Algunas de las celebraciones más asombrosas de ese día tienen lugar en Castilla y León
Tres ejemplos espectaculares que, debido a las restricciones por la Covid-19, no podrán llevarse a cabo este año pero que sí merece la pena recordarlas
Tradiciones, leyendas, mitos… El Corpus Christi pervive desde hace siglos intacto en varios puntos de Castilla y León. Sus gentes han sabido guardar y mantener esta fiesta popular convirtiendo sus calles en auténticos teatros al aire libre, en celebraciones inigualables, en representaciones donde en muchos casos, lo pagano ensombrece a lo sagrado.
Aunque debido a las restricciones provocadas por la Covid-19 no se celebrarán este primer domingo de junio, Viajar y Mucho Más hace un repaso por algunas de las tradiciones más vistosas y singulares de este día para recordarlas y vivirlas de otra forma.
Los Hombres de Musgo de Béjar (Salamanca)

Declarado de Interés Turístico Internacional, el Corpus Christi de Béjar tiene a los ‘hombres de musgo’ como protagonistas e imagen más representativa de este día, una fiesta en la que se mezcla lo religioso con lo pagano, la tradición con la historia, la devoción con la cultura.
Cuenta la leyenda, que allá por el siglo XII, estando Béjar bajo el poder musulmán y con Alfonso VII El Emperador en plena reconquista, la localidad salmantina volvió a manos de los cristianos, gracias a que éstos, escondidos en El Castañar se reunieron en la finca La Centena el día de Santa Marina, virgen que vivió disfraza. Al parecer, e inspirándose en ella, los cristianos recubrieron sus ropas y armas con el musgo de las rocas y, en plena noche, para no ser vistos por los musulmanes, bajaron a Béjar.
Al amanecer, con la apertura de las puertas de las murallas, se adentraron en la localidad provocando gran pavor entre los centinelas, que salieron corriendo al creer que eran monstruos o alimañas. Al percatarse de que no lo eran, gritaron: “¡traición! ¡traición!”. Y así fue como consiguieron reconquistar Béjar. Desde entonces, la puerta por la cual se adentraron los cristianos cubiertos de musgo pasó a llamarse ‘Puerta de la traición’.
Fue en el siglo XIV cuando el pueblo de Béjar decidió representar esta hazaña coincidiendo con el Corpus Christi y, desde entonces, seis vecinos del municipio recorren ese día las calles del municipio ataviados con trajes de musgo que pesan entre 12 y 15 kilos.
El Corpus Christi de Béjar rememora, además, otra tradición pagana como el recubrimiento de las calles por las que pasa la procesión con tomillo que, al ser bendecido, era recogido por los vecinos para ahuyentar los rayos de las tormentas. La procesión, que sale de la iglesia de Santa María la Mayor, recorre todo el casco antiguo y concluye en la iglesia del Salvador, donde tiene lugar la rendición de la bandera.
Este año, debido a la situación que se está viviendo provocada por la Covid-19, el Ayuntamiento solo realizará un acto simbólico, que consistirá en vestir a dos hombres de musgo, un ritual que se iniciará a las ocho de la mañana, los cuales permanecerán desde las 10:00 hasta las 13:00 horas en la puerta del Ayuntamiento, en los soportales, delante de los cuales se habrá hecho una alfombra de sal. También se engalanará la Plaza Mayor. Junto a los dos hombres de musgo también estarán las otras tres figuras que siempre acompañan a la procesión bejarana del Corpus: los abanderados, los maceros y el síndico.
Localización: Béjar se encuentra a 76 km de Salamanca. En menos de una hora, el viajero puede llegar tomando la A-66 que lleva directamente al municipio.
Dónde comer: Mesón El Bosque. Teléfono: 923 40 45 28 – Bar Restaurante Abrasador de Armando. Teléfono: 923 40 20 83 – Restaurante Casa Pavón. Teléfono: 923 40 07 10 – Casa Sindo. Teléfono: 923 09 91 69
El San Sebastián de Laguna de Negrillos (León)

No existe celebración igual, ni siquiera parecida, en España como la que se realiza cada Corpus Christi en Laguna de Negrillos, en la provincia de León. Una celebración, declarada de Interés Turístico Regional, capaz de aunar lo sagrado con lo profano, la tradición con el mito, la arrogancia con la humildad. Este auto sacramental, que pervive intacto en el tiempo desde hace casi cuatro siglos, convierten a esta fiesta en una huella viva de lo que fueron los primeros pasos del teatro español.
Cada Corpus Christi, desde 1648, primer año del que se tiene referencia, la Cofradía del Señor Sacramentado organiza una procesión donde el protagonista este día es San Sebastián, un centurión romano del siglo III después de Cristo, quién por su fe cristiana, fue alanceado y martirizado hasta su muerte.

Este San Sebastián poco tiene que ver, en apariencia, con aquel santo del imperio romano. El de Laguna de Negrillos viste de estilo napoleónico, quizá debido a las adaptaciones que en la época se hicieron de los personajes históricos y bíblicos en el eatro moderno. Lleva casaca negra con pechera y bocamangas rojas con las estrellas de capitán bordadas, calzón corto negro, leotardos blancos atados con cintas de borlas rojas, zapatos con hebilla y, cruzado sobre el cuerpo, un mantón de Manila. Porta en la mano izquierda una espada sostenida en la cintura y en la derecha alza una saeta símbolo de su alanceamiento. Sobre el rostro una rígida careta y en la cabeza un bicornio con las iniciales de San Sebastián Mártir.
Si algo llama la atención de este personaje es su paso insolente, que hace sonar golpeando con fuerza el suelo, apoyando primero el tacón y después la puntera, sin flexionar la rodilla. Un paso arrogante que contrasta con el humilde caminar descalzo de San Juan Bautista. Y es que la procesión del Corpus Christi de Laguna de Negrillos es una amalgama de simbolismos en la que también desfilan los doce apóstoles ataviados con sus característicos ropajes, careta y peluca, aunque curiosamente no son doce, puesto que no se representa a Judas Iscariote, el apóstol traidor.
Durante toda la procesión, San Sebastián trata de negar su fe cristiana ante los ojos del público caminando de manera altiva, con paso sonante y arrogante, negando su fe cristiana durante el recorrido, dando la espalda en todo momento al Santísimo Sacramento, que debería ser el protagonista del día, realizando venias siempre de lado hacia él y observándolo de reojo. No será, hasta el final de la procesión cuando muestre su total arrepentimiento, despojándose de la careta que tapa su rostro y realizando la última y más impactante venia del día ante el Cuerpo de Cristo. Es tal la compunción que muestra el personaje que sale huyendo a la carrera.
La procesión de Laguna de Negrillos la completan ocho danzantes vestidos de blanco emulando a los ángeles celestiales que custodian la Sagrado Forma, a la que nunca dan la espalda, y dos birrias que, vestidos de negro y con cuernos, simulan al diablo y se encargan de poner orden en la procesión con latigazos a diestra y siniestra.
Este año, debido a la situación, la cofradía que organiza la procesión sólo realizará actos litúrgicos con aforo limitado y rememorará al personaje de San Sebastián en la iglesia parroquial de San Juan Bautista.
Localización: el municipio se encuentra a 46 kilómetros de León por autovía. Tomando la A-66 en menos de 40 minutos, el viajero se situará en la localidad.
Dónde comer: Hostal El Jardín. Teléfono: 987 755 063 – Casa Baudilia. Teléfono: 987 755 03
El Colacho de Castrillo de Murcia (Burgos)

Cuatro siglos de historia cumple este año el Colacho de Castrillo de Murcia, una pequeña pedanía burgalesa que, cada Corpus Christi, desde 1621 celebra una llamativa tradición secular y de gran arraigo popular declarada de Interés Turístico Regional. De nuevo, el bien contra el mal. De nuevo, gana la fe cristiana.
El Colacho, un personaje grotesco vestido con una botarga de colores y cubierto por una máscara, se lanza, en representación del diablo, a fustigar con una cola de caballo a las gentes del pueblo que le increpan con insultos. Su misión, interrumpir todos los actos religiosos.
Pero el acto más vistoso e impactante de esta fiesta es, sin duda, el tradicional salto de bebés. A lo largo del recorrido, los vecinos de Castrillo de Murcia levantan altares de flores para que, a su paso, realice una parada y salte por encima de los niños que ese año hayan nacido en la localidad. Con su salto, el Colacho los bendecirá, purificará y les liberará de la influencia del diablo, rito que representa la derrota del mal, la huida de un demonio vencido por el bien.
Este Corpus no saldrá el Colacho por las calles ni se llevará a cabo el ritual de saltar sobre los bebés pero sí se mantendrán los actos litúrgicos respetando todas restricciones que marcan las autoridades sanitarias.
Localización: Castrillo de Murcia se encuentra a 33 km de Burgos. La ruta más rápida es por la A-231.
Dónde comer: A 5 km de la localidad se encuentra Olmillos de Sasamón. Hotel Restaurante El Castillo. Teléfono: 947 37 06 06 – Bar El Castillo. Teléfono: 947 37 06 06

Por María Jesús Melgar