
Desde Valladolid o Salamanca hasta Brasil, Argentina o Camboya
La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió en 2013 proclamar el 3 de marzo como día de la aprobación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), Día Mundial de la Naturaleza, para celebrar la fauna y flora y para sensibilizar al público sobre su importancia.
En su resolución, la Asamblea General reafirmó el valor intrínseco de la flora y la fauna silvestres y sus diversas contribuciones, entre ellas contribuciones ecológicas, genéticas, sociales, económicas, científicas, educativas, culturales, recreativas y estéticas al desarrollo sostenible y el bienestar de la humanidad, y reconoce el importante papel de la CITES para asegurarse de que el comercio internacional no amenace la supervivencia de las especie.
Algunas de las especies de fauna más emblemáticas y amenazadas, como por ejemplo los gorilas de montaña, pandas, tigres y rinocerontes viven en reservas de biosfera. El Programa sobre el Hombre y la Biosfera y su Red Mundial de Reservas de Biosfera juegan un papel clave en la conservación de la vida silvestre a través de diversos proyectos e iniciativas siendo la Alianza para la Supervivencia de los Grandes Simios (GRASP), una de sus iniciativas más notables.
Con motivo de esta importante celebración, desde Viajar y Mucho Más (VYMM) os proponemos 10 destinos para disfrutar de la naturaleza y convivir a pleno pulmón de su riqueza paisajística y envolvente.
1. Geoparque de Las Loras (Burgos – Palencia)

Los geoparques mundiales de la UNESCO son territorios donde los lugares y paisajes de relevancia geológica internacional se gestionan de acuerdo con criterios de protección, educación y desarrollo socioeconómico sostenible.
La declaración de un geoparque se basa en la existencia de un patrimonio geológico que sirva de protagonista y eje conductor; la puesta en marcha de iniciativas de geoconservación y divulgación y en el impulso del desarrollo socioeconómico y cultural a escala local. Los geoparques deben tener unos límites claramente definidos y una extensión adecuada para asegurar el desarrollo económico de la zona, pudiendo incluir áreas terrestres, marítimas o subterráneas.
En la comunidad de Castilla y León se encuentra el Geoparque Las Loras situado en el norte de las provincias de Burgos y Palencia.
Un geoparque es un territorio que contiene tanto un patrimonio geológico, paleontológico y minero de importancia internacional con una estrategia de desarrollo propia.
Los geoparques surgieron a principios de la década de los 90 en Europa, siendo Francia, Alemania, Grecia y España los socios fundadores. Desde entonces, su número ha ido en aumento, con un total de 147 geoparques. De ellos, 75 se encuentran en Europa, 15 en España y 1 en Castilla y León.
Caminar por las Loras es transitar por un espacio repleto de fósiles que irán relevando la historia geológica de este territorio. Para explicar el origen del paisaje de Las Loras y sus estructuras geológicas, habrá que realizar un largo viaje en el tiempo, que comienza en la Era Secundaria o Mesozoico, hace 250 millones de años. El viajero podrá descubrir las impresionantes historias que se esconden en este espacio, historias que hablan de fondos marinos del Jurásico, donde se generó el único yacimiento de petróleo en tierra de la Península; de grandes ríos que surcaron Iberia hace más de cien millones de años; de los asombrosos dinosaurios que vivieron en este entorno; o de los importantes arrecifes que fueron protagonistas hace 90 millones de años. Junto al patrimonio geológico, una extraordinaria biodiversidad, un entorno privilegiado para la observación de aves o el lobo ibérico, y un lugar donde poder observar las más de cuarenta especies de orquídeas catalogadas hasta el momento, lo que supone más de un tercio de todas las orquídeas de la Península Ibérica.
2. Iguazú, 275 saltos de agua para mojarse de impactante naturaleza

Seguro que has escuchado el nombre de las cataratas de Iguazú como un lugar idílico al que acudir al menos una vez en la vida (o varias). Y así es. Estos saltos de agua impactantes forman parte ineludible de cualquier visita al norte de Argentina. Fueron descubiertas por los exploradores europeos en el año 1541, por el adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca (jerezano de nacimiento que falleció en el año 1559 en Valladolid).
En 1984, la UNESCO las declaró como Patrimonio Natural de la Humanidad y en 2011 un certamen internacional las nominó a las Cataratas del Iguazú como una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo.
Las cataratas se encuentran en el norte de la provincia de Misiones y desde Argentina se acceden desde la ciudad de Puerto Iguazú. Contiene 275 saltos de agua que te asombrarán y, que junto a las altas temperaturas y la humedad reinante, invitan al turista a tomarse un descanso para disfrutar de la pileta y los jardines que suelen ofrecer los hoteles que están cerca para alojarse.
El Parque Nacional Iguazú tiene diferentes circuitos: el superior, el inferior y la Garganta del Diablo. Un sistema de pasarelas metálicas que atraviesan la selva y que te acercan hasta las mejores vistas te da la posibilidad de ver las cataratas desde diferentes perspectivas.
La gran atracción sin duda es la Garganta del Diablo. Para llegar allí, luego de descender del tren en la estación del mismo nombre, hay que caminar unos 1.200 metros por las pasarelas que se adentran sobre el Río Iguazú hasta llegar al salto más caudaloso e imponente de este complejo hídrico,
3. Los cortados del Pisuerga (Valladolid)

En la provincia de Valladolid (España) no todo son monumentos, castillos y bodegas. Ni tampoco su orografía plana exenta de montañas resta la adrenalina que buscan los amantes del turismo de aventura. Y ese punto está en un lugar del término municipal de Castrillo de Duero, patria de El Empecinado, y muy cerca ya de la provincia de Segovia. ¿Y el punto más bajo?, pues lógicamente el río Duero al salir del término municipal de Villafranca.
Pero para negar esa errónea creencia de una provincia plana y anclada en la historia, craso error, el ayuntamiento de San Martín de Valvení propone, dentro de las actividades de turismo activo de la provincia de Valladolid, una ruta en piragua dirigida a todos los públicos en un paisaje de ensueño: los Cortados del Pisuerga. Los participantes podrán disfrutar de este enclave geológico y del turismo de naturaleza y, además, hacerlo en uno de los emblemas de la Ruta del Vino de Cigales.
El término municipal de San Martín de Valvení es muy amplio y comprende diversos lugares de interés, especialmente para los amantes de la naturaleza, el cicloturismo, y el senderismo. Uno de ellos es la Granja de San Andrés de Valvení, lugar donde tuvo su origen un centro religioso del que salieron los monjes en el siglo XIII para fundar el actual Monasterio de Santa María de Palazuelos ubicado entre Cabezón de Pisuerga y Corcos. Aún se conserva la fachada de la casa rectoral donde residían los monjes.
4. Meandro de Melero (Salamanca)

En el límite oriental de la comarca de Las Hurdes, el río Alagón forma un espectacular meandro (también en la imagen principal). Aunque el meandro esté en Salamanca, en Cáceres está el mirador La Antigua con panorámicas del paisaje.
Se puede disfrutar del entorno tanto si vas en coche o caminando. Alrededor del meandro de Melero hay diversas rutas de senderismo para conocer la comarca y vivir unos momentos de tranquilidad en medio de la naturaleza. En la comarca habitan águilas, halcones y mirlos acuáticos.
5. Chapada dos Veadeiros (Brasil)

Pocos lugares son tan especiales, emblemáticos y llenos de atracciones al aire libre como la Chapada dos Veadeiros, en Goiás, Brasil. Es mucho más que un gran parque de senderos y refrescantes cascadas. El senderismo y el baño en el río siempre están ahí, pero es un destino diverso, lleno de cultura y detalles. Un lugar que revela en el cielo azul, en el suelo revestido de diminutos cristales de cuarzo y en los horizontes toda la belleza del Cerrado en estado crudo. Desde hace más de una década, en Auroraeco hemos puesto un pie en esta región que mezcla naturaleza abundante con una sensación mística y una energía realmente especial.
La proximidad del Distrito Federal hace de Chapada dos Veadeiros un lugar súper práctico para llegar – desde el aeropuerto de Brasilia son 230 kilómetros por la BR-010. El pueblo de São Jorge es el más acogedor, mientras que Alto Paraíso de Goiás es la principal ciudad de la región, todas con buenas opciones de alojamiento y comida. De mayo a septiembre apenas llueve y el cielo del Cerrado solo inspira el descubrimiento de uno de los biomasas más increíbles del país, entre cascadas multicolores, senderos y formaciones rocosas complejas.
6. Angkor Wat (Camboya), el mejor amanecer del mundo

La lista de los mejores amaneceres del mundo viene encabezada por Angkor Wat (Camboya), una de las joyas arqueológicas más importantes del mundo.
Se trata del templo más grande y mejor conservado del Complejo Monumental de Angkor, epicentro de la civilización jemer, la cual vivió su época de esplendor entre los siglos IX y XV.
Fue construido por Suryavarman II a principios del siglo XII y además de ser considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, constituye uno de los símbolos del país; de hecho, su silueta aparece en la bandera.
Cuando los primeros rayos del sol hacen su aparición en esta maravilla arquitectónica, los pájaros te dan la bienvenida con sus gorgoritos mientras las piedras que forman las calzadas, galerías, fosos, escaleras y estancias se desperezan y se preparan para recibir a los viajeros más madrugadores.
7. Las islas Cíes, Galicia

Paraíso natural en la Ría de Vigo, las Islas forman parte del Parque Natural marítimo-terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. Las Islas Cíes prometen al visitante una excelente excursión en un espacio natural altamente protegido para disfrutar al máximo de la naturaleza. En este paraíso virgen destaca la Playa de Rodas, galardonada como “La Mejor Playa del Mundo” por el diario británico “The Guardian”.
8. Salto del Ángel (Venezuela)

Uno de esos parajes indescriptibles, como salido del edén, es el Salto del Ángel, la mayor caída libre de agua ininterrumpida con casi 1 kilómetro de altura (exactamente, 979 metros). Ubicado en el sureste del país, cerca de la confluencia de Venezuela con Guayana y Brasil, en el Parque Nacional de Canaima, en el estado Bolívar, un espacio natural declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994 y con una extensión abrumadora: 30.000 kilómetros cuadrados. Para haceros una idea, esa superficie de plena naturaleza equivale a todo el país de Bélgica o casi como a toda Cataluña; o si lo prefieres: a tres veces el Empire State de Nueva York.
El Kerapakupai Merú, como así se llama en el lenguaje indígena pemón a la cascada (‘salto del lugar más profundo’), fue descubierto por los exploradores españoles Félix Cardona y Juan Manría Mundó en 1927, aunque lleva el nombre del aviador James Ángel, en honor al aterrizaje forzoso, sin víctimas, que logró 10 años después sobre la cima del Ayuntatepuy, nombre de la montaña de cima plana desde la que se produce la vertiginosa caída de agua.
9. Ruta Maya (Guatemala)

Guatemala es un claro ejemplo de ello y añade a su fuerza de país de naturaleza e historia el turismo arqueológico con la Ruta Maya. El país guatemalteco ha sido uno de los más castigados por la pandemia, con pérdidas importantes de empleo y empresa del sector.
En la última edición de Fitur, en enero, los responsables turísticos del país centroamericano han posicionado el país como destino post pandémico ideal para los viajeros que buscan naturaleza. Además, ha relanzado la Ruta Maya junto a México, Honduras, El Salvador y Belice.
10. Bañado La Estrella (Argentina)

Es el segundo humedal más grande de Argentina y la provincia que lo aloja es nada más ni nada menos que Formosa. Aire puro para llenar los pulmones, naturaleza en su mejor versión y un pasaje de ida al corazón de la región del Gran Chaco.
Con más de 400.000 hectáreas, Bañado la Estrella es un destino imprescindible de recorridos naturales se trata, potenciando la experiencia de los viajeros y sumergiéndolos en un entorno pintado de verdes, rojos, amarillos y celestes.
La mayor parte del año está inundado por los desbordes del Río Pilcomayo, lo cual le agrega una pizca de encanto singular que se vive mejor en primera persona navegando por sus aguas y descubriendo el degradé de colores que regala. El clima subtropical está marcado por su ubicación, atravesando el llamado Trópico de Capricornio. El potencial paisajístico de la joya formoseña tuvo sus resultados: el 7 de mayo del 2019 fue elegido como una de las siete maravillas naturales de Argentina.
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