Carnavales los Cucurumachos, en Navalosa, provincia de Ávila Navalosa,

La Comunidad desempolva, tras la ‘burlona’ pandemia, una tradición que cuenta con tres fiestas de Interés Turístico Nacional

Sonríe, aparca la rutina… ha llegado la hora de la sátira y del humor, de las máscaras y de los disfraces, de las comparsas y los concursos. Se acerca el Carnaval, el momento del año en que nada es lo que aparenta. Por delante, cinco días de cierta permisividad y descontrol, donde los mayores regresan a la infancia y los niños se convierten en sus personajes preferidos. ¿Los límites? Hasta donde llegue la imaginación.

Aunque Castilla y León no es Tenerife, ni Cádiz, ni Venecia, ni Río de Janeiro, ni falta que hace, se prepara para desempolvar, tras dos años de ‘burlona’ pandemia, una tradición pagana que precede a la Cuaresma y que en algunos puntos de la geografía castellana y leonesa se remonta a las culturas prerromanas.

Centenarios, pintorescos e incluso durante largas décadas prohibidos, son un auténtico tesoro etnográfico. Y si no que se lo pregunten a las cinco localidades de la Comunidad que pueden presumir de contar con unos carnavales protegidos. En tres de ellas –Cebreros (Ávila), La Bañeza (León) y Ciudad Rodrigo (Salamanca)- sus carnavalescas fiestas tienen el marchamo de Interés Turístico Nacional. En dos -Aguilar de Campoo (Palencia) y Toro (Zamora)- lo son de interés regional, marchamo al que justamente acaban de sumarse las celebraciones del Carnaval, Cucurrumacho y Domingo Gordo, de Navalosa, en Ávila. ¿Por qué será?

Los Cucurrumchos, en el Carnaval de Navalosa, Ávila. Fotografías: Ical.

Pero, al margen de esas fiestas con ‘marca’, ninguna ciudad, y raro es el pueblo, da la espalda a esta celebración singular, cargada de historia y de alegría contagiosa. Y si queréis ‘contagiaros’ de la guasa de personajes burlones y grotescos no olvidéis que prácticamente la totalidad de Castilla y León se disfraza. No falta un baile, ni un pasacalles.

¿Quieres saber cuáles son los carnavales más espectaculares de Castilla y León?

Carnaval de Cebreros (Ávila)

Carnaval de Cebreros en una imagen de archivo.

Los de 2022 serán muy especiales para la localidad sureña de Cebreros (Ávila). Serán los primeros carnavales que, tras el obligado parón por la pandemia, festeje con el marchamo de Fiesta de Interés Nacional, por lo que la transformación del pueblo está asegurada. Tal es la pasión por esta fiesta de sus habitantes que ni siquiera en los años 50 del pasado siglo, las autoridades lograron suspender la celebración.

El Carnaval de Cebreros se celebra con amigos o familiares. Todos juntos desfilan en el típico pasacalles, escuchan el pregón y la traca inicial, bailan el ‘Rondón’ y desfilan junto a carrozas, elaboradas por los vecinos, y comparsas los dos domingos de Carnaval. Y es que en Cebreros la fiesta se prolonga más allá del entierro de la sardina.

Carnaval del Toro en Ciudad Rodrigo (Salamanca)

Imagen del Carnaval de Ciudad Rodrigo en 2020, antes de la pandemia.
El Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo es uno de los festejos más antiguos de España.

El carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo es único. No solo porque es uno de los festejos más antiguos de España hay documentación de la época de los Reyes Católicos-, sino porque reúne en una misma celebración dos tradiciones: la taurina y la carnavalesca. La localidad salmantina se transforma para presenciar encierros y desencierros, capeas, recortes goyescos, novilladas con o sin picadores…

Uno de los momentos más álgidos de esta fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional y una de las más conocidas de Castilla y León, es el encierro a caballo, donde expertos caballistas y garrochistas conducen desde las dehesas vecinas a los toros bravos hasta las talanqueras colocadas en la Plaza Mayor, o la suelta a primera hora de la mañana del martes de Carnaval del Toro del Aguardiente, tras repartir entre los asistentes aguardiente y perronillas.

Y por si fuera poca la fiesta, pregones, disfraces, desfiles, charangas y peñas ponen su parte en el programa para que la ciudad se transforme durante estos días en fiesta taurina y bulliciosa, en medio de una extraordinaria animación callejera mirobrigenses y forasteros.

Carnaval de La Bañeza (León)

Imagen de archivo del Carnaval de La Bañeza, en León.

A diferencia de otros puntos de Castilla y León, en la Bañeza no hay concurso de disfraces con premios o con compensaciones económicas, el premio es participar en esta fiesta declarada de Interés Turístico Nacional desde 2011, que recibe el nombre de fiestas de invierno, antruejo o ‘correr el carnaval’, por aquello de las carreras apresuradas de enmascarados burlando la prohibición de los carnavales impuesta durante la dictadura.

El arraigo de sus gentes a esta fiesta, que hunde sus raíces en el año 1675, se respira a cada paso en esta localidad leonesa, con carrozas, charangas y desfiles que ‘disfrazan’ la ciudad y la llenan cada hora de alegría y de bullicio. Hasta tienen a su propia Musa, un vía crucis muy particular, carreras, noche bruja, un baile vermú, una cena de exaltación y todo ellos antes de enterrar a su sardina. Qué no te lo cuenten, vívelo.

‘Carnaval de la Galleta’ en Aguilar de Campoo (Palencia)

Imagen del Carnaval de La Gallega, en Aguilar de Campoo, Palencia.

¿Qué tiene que ver una galleta con un carnaval? Solo en la ciudad galletera de Aguilar de Campoo se entiende la relación. Lo más llamativo de esta fiesta de Interés Turístico Regional desde 2018 es ver las galletas disfrazadas -María, Creme y Tostada de Gullón- que los vecinos instalan en balcones y faroles y que resultan la delicia de cualquier instantánea.

Hay más de ocho concursos de disfraces con premios para los disfraces más originales, con las categorías de los más diversas. No solo se disfrazan sus habitantes, también los bares y muy especialmente las mascotas. Sofisticadas carrozas, chirigotas, pasacalles, batucadas… pero si hay otra gran diferencia simbólica respecto a otros carnavales es la forma de finalizar el carnaval. En lugar del entierro de la sardina lo que se entierra en Aguilar es la galleta.

Carnaval de Toro (Zamora)

Carnaval de Toro, Zamora.

El carnaval de Toro es uno de los acontecimientos populares más importantes de Castilla y León, y también de los más antiguos. Un escrito enviado en 1590 por las madres clarisas al Ayuntamiento ya avisaba de que la algarabía fuera de los muros del convento les impedía rezar.

Los toresanos han luchado por mantener esa tradición hasta nuestros días, con la confección cada año de originales disfraces y máscaras, la preparación de parodias, charangas y desfiles, así como el ensayo de las coplas con las que las murgas repasan la actualidad. No falta ni una gota de ironía. Y cómo no esas ‘bodas de carnaval’ que emulan los antiguos enlaces de labradores y que se ha convertido en uno de los actos centrales de las fiestas. Tras la ceremonia, novios e invitados ataviados a la antigua usanza desfilan por las calles hasta la plaza de toros, en la que tiene lugar el baile nupcial. Bodas de adultos. Bodas de niños.

Carnavales sin título

Al margen de estas fiestas con ‘marca’, existen innumerables destinos de Castilla y León con carnavales singulares, cargados de historia y tradición. Se convierten en auténticas joyas costumbristas en medio de la España Vaciada.

Como, por ejemplo, las que se viven en el valle del Alberche de Ávila, con los Harramachos, una recreación ancestral de la lucha entre el bien y el mal que se celebra en Navalacruz. No lo hacen solos. Junto a ellos también salen a desfilar la vaquilla, el vaquero, el alguacil y el alcalde. O los Machurreros, en Pedro Bernardo, con su traje militar, máscara de madera, pañuelo negro a la cabeza y repleto de cencerros, y una vara de mimbre. Tampoco faltarán los Cucurrumachos en Navalosa, ataviados con un mono de ‘manta pinguera’, confeccionado en los telares del pueblo, y la cara cubierta con una tosca máscara de madera, recubierta de crines de caballo, huesos, cuernos y pieles de animales.

En la zona leonesa de Velilla de la Reina se celebra uno de los celebraciones más arcaicas y llenas de singularidad: «El Antruejo», que comienza con «la cachiporrada», donde los mozos aporrean las puertas de los vecinos con cachiporras de mimbre, y continúa con «la siembra de la cernada», donde dos jóvenes ataviados con pellejos y uncidos bajo un yugo son guiados por otro, vestido de mujer, mientras un labriego siembra las calles con cernada. La fiesta concluye alrededor de una hoguera durante toda la noche.

Presentación de las actividades del Carnaval en Valladolid. A la derecha, la concejala de Cultura y Turismo de la ciudad, Ana Redondo.

Las capitales de provincia tampoco quieren perderse estas fiestas, como es el caso de Valladolid, donde están programadas más de 50 actividades -entre talleres, música y teatro- para público de todas las edades. Además de los tradiciones concurso de disfraces de niños y mayores, se suma como novedad un ‘Lorencito carnavalero’ en la Cúpula del Milenio, con batallas de bandas locales.

En León, además, de cabalgatas, actividades culturales, conciertos, actividades deportivas y bailes, el plato fuerte será el 1 de marzo cuando desfilaran los antruejos leoneses. Participarán Antruido de Riaño, Antruejos de Velilla de la Reina, Jurrus y Castrones de Alija del Infantado, Antruejos de Cimanes del Téjar, Antruejos de Carrizo de la Ribera, Alcoba de la Ribera, Quintanilla de Yuso, Las Burras de Tremor de Arriba, Antruejos de La Cuesta, Carnaval Tradicional de Pozos de Cabrera y Zafarrones de Riello. El 2 de marzo tendrá lugar el entierro de la sardina con la participación de los Zafarrones de Riello. Obispo, monaguillo y fiscal, banda de música fúnebre y cortejo ciudadano de luto, con plañideras, acompañarán al cadáver de la sardina hasta su trágico final: la hoguera.

Por Mar Peláez

viajarymuchomas.com