El Ayuntamiento asturiano presenta el autobús turístico que estará aparcado en la Acera de Recoletos de la capital pucelana hasta el 9 de mayo para mostrar la “ciencia de vivir bien” de sus gentes

Gijón es Cantábrico, es playa, es montaña, es patrimonio, es historia, es sidra, es gastronomía… y también una forma de vivir. Y los gijoneses y gijonesas han elevado a ciencia esa forma de “ser, de vivir y de sentir” Gijón. Es la ‘Gijonomía’ y, cuidado, porque resulta “contagiosa”.

Para ‘contagiar’ esa ciencia, un autobús turístico ha aparcado en Valladolid y ahí seguirá hasta el 9 de mayo en la Acera de Recoletos para descubrir a los vallisoletanos los secretos de esta ciudad marinera del norte de España, con sorteos de productos de merchandising, viajes y juegos incluidos.

Los responsables de Turismo de Gijón junto a la concejala de Cultura y Turismo de Valladolid, Ana Redondo, en la Acera Recoletos de la ciudad pucelana.

El acto de presentación de hoy, al que ha asistido el concejal de Turismo de Gijón, Santos Tejón, y el director de Turismo, Daniel Martínez Junquera, acompañados por la concejala de Turismo de Valladolid, Ana Redondo, ha sido el “estreno” de un autobús que recorrerá buena parte de España como cara visible de la campaña de promoción turística, lanzada por la Concejalía de Turismo de Gijón, que lleva por título ‘Gijonomía’ y como eslogan ‘Vivir bien tiene su ciencia’.  

Con esta campaña, Gijón trata de explicarle al mundo, de una manera original y divertida, esas particularidades que distinguen a esa ciudad asturiana del resto; diferencias que no son otras que “su gente”, ha precisado Martínez Junquera, quien ha remarcado que son sus vecinos precisamente “el aspecto más y mejor valorado por los turistas que se acercan a Gijón”.

“Somos alegres, generosos, recios, simpáticos, muy acogedores… y grandones”, ha señalado, mientras sacaba a relucir palabras de esa ‘enciclopedia’ gijonesa que tanto sorprenden a los foráneos cuando escuchan ‘prestar, cutu, chiscar o refalfiu’ en boca de un gijonés, al que “le gusta la exageración”. Ejemplos hay cientos, como cuando utilizan los aumentativos de “El Molinón, las letronas’ o, por el contrario, de diminutivos como el ‘Kilometrín’ para referirse al mayor parque de la ciudad y, como no, de ese ‘culín’ de sidra que es de todo menos ‘culín’. Y es que, como ha afirmado Martínez Junquera, en “Gijón todo es grandón”.

Para “poner en valor a las personas”, el Ayuntamiento ha elaborado un completo Tratado de Gijonomía, a modo de estudio antropológico y antológico de sus rincones, pero sobre todo de sus costumbres y de sus vecinos “en versión original”, ya que son sus propios habitantes quienes, a través de su vida cotidiana, muestran los encantos de su forma de ser.

No hace falta más que ver el vídeo promocional en el que un “grupín” de personas desde hace 40 años, desafiando al cutu (frío) de un mar que no supera los 10 grados en invierno, se sumerge a las 8 de la mañana por la escalera 2, la ‘rampina’, en la playa de San Lorenzo. Maru, a sus 76 años, es el vivo ejemplo de que “todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un subidón que no veas”. Es su “mejor farmacia” y repite el ritual todos los días con una vitalidad y alegría que contagia.

Con este ejemplo se visibiliza el primero de los principios científicos o leyes que forman el Tratado de Gijonomía, el de ‘Arquímedes’, aunque reinterpretado. Para descubrir el resto de secretos que guarda el tratado habrá que esperar.

Aquí os dejamos un adelanto: ‘Todo cuerpo permanecerá en reposo a no ser por fuerza mayor’ o ‘El agua el es principio de todo, ¿o no?

Por Mar Peláez