La Diputación culmina un proyecto que recupera un recorrido único en Europa que discurre por la antigua vía férrea que une La Fregeneda (España) y Barca D’Alva (Portugal)

Mañana, 23 de abril, es la fiesta de la Comunidad Autónoma de Castilla y León, el Día del Libro y, desde este año, la fecha marcada con letras de oro -de oro turístico- en el calendario particular de Salamanca (España) y Portugal. Este 23 de abril se abre al público la ruta turística más espectacular que hay en la frontera imaginaria entre ambos países: un recorrido singular y único entre la localidad salmantina de La Fregeneda y la portuguesa de Barca D’Alva a través de 17 kilómetros de la antigua línea férrea jalonada por 20 túneles y 10 puentes (a los que se pueden sumar otros 3 puentes más desde La Fuente de San Esteban) que discurren de forma paralela al encañonado río Águeda.

Vista general de la ruta de los puentes con el río Águeda. Fotografía: Ical.

El escritor salmantino Luciano G. Egido define este recorrido como “un valle aislado, es como un edén fuera de la historia, fuera del tiempo”. El autor del libro ‘Los Túneles del Paraiso’ (Barcelona: Tusquets, 2009), conoce bien esta ruta, porque durante su niñez y adolescencia era su territorio de juegos y descubrimientos, en los veranos que pasaba en Hinojosa de Duero.

Las obras de construcción comenzaron el 31 de agosto de 1883 a cargo de la Sociedad Financiera de París, que invitó al acto de inauguración a numerosas personalidades y medios de comunicación. Las crónicas de los periódicos cuentan que el ingeniero jefe, el polaco Wesolouski, en lo alto del monte del Pingallo, dio la orden para explosionar los barrenos, algo que tuvo que ser verdaderamente espectacular porque en pocos minutos se sucedieron más de 1.400 explosiones, rememora Eduardo Margareto, editor gráfico de Ical y director del largometraje documental ‘Cielo, Agua, Tierra y Metal’, producido por El Sueño del Monje, David Arranz Fotografía y TveoProducciones, con el apoyo de la Diputación de Salamanca.

Imágenes de la construcción de la línea férrea a finales del siglo XIX.

Hasta los pueblos de Hinojosa de Duero y La Fregeneda llegaron en aquella época cientos de personas procedentes de Extremadura, Galicia y Portugal, principalmente. En total, casi 2.000 trabajadores. Estos ferrocarrilanos, como así se les llamaba, no sólo aportaron mano de obra, sino que con ellos también vinieron otras culturas y formas de ver la vida, que inicialmente impactaron a los habitantes de ambas localidades salmantinas.

Los dos pueblos, como era de imaginar, carecían de infraestructura para alojar a tantos trabajadores, quienes, en muchos casos, se vieron obligados a dormir a la intemperie, relata Margareto en una información de Ical. El trabajo era muy duro, soportando altas temperaturas en verano, con escasas medidas sanitarias que pronto tuvieron sus consecuencias. Sobrevinieron enfermedades, como la viruela, el paludismo o el tifus, que causaron cientos de muertes. También los accidentes laborales por las escasas medidas de seguridad fueron un auténtico mazazo para los trabajadores. Quizá el accidente más grave tuvo lugar durante la construcción del túnel 1, donde una explosión provocó una fuerte inundación, cobrándose la vida de una veintena de trabajadores.

Puente del muelle de Vega Terrón, en el final del recorrido. Fotografía: Ical.

Después de cuatro años de enorme esfuerzo y trabajo, la línea se inauguró por fin el 8 de diciembre de 1887. Dos locomotoras, una procedente de Portugal y otra de España, se juntaron en el puente internacional, lo que propició que un cronista de la época llegara a proponer que ese puente se llamara puente Ibérico, como símbolo de unión de los dos países a través del ferrocarril.

El río Águeda. Fotografía: Ical.

Un recorrido singular y fascinante

La ruta comienza en la estación de La Fregeneda, en Valdenoguera a dos kilómetros del pueblo. La Diputación de Salamanca ha habilitado un vagón desde donde se atiende a las personas que quieran realizarla. El precio general es de 5 euros, e incluye un seguro para la persona que realice la ruta y el transporte de vuelta. Se ofrece también la opción de entrada a precio reducido de cuatro euros para estudiantes, jubilados, familias numerosas y de 2,5 euros para personas empadronadas en La Fregeneda e Hinojosa de Duero. La Diputación de Salamanca ha invertido 1,2 millones de euros en la adecuación de la vía férrea para que la ruta pueda realizarse con total seguridad.

El recorrido tiene todas las medidas de seguridad. Fotografía: Ical.

A unos 500 metros de la estación se encuentra el túnel número 1, conocido como de ‘la Carretera’. Su longitud supera los 1.400 metros. Curiosamente, nada más adentrarse en su interior se aprecia un puntito de luz al fondo, que tarda en aumentar de tamaño bastante más de lo que se cree principio. Cuando se llega al final del túnel, el visitante se sumerge en un viaje fascinante, con un paisaje único en el mundo. Un singular recorrido de 17 kilómetros hasta la localidad portuguesa de Barca D’Alva que requiere atravesar 20 túneles y 10 puentes. El río Águeda, encañonado y luciente, acompaña en todo el trazado, además de ejercer de frontera natural entre España y Portugal.

Imagen de archivo, antes de las obras. Fotografía: Ical.
Murciélagos en el túnel 3 del Morgado. Fotografía: Ical.

Colonia única de murciélagos

A lo largo del recorrido hay ciertos hitos que son verdaderamente especiales. Es el caso del túnel 3 del Morgado, que dibuja una curva de 180 grados y que, por esa razón, la luz no alcanza el centro de la infraestructura. En este punto existe una colonia única de miles de murciélagos. Es fácil darse cuenta cuando uno se acerca a ese territorio animal, aunque no vea nada. El olor y, sobre todo, la pequeña montaña de excrementos, es la inequívoca señal de encontrarse justo debajo de ellos.

Aunque realmente los murciélagos son negros es cierto que el efecto que provoca el contraluz tan fuerte de la boca del túnel hacen parecer a estos animales de color blanco. Ahora se entiende al escritor Luciano G. Egido, cuando recuerda que durante su juventud se acercaba, en compañía de sus amigos, a jugar en los túneles y, de repente, se topaban con ‘murciélagos blancos‘.

Puente número 7 de Poyo Valiente. Fotografía: Ical.

El puente número 7 de Poyo Valiente, de planta quebrada, y de una altura de 23 metros, es el único puente curvo metálico que hay en Europa. Ubicado entre el túnel 6 del Poyo Valiente y el 7 del Pico, es una obra de ingeniería espectacular. Como los otros puentes, recuerda a las construcciones metálicas de Eiffel. Sin ninguna duda, la visión del puente curvo a la salida del túnel 6 es otro de los momentos mágicos del recorrido.

El recorrido se abre al público este 23 de abril. Fotografías: Ical.

El puente número 8 del Arroyo del Lugar es el puente más singular de la ruta, tiene 140 metros de longitud y 40 metros de altura, el más alto de los 13 puentes del recorrido. Está realizado en piedra en los estribos con arcos de medio punto y en metal en el centro. Es el puente más caro de todos que se construyeron, su coste fue de 813.386 pesetas (4.889 euros). Hay un mirador al final del puente, donde se puede observar una de las imágenes más bellas del cañón del río Águeda. Es como acceder al paraíso, se puede estar horas mirando sin cansarse. Es un paisaje muy singular, en el que la roca se funde con la vegetación y el río parece una herida plateada en el paisaje por los brillos en el agua.

El puente número 11 de Las Almas es un lugar especial. Cuentan los habitantes de la zona que en este puente, de 15 metros de altura y 133 metros de longitud, descarriló el tren; uno de sus vagones se precipitó por el puente y todas las personas que allí viajaban fallecieron.

Vista general del Muelle Vega Terrón. Fotografía: Ical.

Y por último el muelle de Vega Terrón, donde el río Águeda entrega sus aguas al padre Duero, que continua hacia Portugal en busca del mar Atlántico. En este punto se sitúa el último puente del recorrido, el puente Internacional que une España con Portugal. Justo en el centro está la frontera entre ambos países, una frontera que durante la inauguración de la línea, con ese beso de las dos locomotoras, quiso simbolizar su desaparición para pensar en una península Ibérica unida.

El 1 de enero de 1985, después de casi 100 años de funcionamiento, el tren de la línea férrea de La Fregeneda realizó su último viaje. A pesar de las protestas y manifestaciones de los vecinos de la zona, los responsables consideraron que no era rentable económicamente.

Puente Internacional, en cuya mitad se encuentra justamente la frontera entre España y Portugal. Fotografía: Ical.

Ahora, la Diputación de Salamanca lo devuelve a la vida gracias a una inversión que convierte a este recorrido turístico en uno de los más espectaculares entre España y Portugal, incluso el de mayor impacto y atractivo de todos. El poeta Antonio Colinas habla de estos lugares como ‘Ruinas Fértiles’ porque nunca mueren.

Empieza una nueva historia de uno de los lugares más impresionantes, donde el hombre ha sido capaz de unir de manera armónica el agua, la tierra y el metal.

Accede aquí al trailer del documental ‘Cielo, Agua, Tierra y Metal’

viajarymuchomas.com