramas, y que dan idea de las preadaptaciones morfológicas previas a la postura bípeda que adquirieron los primates al modificar su esqueleto de las caderas. Finaliza el viaje asiático con una completa representación de especies del Himalaya, el Pamir, los montes Altai y el Cáucaso, en la que comparten escenario la pantera negra, los Ibex, los Markhores, los Argalis del Alto Atai, el Marco Polo y el Karganda, la cabra Bezoar y los carneros de la antigua Persia.
América
Pumas, linces, bisontes y osos negros dan la bienvenida a América, continente que ocupa cinco salas, una de ellas dedicada a Alaska y la difícil existencia allí de animales, en la que se pueden observar osos blancos o cabras de las Rocosas, especialmente llamativas por su tupido pelo blanco que durante el invierno se densifica y les confiere un aspecto de cuadrúpedos ataviados con pantalones. En la Región Ártica podrá contemplar osos polares, morsas y focas, así como un lobo ártico, mientras que en Norteamérica podrá descubrir al oso más grande que puede llegar a pesar mil kilos. Ya en Suramérica, serán los pumas, jaguar, perezosos, armadillos o el carpincho o capibara, un roedor gigante, los que ‘pueblen’ esta sala.

África
El último continente del Museo es África. A través de cinco salas el visitante tendrá la oportunidad de adentrarse en una sabana y conocer chacales, un lince caracal, antílopes Dik-Dik o un rinoceronte negro; transitar por el desierto entre una gacela Dama, un varano del Nilo o un zorro Feneco y caminar por una selva entre gorilas, un Duiker de lomo amarillo, un bongo, un Sitatunga de floresta, un búfalo enano o un Hilochero. Este gran continente termina con el poderoso elefante africano y una jirafa que impresiona por sus seis metros de altura, con un búfalo cafre, un rinoceronte blanco, hipopótamos, monos Patas, un cercopiteco de nariz blanca, un colobo y un chimpancé.

El Museo de la Fauna Salvaje se completa con espacios dedicados a anatomía científica para conocer aún más a los animales, con una sala para descubrir también la fauna ibérica y otra que alberga más de 10.000 insectos.
Cuenta, además, con un parque zoológico de 30 hectáreas donde el visitante, subido en coches todoterreno descapotable, podrá ver animales en semilibertad.
Datos de interés
Tarifas: 12 euros (de 14 a 65 años). Precios: 7,5 euros para grupos de más de 25 personas; 8 euros para niños de 6 a 14 años. 5 euros parque zoológico.
Horario de verano: Abierto todos los días, excepto los lunes, de 11 a 19:30 horas. Agosto abierto todos los días.
Para visitar el Museo no es necesaria reserva previa, mientras que el Parque Zoológico depende de la climatología y es necesario reservar el día antes en el 987 735 381.
Dónde comer: el museo cuenta con cafetería-restaurante.

Por María Jesús Melgar