Recorremos la espectacular comarca leonesa a bordo del Ford Explorer ST Line 3.0 457CV PHEV A10 AWD, un vehículo grandioso en todos los sentidos
Tierra recia, enclavada entre las riberas leonesas y el vitalista Bierzo. Tierra de arrieros, transportistas impenitentes antaño. Tierra siempre vigilada de cerca por el padre Teleno (2.188 metros) o Mars Tilenus (Tilenus, para las primigenias tribus astures que poblaban estas tierras, y Marte para los romanos que las invadieron). Vertebrada por el Camino de Santiago, nos adentramos por la Maragatería de la mejor manera posible, con el Ford Explorer ST LINE 3.0 457CV PHEV A10 AWD. O, lo que es lo mismo, con el SUV superlativo de lujo, grandioso en todos los sentidos.

Arrieros somos y en el camino nos encontraremos… aquel antiguo dicho de los arrieros maragatos, que nos habla de la reciprocidad, como advertencia de que no neguemos auxilio porque quizás, la próxima vez, seamos nosotros quienes lo necesitemos, nos ha empujado a adentrarnos en la Maragatería leonesa. Tierras y caminos que recorremos con este Ford Explorer. Un vehículo grande, en todos los sentidos. Espacioso y cómodo. ¿Te imaginas cómo recorrían los caminos, siglos atrás, aquellos arrieros? Sus orígenes se remontan al reinado de Ordoño I, cuando comienza a repoblar el Reino de León, en el siglo IX, tras expulsar a los árabes invasores.
Los arrieros entran en acción con la misión de transportar alimentos y todo lo necesario. Originarios de la Maragatería, sus carromatos y mulos transportan pescado en salazón desde Galicia a Castilla, donde se cambiaba por embutidos y matanzas, en peregrinaje inverso, hacia el Norte. Aprovechaban las vías de comunicación que habían ejecutado los romanos siglos atrás. De Astorga a Lugo. Bajada hacia el sur por la Vía de la Plata. O camino a Madrid (la vieja relación del arriero maragato con Galicia y Madrid propició que una parte de los mejores pescaderos de la villa y corte procedieron de estas tierras), por la Calzada Real. Honrados, fieles y cumplidores, los arrieros defendían con su vida las cargas. Hasta que llegó su declive, con la irrupción del ferrocarril.

Un vehículo que mola
¿Cómo decírtelo coloquialmente hablando? El Explorer mola. Te diviertes conduciéndolo. Y, en viajes largos, más confortable, casi imposible. Externamente, en un primer momento, quizás te pueda apabullar. Son más de 5 metros. Sí, 5 metros. Y de ancho, 2, sin contar los espejos. Y algo más de 2,5 toneladas. Aunque es ágil y divertido de conducir en las carreteras estrechas y viradas de la Maragatería. Con soltura. Y, en autovía, basta pisar un poco el acelerador para que ponga de manifiesto su brío, su esencia, su gran potencia. Y sacarle el máximo partido a su cambio automático de 10 relaciones. Eso sí, el consumo del 3.0 V6 EcoBoost de doble turbo y 357 CV se dispara tras agotar los poco más de 40 kilómetros de autonomía del motor eléctrico de 100 CV, que puedes recargar en 5 horas. Podemos lograr un consumo medio por debajo de los 10 litros a los 100, que subirían a 12 si practicamos una conducción deportiva.

El Ford Explorer nos acerca, en una primera parada, a Astorga. La Asturica Augusta romana. Adalid también de la lucha contra el invasor francés en la Guerra de la Independencia, Napoleón Bonaparte, de cuyo fallecimiento se acaban de cumplir 200 años. Ciudad de curas, donde Gaudí dejó su impronta creativa en el Palacio Episcopal, hoy Museo de los Caminos. Un Palacio Episcopal, aunque no el mismo, que aloja a Napoleón el 31 de diciembre de 1808. Momentos históricos aquéllos en los que Astorga fue epicentro de las guerras napoleónicas, que anualmente se recrean. Primero, con la retirada de los ejércitos inglés y español. Luego, la batalla de Castrillo de los Polvazares (en la imagen principal, el Ford Explorer en una calle de la localidad). O los dos sitios a que fue sometida Astorga.

De Astorga, el flamante Ford Explorer nos acerca a uno de los pueblos más bellos de España, Castrillo de los Polvazares, declarado Conjunto Histórico-Artístico de alto valor monumental en 1980. Calles empedradas. Fachadas de piedra de las típicas casas de arriero, con su patio interior, galerías abiertas, retejadas con pizarra. Enmarcadas en portadas con dintel y jalonadas de históricos blasones. Piedra y madera. E historia. La cántabra Concha Espina (María de la Concepción Jesusa Basilisa Rodríguez-Espina y García-Tagle) ambientó La esfinge maragata en la comarca, cerca de aquí.
Castrillo de los Polvazares nos deja un magnífico sabor de boca. Por partida doble. Externo, con todo lo que nos rodea. E interno, con el cocido maragato de Maruja Botas. Podrás comerlo en muchos sitios, como en Casa Coscolo, aunque Maruja representa la quintaesencia y reivindicación de este original cocido que comienza a degustarse al revés. Búscala bien, no hay rótulo en la puerta. Y reserva con mucha antelación, meses incluso. Sólo degustarás cocido maragato.


¿Sabes por qué se come al revés? La leyenda urbana cuenta que las tropas napoleónicas, asentadas en las estribaciones de Astorga, entraban en las casas maragatas para llevarse la comida que encontraban. Cocido a diario. Y más cocido. Nutritivo y calórico. Dieta consistente. Y se llevaban las carnes, dejando a los maragatos lo más liviano, la sopa, berza y garbanzos. Hasta que a alguien se le ocurrió invertir los términos. Comenzar a comer el cocido por las carnes, garbanzos y verdura, para finalizar con la sopa… Para que las huestes francesas de Napoleón se quedasen con dos palmos de narices…
Historia y leyenda como la que comienza a hacer ya este Ford Explorer ST Line 3.0 457CV PHEV A10 AWD, en su séptima generación. Un vehículo barato. ¿Barato? Sí, leíste bien. ¿Te imaginas este SUV por menos de 80.000 €, que puedes adquirir con un solo extra, la pintura metalizada, por unos 73.000 € y que tiene absolutamente de todo? Un vehículo de lujo, con mecánica híbrida enchufable y etiqueta cero. Ideal para familias amplias y mascotas, con siete plazas. Te preguntarás, ¿tiene cabida este americano tan rotundo en las carreteras estrechas de la Maragatería, y, por ende, de gran parte de España? Rotundamente, sí. Es un SUV de gran personalidad, que cubre un nicho de mercado donde Ford no tenía presencia, y que no deja indiferente a nadie.

Tras Castrillo, el Explorer nos lleva al Puerto de Foncebadón, de 1.504 metros, por el Camino Francés, y a la emblemática Cruz de Ferro. Dejamos una piedra metafórica junto a la cruz y continuamos camino hacia la Maragatería vaciada, hacia Prada de la Sierra, a través de 5 kilómetros de pista forestal. Una pista por la que el vehículo se desenvuelve con soltura. No es un todoterreno, no lo olvidemos. Y puede exponerse a golpes por su larga batalla. Pero aquí este SUV reina. Lástima que el motor eléctrico hace tiempo que ha agotado su batería.

Prada sorprende al viajero, tras años sin pisar el lugar. Con constancia y dedicación, antiguos descendientes y sus ocho moradores actuales, van reconstruyéndolo y haciéndolo habitable… a 1.300 metros de altitud. Y eso sin tener nada, ni luz ni agua ni una carretera que pueda llamarse así. Las instituciones le niegan el derecho a ser pueblo de nuevo. A pesar de que una quincena de casas rehabilitadas abone regularmente el IBI al Ayuntamiento de Santa Colomba de Somoza. Prada genera riqueza de los diez molinos del parque eólico, de las 1.700 hectáreas de arbolado o del coto de caza, sin ir más lejos. Paula, la argentina reubicada en Prada de la Sierra, vende las bondades del lugar e intenta, desde la Casa del Pueblo que gestiona, sirviendo consumiciones a cambio de la voluntad, convencer al viajero para que invierta 1.000 eruos en un solar… otra vez será… quizás.


Tras enamorarnos de Prada, y prometer volver, regresamos a las pistas de tierra, camino de Lucillo y, antes de llegar a Filiel, podremos observar Petroglifos (símbolos grabados en rocas). Luyego de Somoza, por su parte, es famoso por la Romería de la Virgen de los Remedios, que se celebra el segundo domingo de octubre. Con el impresionante telón de fondo de el Teleno, la romería tiene sabor a pulpo y a avellanas (los perdones). A sonido, de flauta y tambor, de castañuelas, dulzainas, tamborines y palotes. Y a una rica moda que mantiene la esencia de la indumentaria maragata, como el vestido colorista de las mayas, en ellas, y el de los antiguos arrieros, para ellos, con el bordado en la tabaquera, “eres dueño de mi amor”, y su inseparable sombrero. Si la suerte te acompaña en tu recorrido, podrás coincidir con la escenificación de una boda maragata. Un auténtico viaje en el tiempo al valor de las tradiciones.


Patea también el pueblo de las mantas, Val de San Lorenzo. O Santa Colomba de Somoza o Santiago Millas. Tierras adustas, donde te sentirás como en casa.
El salón de casa
Lo mismo te sucede mientras conduces el Explorer en sus cómodos asientos de cuero, con masaje, refrigerados y calefactados, rematados por un elegante pespunte rojo, te transportas al salón de tu casa. Siete plazas que dan mucho de sí. En el que, además, puedes regular longitudinalmente la segunda fila de asientos. Vamos, el full equipe por antonomasia, de serie.

Todo lo que que te ofrece el Ford Explorer:
- Control de crucero adaptativo y faros adaptativos.
- Asistente de mantenimiento en el carril.
- Alerta de colisión, con frenado de emergencia.
- Asistente de aparcamiento, cámara cenital 360º, sensores de ángulo muerto.
- Climatizador de tres zonas.
- 14 altavoces Bang & Olufsen.
- 12 huecos porta-bebidas.
- Pantalla vertical de 10,10 pulgadas.
- Cargador inalámbrico.
- Techo solar panorámico.
- Sistema de tracción total inteligente. Control de descensos.
- Siete modos de tracción seleccionables: Normal, deportivo, ecológico, remolque, terreno deslizante, nieve/arena profunda y pista.
Tras la prueba dinámica, el nuevo Ford Explorer y la Maragatería forman parte ya de la memoria del viajero. La comarca leonesa, por su sugerente atractivo. Con todo un mundo de rincones por descubrir y redescubrir. El Explorer porque se ha convertido en el mejor compañero de fatigas para acercarnos a las realidades cotidianas de esta zona y de cualquiera. El SUV que tienes que descubrir si tus gustos y necesidades están orientados a este tipo de vehículos. Te sorprenderá muy gratamente.
Para más información:
- https://www.ford.es/turismos/nuevo-explorer
- https://www.facebook.com/Casamarujacastrillodelospolvazares
- https://www.restaurantecoscolo.com
- https://latabernadegaia.com/prada-de-la-sierra
- https://www.revistaiberica.com/camino-de-santiago-por-la-maragateria
- http://www.merles.es: Si eres golos@, llévate este original dulce de Astorga. También tienes mantecadas y hojaldres y, por supuesto, chocolate. Puedes visitar su Museo: http://www.aytoastorga.es/turismo-y-ocio/MUCHA/index.html


Por Rafael de Otero-Sevilla