Costa Verde Express, tren de lujo turístico que recorre la zona norte de España

La literatura y el cine han contribuido a crear una imagen idílica de los viajes en lujosos trenes, que hoy buscan fomentar la experiencia del trayecto y no sólo el destino

Viajar en tren es lo mejor, dice una famosa canción infantil. Quienes día a día emplean este medio de transporte para trasladarse a su puesto de trabajo, ubicado quizá en otra ciudad, es posible que no piensen lo mismo. Porque para ellos el tren es un medio para el desplazamiento, en muchos casos además en un intervalo de tiempo breve.

Esta realidad, que ha reconfigurado el mapa de las comunicaciones en España y en otros muchos países del mundo, choca con la imagen que algunas personas aún mantienen del tren. Antes era un medio de transporte en el que podías permanecer días hasta alcanzar tu destino y que a la vez propiciaba el contacto con otros viajeros. Un medio que sumaba la experiencia y la convivencia con la solución de movilidad. Sin quererlo. Pero viajar en tren se convertía en toda una aventura.

Mucho que ver con esta imagen tienen, como siempre, la literatura y el cine. Y, en este caso concreto, una novela llevada a la gran pantalla. Porque si ahora mismo te preguntaran por el tren más famoso que conoces… ¿recordarías el Orient Exprés? Estamos convencidos de que sí.

El recuerdo de ese famoso convoy en el que la británica Agatha Christie ambientó una de sus más famosas obras permanece intacto en la retina de miles de personas en todo el mundo. Los compartimentos de madera adornados con elegancia y buen gusto y la forma de vivir sobre raíles entre París y Estambul nos traslada a otra época, nos sumerge en un mundo muy desconocido.

El tren como vivencia

Retomemos la idea del viaje como experiencia, como vivencia. Del tren como espacio en el que vivir y disfrutar, no solo en el que desplazarse (ya lo decía Alberto Cortez: “prefiero más que llegar pensar que ya voy llegando”). Imaginémoslo como el lugar desde el que contemplar un paisaje desconocido, disfrutar de un descanso de lujo, acercarse a una gastronomía inmejorable. Y descansar.

Podemos soñarlo. Pero también podemos hacerlo. Porque, desde hace algunos años, Renfe ofrece la posibilidad de viajar de esa manera. Sin prisa. Disfrutando de cada centímetro del paisaje. Recorriendo rutas de ensueño por distintas partes de nuestro país.

1. A bordo del Expreso de La Robla entre Bilbao y León

Este tren clásico dotado de todos los elementos para descansar y disfrutar se convertirá en nuestro hogar a lo largo de tres días y dos noches. En su trayecto entre Bilbao y León, a lo largo de la ruta que desde finales del siglo XIX transportaba el carbón de las cuencas mineras del norte de León y Palencia hasta las industrias metalúrgicas de la capital vizcaína, el tren hace paradas en Espinosa de los Monteros, Mataporquera, Cistierna y San Feliz.

Frías, Burgos.
Catedral de León.

Un autocar de lujo acerca a los pasajeros a Frías, las cascadas de Tobera, la villa romana de La Olmeda, el románico palentino, el Canal de Castilla… Antes de las visitas, por la noche y por la mañana, los viajeros pueden disfrutar de los tres coches salón y descansar en alguno de los cuatro coches cama.

2. Rumbo a Santiago también con el Expreso de La Robla

El Expreso de la Robla realiza la Ruta del Peregrino, que, con salida y llegada a Oviedo, discurre por Viveiro, Ortigueira, Ferrol y Santiago de Compostela, a lo largo del Camino de Santiago Inglés.

Ferrol, A Coruña.

En su trayecto junto al mar, a través de montañas y próximo a cascos urbanos históricos, el tren ofrece la posibilidad de realizar a pie cuatro tramos del camino de Santiago inglés, así como de visitar rincones como el cabo de Estaca de Bares, el Santuario de San Andrés de Teixido y Cedeira, A Coruña y Santiago.

3. Transcantábrico: el gran lujo

Este tren, formado por coches Pullman originales de 1923 entre los que destaca un acristalado panorámico, es un espacio ideal para recorrer todo el norte peninsular y conocer sus lugares más emblemáticos. Pero también es escenario para el ‘metaviaje’: en su interior nos trasladaremos a la década de los 20 del pasado siglo de la mano de su decoración y ambientación de época.

San Sebastián, Guipúzcoa.
Luarca, Asturias.
Oviedo.

Con partida en San Sebastián y llegada en Santiago de Compostela, el tren hace parada a lo largo de ocho días en Carranza, Santander, Cabezón de la Sal, Llanes, Oviedo, Luarca y Viveiro. Desde allí, los viajeros conocerán Bilbao, Potes, Comillas, el desfiladero de La Hermida, la Neocueva de Altamira, Santillana del Mar, el santuario de Covadonga, Gijón, la playa de Las Catedrales y Ribadeo.

4. Alternativa norteña: el Costa Verde Express

La costa Cantábrica es también senda natural para el Costa Verde Express, un tren en el que realizar un viaje gastronómico y cultural a lo largo de la España Verde que arranca su ruta en Bilbao y, seis días después, concluye en Santiago de Compostela.

Bilbao.

5. Rumbo al sur: Al Andalus Ruta Andaluza

A su paso, los pasajeros disfrutarán de Santander, Llanes, Oviedo, Luarca, Viveiro y Santiago, así como de los múltiples tesoros paisajísticos, gastronómicos y patrimoniales que encontrarán a su paso.

Viajar en el Al Andalus es, literalmente, hacerlo a cuerpo de rey. Porque sus coches de suites y habitaciones forman parte de la misma serie que los que se construyeron en Francia a principios del siglo XX para los viajes de la monarquía británica entre Calais y la Costa Azul.

A ellos se unen cuatro coches salones, fabricados en la misma época, que trasladarán a los viajeros a la Belle Epoque pero con las comodidades del tiempo actual.

Málaga.
Catedral de Baeza, Jaén.

A lo largo de 7 días, el convoy recorre el trayecto que separa Sevilla y Málaga haciendo parada en Granada, Linares, Baeza, Úbeda, Córdoba, Ronda, Jerez y Cádiz. A su paso, los ilustres pasajeros visitarán, además de estas localidades, tesoros tan emblemáticos como la Alhambra de Granada o espacios como la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre de Jerez.

Las cinco opciones son irresistibles. Pero si tu sueño siempre fue recorrer nuevos mundos a bordo de un tren, te adelantamos que existen múltiples opciones en otras latitudes. Porque, ¿recorrerías Canadá a bordo del Rocky Mountaineer?

Arancha Jiménez

Por Arancha Jiménez

viajarymuchomas.com