Las mascaradas ya son Bien de Interés Cultural en Castilla y León

Constituyen un conjunto excepcional y diverso de manifestaciones y rituales festivos

Las mascaradas de Castilla y León ya son Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. Este proceso, iniciado en 2021, ha concluido con la declaración por parte de la Junta de Castilla y León este pasado 9 de marzo.

Las Mascaradas en Castilla y León constituyen un conjunto excepcional, diverso y complejo de manifestaciones y rituales festivos que se celebran en pequeñas comunidades rurales en varias provincias de la Comunidad, en las que la máscara es el elemento central e identificador de un personaje ritual que interviene en las distintas escenificaciones o representaciones de carácter teatral, interactuando con otros personajes, con los convecinos y con los espectadores que asisten a la festividad.

El marco temporal de celebración de la mayor parte de estas festividades era originariamente la época invernal, pero en algunos casos su propia evolución natural ha dado lugar a un cambio de fechas, por lo que se incorporan en este reconocimiento cultural las festividades de mascaradas que, con rasgos comunes y características propias, se celebran en los siguientes momentos: Mascaradas de invierno, Mascaradas de Carnaval, Mascaradas de La Pascua de Resurrección, Mascaradas de la festividad del Corpus Christi, Mascaradas vinculadas con festividades de la Virgen y Santos así como otras mascaradas de fecha variable vinculadas a distintos rituales.

El ámbito espacial de celebración de las mascaradas en cada localidad, son las plazas y las calles a través de las que se realizan los recorridos y representaciones, dando lugar en algunos casos a la entrada de los personajes en los templos parroquiales o ermitas.

Declaración BIC

La transmisión oral, la identidad de los miembros de la colectividad, las acciones que se representan, los personajes que intervienen, la indumentaria y objetos utilizados, la música, los sonidos, el espacio en el que se desarrollan, el marco temporal, el protagonismo de la comunidad, la diversidad de símbolos y significados, la pervivencia a lo largo de la historia y la vitalidad actual, constituyen una relación sintética de los contenidos de estas celebraciones y rituales festivos, que conforman el objeto de esta declaración.

El papel de las mascaradas en la cohesión e identidad de la colectividad, el contenido simbólico y la complejidad de significados de estas manifestaciones festivas, su continuidad histórica y vinculación con la elaboración de mitos y ritos, la diversidad de expresiones creativas, desde las representaciones callejeras hasta la elaboración y mantenimiento de máscaras y trajes, la transmisión de músicas, danzas, la creación de personajes, son las condiciones y características que determinan la importancia y relevancia de estas celebraciones. Pero sobre todo es la participación y cooperación en la organización y mantenimiento de estos rituales festivos por parte de los vecinos de estos pequeños núcleos rurales, los que han conseguido la pervivencia, vitalidad y carácter dinámico de estas festividades, su recuperación y su salvaguarda.

Cada mascarada tiene sus propias características y distintos grados de arraigo y reconocimiento en cada una de las localidades y en su conjunto constituyen manifestaciones culturales vivas, representativas de la identidad de diversos colectivos vinculados a poblaciones rurales, con un importante contenido simbólico e integradas por un conjunto de acciones que potencia la cohesión social y muestra la riqueza creativa transmitida a lo largo del tiempo.

Las mascaradas han evolucionado a lo largo del tiempo y continúan evolucionando sin perder su esencia, adaptando los rituales festivos a los actuales modos de vida, en función de la propia estructura y organización social, recoge la Junta de Castilla y León.

El reconocimiento de la Unesco a los rituales

Una vez conocida la declaración de las mascaradas de Castilla y León como BIC, la provincia de Zamora se celebra el logro y el reconocimiento al valor de estos rituales. En los últimos años, las mascaradas han adquirido un papel protagonista dentro de las manifestaciones culturales en la provincia, y las asociaciones se han multiplicado hasta las 18 actuales, que pretenden que esta declaración de BIC sea solo el primer paso hacia un reconocimiento superior, el de la Unesco a las mascaradas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Así, Zamora se enfrenta ahora a la decisión sobre el futuro de esa candidatura, debiendo determinar si acude con una propuesta de la provincia o de Castilla y León o si, por el contrario, se suma a los rituales de Trás-os-Montes, muy vinculados a ambos lados de la Raya desde distintos puntos de vista.