Formas imposibles, entre acantilados o hasta en mitad de Castilla y León, ¿quién lo diría?

Algunas playas aparecen y desaparecen, otras tienen formas imposibles, hay algunas que se encajan entre acantilados, que se crean en un día, están en mitad de Castilla y León, o las confundirías con una piscina. Son las playas más raras que el portal Escapada Rural ha encontrado en España. Pero, ¿estas playas existen? Pues, sí… Echa un vistazo a continuación:

1. Gulpiyuri y Cubijeru, las playas que desaparecen

Como un truco de magia: una horas hay playa y otras no. Ocurre en las playas de Gulpiyuri (en Naves) y Cubijeru (en Buelna), en Asturias. Entre una y otra hay 25 km de distancia.

Entre el mar y estas playas se dispone un bloque de roca como una muralla defensiva. Por un conducto secreto penetra el mar impulsado por las mareas.

2. La playa de las Catedrales, arquitectura natural

Cómo tienen que ser los acantilados y las bóvedas que ha formado la naturaleza en esta playa para ponerle el nombre popular de «catedrales». Por su altura, además, góticas: algunos acantilados superan los 30 m de altura.

La playa se llama de augas santas. Pero nadie la conoce por ese nombre. La playa de las Catedrales está en A Devesa (Lugo), entre las poblaciones de Foz y Ribadeo. Muy cerca de la frontera con Asturias.

La visita a «las catedrales» se hace en bajamar. Los colores de las grietas y galerías cambian en función de la hora, casi como las vidrieras.

El agua, el sol, el viento: menudo arquitecto.

3. El Caribe gallego

Tiene un nombre de isla de leyenda griega, Rodas, y una estampa de Caribe. Pero está en Galicia, en las preciosas Islas Cíes (Pontevedra). Es la playa de Rodas, la misma que The Guardian declaró la mejor playa del mundo en 2007. En la encuesta del diario 20 minutos fue declarada mejor playa de España durante tres años. Sólo se puede llegar en barco.

4. Parece una piscina. Pero no

Es verdad: Cala Macarelleta era hace unos años un secreto mejor guardado que ahora. Pero sigue siendo un lugar maravilloso, uno de los imprescindibles de Menorca. La playa de la Macarelleta mide apenas 20×40 m y, sin embargo, tan poco basta para tanto. Su entorno: el Àrea Natural d’Especial Interès de la Costa Sur de Ciutadella.

5. La playa para windsurfistas que se crea cada día

¿Por qué es rara la playa de Sotavento de Fuerteventura? Porque parece hecha a propósito para aprender windsurf. Aunque la zona de playa mide cerca de 9 km, lo más curioso se concentra en un espacio reducido: una línea de arena con la que se crea una laguna natural, durante el día, a medida que sube la marea. Perfecta para iniciarse en windsurf o kiteboarding. Ni aposta.

6. Una playa entre acantilados

En Mallorca no hay ríos: se llaman «torrentes». El torrent de Pareis, en el término de Escorca que se integra en la sierra de Tramuntana (Patrimonio de la Humanidad), está declarado Monumento Natural. En su desembocadura aparece una playa rara y hermosa entre acantilados.

Puedes llegar en barco desde el puerto de Sóller, tras una excursión difícil o en coche. Pensarás que bien, que en coche: pues tienes una carretera conocida como «Sa Calobra». Una carretera que culebrea con curvas de 80 grados e incluso una de 360º: el famoso Nudo de la corbata. Pastillas contra el mareo y precaución.

Entendednos: queremos que lleguéis, pero el acceso es difícil. Las playas raras y hermosas tienen un precio.

7. La «calita» de Burgos

Una cala en Covarena, provincia de Burgos. ¿De qué me estáis hablando? Pues de una poza de agua cristalina en Castilla y León. Se conoce como el Pozo Azul y es un manantial que vierte su caudal al río Rudrón. Pero es más que una descripción: el Pozo Azul es una de las perlas del espeleobuceo español.

El pozo se adentra bajo la montaña. Se han explorado 13 kilómetros de túnel submarino. En la última exploración, el equipo Cave Diving Group pasó cuatro días.

La calita actúa como las sirenas: su irresistible encanto se ha cobrado algunas vidas de experimentados espeleobuzos. No es necesario ponerse tremendos: podéis daros un buen chapuzón sin necesidad de explorar las tripas sumergidas de la montaña. El Pozo Azul es una rareza exquisita. Y helada.

8. La playa casi inaccesible

El cielo tenía un precio: 90 minutos a pie hasta llegar a la playa de cala Escorxada, en el sur de Menorca. Por capacidad física, por actitud o por disponibilidad, llegar hasta aquí es un reto.

El recorrido empieza en el aparcamiento de cala Mitjana (id temprano) por el famoso Camí de Cavalls. Antes de llegar a cala Escorxada, en dos tramos de unos 40 min cada uno, se pasa por la playa de Trebaluger y por cala Fustam.

Es una playa casi virginal y despoblada. «¿Esto existía?», pensaréis.

9. Atlantis, la playa trascendente

Vaya nombre, ¿eh? Atlantis está en Ibiza pero no suele aparecer en los mapas turísticos, no hay señales que seguir con ese nombre, se tarda en encontrar el barranco arenoso que da acceso al lugar y requiere cierto esfuerzo físico. Pero merece la pena.

Este lugar es rarísimo. Fue una cantera de marés, conocida oficialmente como Sa Pedrera. Los hippies de la isla la convirtieron en un rincón legendario, entre rocas y pozas. Hay altares, figuras de dioses hindúes y budas tallados en la roca. Muy cerca está Es Vedrà, una zona preciosa a la que se le atribuyen «energías».

10. El Charco Verde frente al Atlántico

En Lanzarote está el Charco de los Clicos (en la imagen principal), un escenario que parece sacado de otro planeta: el lago verde de la laguna, la arena negra volcánica y el azul intenso del océano Atlántico. Casi nada.

El color del Charco de los Clicos es causa de las algas ruppia marítima. El nombre, «clico», se refería a un crustáceo único de esta laguna. Se extinguieron en el s. XIX.

11. El capricho de las rocas

Los geoparques son espacios increíbles. De verdad. Las piedras tienen más valor del que solemos otorgarles. En esta ocasión nos llama la atención desde el punto de vista estético el Geoparque de la Costa Vasca. En concreto, la playa de Sakoneta, en la localidad de Deva, es especialmente rara. Y atractiva.

Sakoneta está en el límite occidental del Geoparque de la Costa Vasca, en la ruta del flysch. Han sido las olas que pacientemente han conformado esta playa imposible. Os recomendamos también otras playas del área del Geoparque, como la de Itzurun, en Zumaia.

¿Conocéis alguna playa más?

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