El enoturismo va más allá de una visita a un bodega concreta

Esta tipología turística requiere competitividad y ofertas de ocio que vayan más allá de la visita a una bodega concreta

La oferta turística de España se basa principalmente en el sol y playa, pero existen otros productos que cada vez despiertan un mayor interés entre los viajeros, como el enoturismo. Según datos de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), antes de la pandemia eran más de 3 millones los visitantes a las bodegas. En la Feria Internacional del Turismo (FINE), que se ha celebrado esta semana su cuarta edición en Valladolid, se ha debatido sobre ¿cómo ir de la playa a la bodega?

En opinión de Chelo Miñana, profesora de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), para consolidar el enoturismo como un producto de referencia, como sucede con el sol y playa, es importante pensar en el territorio en su conjunto, más que en la visita a una bodega en concreto.

“El secreto para hacernos visibles es hablar de destino y trabajar para tener un destino, como el sol y playa”. Aunque ha reconocido que hay playas muy populares y hay viajeros que se desplazan con el objetivo concreto de disfrutar de ellas, lo más habitual es que quien viaja a la costa opte por un determinado lugar, más que por una playa. «El enoturismo es un trabajo en equipo y, aunque cada uno trabaje en su casa, hay que hablar de destinos y trabajar para tener un destino«, ha advertido.

Valladolid ha acogido la cuarta edición de FINE.

Ana López-Cano, responsable de Marketing y Comunicación de la bodega Juvé & Camps, ha defendido también el trabajo conjunto en el sector como un factor de relevancia para generar destino. Las expectativas de los visitantes no se cumplirán si no hay otras opciones alrededor, «por mucho que tengas una bodega o un negocio que sea maravilloso», ha comentado.

FINE ha acogido, entre otras actividades, la mesa redonda titulada «¿Cómo ir de la playa a la bodega?», moderada por Santiago Rivas, del Colectivo Decantado, con la participación de Elena Pilo, directora de Enoturismo y Relaciones Públicas de Bodegas Franco-Españolas; Antonio Martínez, gerente de proyecto en Centro Integral del vino de Ronda; Ana López-Cano, responsable de Marketing y Comunicación de la bodega Juvé & Camps, y Chelo Miñana, profesora de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

“El enoturismo es una tipología turística minoritaria y no podemos competir con el sol y playa, pero sí podemos mejorar la competitividad y mejorar la oferta”, ha señalado Elena Pilo, directora de Enoturismo y Relaciones Públicas de Bodegas Franco-Españolas.

Antonio Martínez, gerente de proyecto en el Centro Integral del Vino de Ronda –integrada en la Ruta del Vino de Ronda y Málaga-, insistió en que esta modalidad de ocio no implica solo la vista a una bodega y destacó que es esencial que el viajero vaya a disfrutar y pasarlo bien al destino.

Acercar el mundo del vino

Chelo Miñana ha indicado que cuando se visita una bodega, no todo el mundo entiende de vinos y no todos quieren que, durante una hora y media, se les explique la historia del establecimiento, pero buscan este producto porque quieren disfrutar de esta alternativa de ocio. Así, ha establecido una diferencia entre el denominado winelover, que realmente tiene interés en la bodega que va a visitar, y un turista, que lo que desea es disfrutar.

También ha expuesto que cuando se visitan los grandes centros de enoturismo del mundo, como Napa ValleyBurdeos o la Toscana, que son territorios donde la gente va a disfrutar del destino, además del vino. Son ocio puro, y dentro de ese ocio cada uno busca su categoría, igual que en los restaurantes”.

“Para acercar el mundo del vino al consumidor final hay que ponerlo fácil. Mucha gente que va a visitar una bodega reconoce que no entiende de vino, pero no tiene que entenderlo, tiene que disfrutar”, ha comentado Ana López-Cano.

Estrategia para llegar al cliente

Pero, ¿qué estrategia seguir para hacer llegar el enoturismo? En una provincia con tantos recursos como Málaga, que dispone de golf, sol y playa o una rica gastronomía, cuando se comenzó a hacer vino de calidad en el área de Ronda, se unieron las bodegas para el desarrollo del producto, según ha subrayado Antonio Martínez, y se apostó mucho por la formación.

La gastronomía es muy importante para el desarrollo del enoturismo y desde la ruta -que reúne a cinco bodegas-, se ha trabajado con los hosteleros, dándoles cursos para que conozcan los vinos. “Esa unión ha proyectado la zona hacia la Costa del Sol, hacia Málaga, éramos uno de los lugares con más turistas extranjeros, pero ahora hay también van muchos locales”, recoge la plataforma Hosteltur.

La representante de bodegas franco-españolas ha abogado por ofrecer experiencias más diversas y no ser repetitivos, porque con frecuencia»hacemos lo mismo todos».

Además, se puede hablar del vino sin necesidad de hablar de los procesos. En el caso de su compañía, por ejemplo, se han impulsado iniciativas como amenizar la visita con un certamen de microteatro en las propias bodegas.

«Hay que poner en valor a la actividad enoturística porque es una herramienta de comunicación y posicionamiento de marca esencial. Hoy ya tiene peso en las cuentas de resultados. Además, somos acelerador tecnológico de las bodegas. La comercialización turística ha requerido incorporar sistemas de reservas», ha agregado Elena Pilo.

viajarymuchomas.com