Trabajador de la palma en la finca Rio Nilo, Colombia

El ecologde Rionilo, en Mahates, constituye un paisaje agroecológico que integra el cultivo de palma de aceite con el ecoturismo

Más allá de las murallas de Cartagena de Indias existe una oferta turística que ofrece al visitante la oportunidad de sumergirse en un ecosistema que aúna agricultura, biodiversidad e implicación social con la comunidad

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Un visitante fotografía el lago cercano al ecologde Rionilo. Fotografía: Miriam Chacón.

Por MIRIAM CHACÓN

Enclavado en Mahates, en el corazón de los Montes de María (Colombia), el agroturismo Rionilo nació con el propósito de encontrar una alternativa legal para dinamizar económicamente la región y recuperar el tejido social mediante la potenciación de los activos medioambientales de la zona y la promoción de un sistema de cultivo sostenible de la palma en esta zona que se vio fuertemente castigada por el conflicto armado.

Para el gerente y propietario de la finca, Alejandro Espitia, es fundamental “que todo el mundo tenga su plato de comida, sus prestaciones y salud para que no vuelva la violencia. Eso es lo que nos ha hecho pensar en el ecoturismo como fuente de ingresos. Generar el máximo de empleo digno que podamos es lo único que va a evitar que se vuelva a dañar esta región”, subraya.

Traslado de los racimos de palma recolectados en la finca Rionilo. Fotografía: M. Chacón.
Alexi, palmicultor en la finca Rionilo, sostiene su herramienta de corte. Fotografía: M. Chacón.

Con ese objetivo “identificamos el potencial de la finca por su biodiversidad y la cultura de la zona para atraer al turismo. Creamos el plan de la palma, para explicar todo el proceso de cultivo y corte y de otros cultivos, como el vivero de teca, la siembra de plátano, la avicultura…. Todo ha sido en base a generar las experiencias que ofrece el entorno y sus gentes”.

El gerente y propietario del agroturismo Rionilo, Alejandro Espitia, junto a su  esposa Adriana, frente a las instalaciones.

Esta iniciativa pionera sigue siendo única por el momento. Ante este hecho, Espitia señala que “uno solo no cambia un destino, hay que correr la voz de que la provincia es bonita, que vengan y conozcan’.

Palmicultura y biodiversidad

A tan solo hora y media de distancia de la Heroica, el viajero inicia su experiencia inmerso en una exuberante plantación de palma de aceite  de más de 150 hectáreas que ofrece empleo directo a más de 50 trabajadores de la zona. El cultivo se desarrolla de forma sostenible, mediante el uso eficiente del agua y la prevención de la contaminación ambiental con el uso justificado de agroquímicos, en armonía con el ambiente.  

El director de Planeación Sectorial y Desarrollo Sostenible de Fedepalma, Andrés Felipe García, afirma que “la palma produce aceite, por supuesto, pero también produce una riqueza biológica que no se conoce, ya que el agro sistema palmero se integra con otros sistemas productivos y enriquece la biodiversidad”. Una biodiversidad que se palpa en la humedad del ambiente que se respira a los pies de las palmas, bajo las que es posible encontrar algún fruto perdido de su racimo sobre las hojas que tapizan el suelo para proteger la tierra.

Racimo de palma recién cortado. Fotografía: M. Chacón.

Según el administrador de Rio Nilo, Edgar Manuel, después de escuchar las explicaciones y ver en primera persona las medidas implementadas en la plantación, el visitante cambia su concepto sobre este estigmatizado producto. Edgar, que vive junto a su familia en la finca, se dedica al cultivo, mientras que su mujer y sus suegros forman parte del personal que atiende a los turistas. Y, por ello, no oculta su orgullo y agradecimiento por la oportunidad que le ha brindado el agroturismo.

Para García, esta comunión entre cultura agrícola sostenible y ecoturismo, como generador de riqueza para el agricultor y su entorno, hacen de esta finca un ejemplo a seguir con la finalidad de generar otras alternativas a la palma. No en vano, “Rio Nilo es el centro desde el que irradiar toda la cultura de los Montes de María”.

Palenqueras de San Basilio antes de preparar dulce de coco para los visitantes. Fotografía: M. Chacón.

Experiencias para los cinco sentidos

El sabor caribeño de una degustación de frutas y productos típicos elaborados por las mujeres de los alrededores da la bienvenida en el quiosco del alojamiento. Con una magnífica vista de la piscina y al abrigo de esta construcción típica que resguarda del calor, el visitante toma fuerzas para iniciar su recorrido.

El avistamiento de aves constituye una de las actividades estrella de Rionilo. Bajo la supervisión de un guía especializado es posible ver de cerca alguna de las más de 140 especies, muchas de ellas endémicas, que sobrevuelan este paraíso de flora y fauna en el que también se dan cita animales terrestres como caimanes, monos aulladores, perezosos o capibaras.

El director de Planeación Sectorial y Desarrollo Sostenible de Fedepalma, Andrés Felipe García, durante el recorrido de avistamiento de aves. Fotografía: M. Chacón
Más de 140 especies de aves se contabilizan en Rionilo. Fotografía: Ecolodge Río Nilo.

Tras dejar atrás el humedal y bajo el cobijo del frondoso bosque conocido como La Roblera también es posible observar las labores de recolección de los racimos de palma y su traslado mediante bueyes. Los trabajadores están acostumbrados a las visitas y desarrollan su actividad ajenos a las miradas curiosas de los turistas, que después del parón de la pandemia han vuelto a recorrer los senderos de la finca.

La finca Rionilo emplea bueyes de carga, además de tractores para el traslado de los racimos de palma. Fotografía: M. Chacón.

La palma constituye el cultivo principal, pero en Rio Nilo también crece cacao, teca y plátano. Esto también forma parte del conjunto de experiencias, ya que el propio viajero puede cortar y cocinar posteriormente el conocido como ‘patacón’, un plato a base de plátano macho frito. Junto a los rieles de transporte de esta fruta se encuentra el arroyo Toro, donde se puede practicar la pesca recreativa y disfrutar de un agradable baño.

Edgar Manuel Vitola, administrador de la finca Rionilo. Fotografía: M.Chacón.

De vuelta al hotel el espacio invita a la relajación. Las instalaciones, que cuentan con cuatro habitaciones, cumplen con los parámetros de sostenibilidad ambiental y eficiencia enérgica sin olvidarse del diseño y la confortabilidad.

La hora del almuerzo se convierte en una nueva vivencia. Las palenqueras animan al personal a cocinar junto a ellas dulce de coco en una gran sartén al fuego entre canciones y sones africanos, pero no son las únicas protagonistas femeninas del

del elenco gastronómico de Rio Nilo. La asociación de Mujeres de San Cayetano provee al agroturismo con un menú de más de 40 recetas elaboradas a base de ñame, un tubérculo de apariencia similar a la yuca.

Instalaciones del ecolodge Rionilo. Fotografía: E.R.N.

Después del festín nada mejor que descansar en una hamaca de San Jacinto o dar un paseo hasta el quiosco que parece flotar sobre las aguas del lago cercano al hotel, donde la frase que pronunció con una sonrisa Edgar Manuel se convierte en el mejor resumen de la jornada: “El que viene no quiere irse de Rio Nilo’.

Historia, ritmo y color

Este turismo sensorial se complementa con excursiones a localidades vecinas  cargadas de historia y cultura. Buen ejemplo de ello es San Basilio de Palenque, el primer pueblo libre de América, fundado por cimarrones que escaparon de la esclavitud en época colonial  y declarado Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO; o San Jacinto, paraíso de la artesanía, famoso por la elaboración de hamacas y cuna de los ganadores de un premio Grammy: los ‘Gaiteros de San Jacinto’.

Instalaciones de palma de Marialabaja. Fotografía: M. Chacón.
Extracción de aceite de palma. Fotografía: M. Chacón.

El camino de la palma

Los frutos de la cosecha de Rio Nilo se manufacturan a escasos 35 kilómetros de distancia en la planta extractora de aceite de Palma de Marialabaja. Con una capacidad de producción de 30 toneladas de fruta de palma por hora y un cómputo de 33.500 toneladas de aceite anuales constituye la principal empresa agroindustrial de la zona de los Montes de María.

 “Lo he visto muchas veces, pero me sigue emocionando”, comenta Juana Ramírez, una de las cooperativistas de la planta, mientras observa el vapor que expulsan los vagones donde se cuece el fruto de la palma. El aceite resultante tras este proceso de extracción se conoce por su uso alimentario, pero tendrá otras muchas aplicaciones. 

«LA PALMA ES UN PRODUCTO VERSÁTIL QUE SE EMPLEA EN LA FABRICACIÓN DE DETERGENTES, COSMÉTICA, JABONES O LA PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES»

Mónica Cuéllar, química y encargada del Área de Desarrollo de Negocios de Fedepalma, destaca la versatilidad de la palma para su empleo en la fabricación de detergentes, cosmética, jabones o la producción de biocombustibles: “La estabilidad que crea la estructura del aceite de palma permite su formulación sólida o líquida al contrario que otros aceites vegetales”.

Para Cuéllar, el aceite de palma colombiano (Colombia es el cuarto país productor a escala mundial) se distingue del resto por las prácticas de sostenibilidad implementadas en el uso del suelo y el gasto hídrico de los cultivos aunadas a la generación de empleo y acciones que generen mayor calidad de vida en la comunidad.

Empleadas de la fábrica sostienen una muestra de jabón de manos. Fotografía: M. Chacón

Exportación a más de una veintena de países

La empresa Hada Internacional destaca en una de estas aplicaciones: fabricar jabón sin olvidar la sostenibilidad medioambiental y el compromiso social. Desde su sede central, ubicada en Barranquilla, proveen a más de 23 países de América, Europa y Asia.

Roberto Gutiérrez, gerente administrativo de la empresa, observa como las trabajadoras embalan unos familiares paquetes amarillos. “ Hacemos toda la gama de productos de Heno de Pravia y desde la planta de México también manufacturamos perfumería, es nuestro tercer cliente en volumen de negocio”.

Una transacción que va más allá de las cifras, porque reconoce que “Puig nos enseñó mucho de la técnica para hacer jabón de tocador. Son nuestros maestros desde hace 40 años, es una relación larga de muchísimo respeto mutuo porque con ellos hemos crecido”. Gutiérrez, ante el comentario de lo bien que huele en toda la factoría, argumenta que el empleo de aceite de palma significa una producción más limpia, inodora, sostenible y menos costosa que con el uso de cebo animal.

viajarymuchomas.com