Por. Bruno L.


El enoturismo en un tipo de turismo enfocado en las zonas de producción vinícolas. Está íntimamente relacionado con el turismo gastronómico, pero también con el turismo cultural y la naturaleza.

Se trata de una alternativa que en países como Francia, Italia o Estados Unidos se ha convertido en una industria impresionante. El vino es parte esencial, es la palanca para realizar rutas en territorios por descubrir. España empieza a explotar este tipo de alternativa turística. Aún con cierta timidez, pero bodegas y administraciones prevén un crecimiento exponencial. La potente y creciente atracción de los consumidores hacia la nueva gastronomía, la valoración muy positiva de la evolución de nuestros caldos en todos los territorios y el apego el medio natural propician un espacio de negocio decisivo para el medio rural, tan expuesto a la despoblación.

En el caso de la vecina Castilla y León, una región llena de contrastes, muy diferente entre sí de un punto a otro, se han configurado siete Rutas del Vino. La mayor parte de estas rutas son muy accesibles desde Galicia. Y se erigen como una alternativa para el verano, ahora que la uva se redondea y crece en las viñas a pocas semanas de la vendimia.

Las siete rutas en Castilla y León son la del Bierzo, Arribes, Arlanza, Cigales, Ribera del Duero, Rueda y Sierra de Francia.