
Un producto que llegó a España a principios del siglo XVI y que desde 1995 tiene marcado el 13 de septiembre como fecha de su celebración internacional
En forma de bombón, en onzas, en barra, a la taza o como cobertura de una tarta… con leche, blanco, negro. Son pocas las personas capaces de decir no a la llamada de ese ‘alimento de los dioses’ que es el chocolate y que llegó a España, para quedarse, a principios del siglo XVI.
Aunque fue Cristóbal Colón, en 1502, el primer extranjero que probó el cacao, según la Organización Internacional del Cacao (ICCO), cuenta la historia que cuando Hernán Cortés desembarcó en la costa de México, en 1519, los aztecas le agasajaron ofreciéndole «tchocolatl». Su sabor, pero sobre todo su valor nutritivo, ‘conquistó’ al conquistador español y los religiosos que le acompañaban introdujeron esa bebida, ya endulzada y caliente, en España.

El chocolate caliente se convirtió en un éxito entre la realeza francesa en el siglo XVII gracias a María Teresa de Austria (esposa del rey Sol Luis XIV). Desde entonces, esa dulce tentación engancha a nuestro paladar y despierta nuestro cerebro. De hecho, no son pocos los estudios que lo relacionan como una de las tres actividades que más endorfinas generan en el cerebro, y las otras dos son viajar y amar.
Tal es su gusto por el chocolate, que hasta tiene desde 1995 su propio Día Internacional (el 13 de septiembre), como un guiño a la fecha en que nació el escritor Roald Dahl, autor de la obra ‘Charlie y la fábrica de chocolate’. Pero esta fecha también contó con el apoyo de los Estados Unidos, y todo por una casualidad de lo más cremosa, dado que ese mismo día también nació Milton S. Hershey, el fundador y dueño de la Compañía de Chocolates Hershey.

Y ¿qué mejor forma de celebrar tan goloso día que desayunando una buena taza de chocolate caliente? Si es con churros, mejor todavía.
¿Dónde están las mejores chocolaterías de Castilla y León?
La oferta es amplia, pero en Viajar y Mucho Más os proponemos una ruta por las chocolaterías más emblemáticas de las nueve capitales de provincia de Castilla y León (aunque para gustos…). Nueve ideas (o alguna más) para celebrar tan apetecible día. Y, de postre, nos pasaremos por un museo.

Churrería Alameda, en Ávila
Lleva desde 1984 deleitando a los abulenses con sus exquisitos churros y porras, mojados en un igual de rico chocolate. Continúa utilizando las mismas materias primas que antaño lo hicieran las anteriores generaciones de la familia. Situada en la zona sur de Ávila en un local de los de toda la vida. Quizás una de las churrerías más antiguas de la ciudad. La puedes encontrar en la Plaza Rollo, 25.
Confitería Alonso de Linaje, en Burgos

Hay pocos desayunos que superen a los churros con chocolate, y eso lo saben en la Confitería Alonso de Linaje, en Burgos. Merece la pena hacer una pausa en el recorrido por la ciudad y detenerse en la Plaza Mayor para probar su chocolate, ya sea en el interior de la confitería o en la terraza. Se trata de un clásico de siempre. Una de las pastelerías con más tradición de Burgos. ‘Ah, y no te resistas a probar un chevalier; ese delicioso bocado de nata que a todo burgalés le recuerda a su infancia.
El Valenciano, en León

Situado en un lugar muy estratégico, a la entrada del casco antiguo, se encuentra la cafetería el Valenciano. Lo mejor de este agradable establecimiento es que tanto el chocolate como los churros están elaborados con productos de máxima calidad y prescindiendo de cualquier aditivo. Su propietario actual mantiene la receta de churros heredada por su padre y solo utiliza cacao, leche y pastillas de chocolate belga. Si te gusta el chocolate, lánzate a otras de sus especialidades, el chocolate con leche condensada. Lo puedes encontrar en la Plaza Santo Domingo.
Churrerías Los Jardinillos y El Salón, en Palencia

Los Jardinillos y El Salón ‘compiten’ en Palencia por ser considerados las churrerías más emblemáticas de la ciudad. La primera opción lleva alimentando de chocolate y churros a los palentinos desde 1928. Abierto desde las 6.00 de la mañana en la avenida Simón Nieto. En el Parque del Salón encontramos otra churrería, la del Salón, que te permite disfrutar de ese manjar también en su terraza. Y no puedes perderte, a muy pocos kilómetros de Palencia, el puesto de Chocolate La Trapa, en la autovía A-62, km. 90 Dueñas.
Churrería Salamanca

Desde hace más de 50 años, la churrería Salamanca acompaña a los salmantinos cada mañana, desde muy temprano. En la calle Ávila número 40, ofrece desde las seis de la mañana, todos los días de la semana, churros y porras para mojar en el chocolate. Elaborados artesanalmente. Abren hasta las 11.00 horas (12.00 horas los domingos). Con la pandemia se ha tenido que adecuar a las circunstancias y ahora ofrece también la posibilidad de realizar los pedidos a domicilio o para recoger en el establecimiento, reparto a hostelería y grandes chocolatadas.
Churrería Marmel y churrería Santamera, en Segovia

Da la casualidad que dos de las churrerías más conocidas de Segovia se encuentran en la misma vía: calle Zorrilla. Son Marmel y Santamera. Casi medio siglo de actividad lleva la Churrería Marmel elaborando churros sirviéndolos con un rico chocolate. Silvia y Azucena regentan el negocio desde que se jubilaran, hace una década, los padres de la primera.
Y, por otra parte, el apellido Santamera es sinónimo en Segovia de una saga de artesanos churreros. El abuelo de Rodrigo, Mariano, comenzó como churrero en Madrid y fue él quien abrió la churrería en la calle Zorrilla. En su página web dejan claro a qué se dedican. Carta: chocolate con churros o porras. ¿Especialidades? Chocolate, churros y porras.
Mantequería York, en Soria

Los churros con chocolate de Mantequerías York son el desayuno más popular de Soria. Fundada por Victorino Martínez en 1951, mantiene viva la historia de la ciudad. No solo podrás pedir uno de los mejores chocolates de Soria, sino dejarte llevar por esos productos tan deliciosos como son las torrijas, unos sanjuaneros o sus famosas tostadas con mermelada artesana y, como no podía ser de otra manera, con mantequilla de Soria (con Denominación de Origen). En la Plaza Mariano Granados, 3.
El Castillo y El Erchus, en Valladolid


Es, con más de medio siglo de vida, la chocolatería más histórica de Valladolid y, quizás, la más conocida por los vecinos y visitantes que llegan a la ciudad. El Castillo ofrece un delicioso oro negro en compañía de unos crujientes y dorados churros. Su olor a varios metros de distancia delata su presencia en la céntrica calle Montero Calvo. Otro clásico, ideal para arrancar la mañana y despedir la noche, es El Erchus, en la calle Penitencia (cerca de la Avenida de Palencia). ¿Quién no ha acabado una noche de fiesta con su sabroso chocolate con churros?
Churrería Lorenzo o Churrería Malu, en Zamora

Una opción para tomar fuerzas, tras visitar la ciudad de Zamora, es la Churrería Lorenzo, en la Plaza del Mercado. Es toda una institución desde inicios del pasado siglo. Ideal para desayunar o para merendar. El personal, además, es muy agradable, y el precio, muy razonable. Pero, antes de abandonar la plaza, otra buena idea es acercarse a la Churrería Chocolatería Malu. Fue seleccionada en 2019 entre las diez mejores establecimientos de España para disfrutar de un desayuno o una merienda tradicional de la cultura española.
Museo del Chocolate de Astorga


Son nueve propuestas para ‘comerse’ el Día Internacional del Chocolate, a la taza, en tableta… Pero si aún no te has saciado, el Museo del Chocolate de Astorga, en León, cuenta con una colección museística única en España. Es un recorrido por la historia de la industria chocolatera de la ciudad desde el siglo XVII hasta la actualidad.
Abrió sus puertas en 1994, siendo así el primero de su clase en hacerlo en el país. ¿Su artífice? José Luis López, un comerciante que por pura curiosidad fue reuniendo piezas y exponiéndolas en un pequeño local alquilado. Tal fue el número de visitas que este dulce museo se convirtió en el más visitado de la ciudad.
Merece la pena una visita a este museo, no solo por la tradición chocolatera que ha mantenido esta localidad leonesa a lo largo de los siglos, sino por la excelente calidad de su producto, sin edulcorar con sabores o químicos elaborados.
Horarios:
De martes a sábado de 10:30 a 14:00 h. y 16:30 a 19:00 h.
Domingos y festivos de 10:30 a 14:00 h.

Por Mar Peláez