
Ruta de sur a norte y de este a oeste de una provincia que es cruce de itinerarios jacobeos históricos y de tremenda belleza
Quizá te sorprenda, pero Zamora es una de las provincias con más kilómetros de Caminos a Santiago de Compostela. Así cómo lo oyes. Esta provincia, situada al sureste de Galicia, es un cruce de itinerarios que, entre todos, suman más de 500 kilómetros. Para que te hagas una idea más aproximada, la provincia que tiene más kilómetros es Lugo, con 800. Pero también debes saber que en la actualidad hay 64 rutas que convergen en la Catedral de Santiago de Compostela.
Aunque el principal, el Camino de Santiago es el llamado Francés, todos ellos reciben cada año más peregrinos, ya sean por motivos religiosos, espirituales o simplemente por la búsqueda de una experiencia única. Ciertamente, todos los Caminos a Santiago ofrecen una variedad de rutas para satisfacer los deseos de cada peregrino.
En provincia de Zamora, la Asociación Zamora de los Caminos De Santiago (AZACS), entidad nacida en 2015, saben bien la importancia cultural, social, turística y religiosa que estos Caminos suponen para una tierra que, desde el Año Santo 2010, ha dado un salto cualitativo, prestando una atención al peregrino y preservando el cuidado de los diferentes itinerarios.
La entidad ofrece información actualizada de las vías jacobeas, del estado de los diferentes albergues y de las actividades, además de la recopilación de información de interés relativa a los Caminos a su paso por esta histórica provincia.
Por eso, y de su mano, con motivo además de la festividad hoy del Apóstol Santiago, os planteamos un viaje de peregrinaje por los seis tramos que cruzan de sur a norte y de este a oeste esta provincia para llegar hasta Galicia y, finalmente, a Santiago de Compostela.

Vía de la Plata (110 km.)
La Vía de la Plata es uno de los trazados naturales más antiguos de la Península, el eje occidental norte-sur, ya hace más de 4.000 años era utilizado por los ganados en sus migraciones anuales. Fue camino comercial con los Tartessos, militar con cartagineses, romanos y árabes; cañada ganadera en tiempos de Alfonso X el Sabio; y ha vivido acontecimientos de la historia contemporánea, como la Guerra de la Independencia. Y, desde el siglo IX, también ha sido el itinerario seguido por los devotos del sur de España, caminando por la calzada romana que unía Emerita Augusta (Mérida), con Asturica Augusta (Astorga), y aquí se incorporaban al Camino Francés.

El recorrido por Zamora de la Vía de la Plata ofrece bellos paisajes: la suave orografía de la Tierra del Vino, la estepa cerealista de Tierra de Campos, o los frondosos regadíos en la zona del río Esla. Pequeños y acogedores pueblos que esconden un rico patrimonio: el convento del Soto en Villanueva de Campeán, Zamora con su catedral y sus iglesias románicas, las ruinas de Castrotorafe en Fontanillas de Castro, el monasterio cisterciense en Granja de Moreruela, Benavente, puente de la Vizana…

La Vía de la Plata zamorana, poco más de cien kilómetros, es el eje sobre el que gravitan el resto de los caminos jacobeos en la provincia. Pero todavía conserva el valor de la soledad, el silencio, el contacto con la naturaleza, la posibilidad de encontrarse en paz con uno mismo y con los demás.

El Camino Sanabrés (148 km)
Denominado también Camino Mozárabe, nombre que hace referencia a los cristianos que vivían bajo el dominio político musulmán, aunque manteniendo su fe. Muchos de ellos, al avanzar la Reconquista, emigran hacia el norte, llevando consigo el bagaje cultural y artístico de siglos de arabización.
En Zamora surgen así monasterios en el valle del río Tera y la comarca sanabresa. Como el de San Martín de Castañeda, refundado en el año 921 por el abad Juan, que viene huyendo de Córdoba con unos cuantos monjes.

Esta ruta jacobea nace en Granja de Moreruela, junto a los restos de uno de los primeros monasterios cistercienses de España, en origen llamado Santiago de Moreirola. Son tierras trabajadas por hombres y mujeres consagrados a Dios, que en Tábara copiaron e iluminaron los más bellos códices medievales: los Beatos. Tierras que desde siempre veneraron al Apóstol: aquí está la escultura más antigua de Santiago peregrino. Y pervive la Cofradía de los Falifos, una de las más viejas de España, surgida en torno a un milagro mariano y que siempre tuvo albergue para acoger a los peregrinos, el mismo que hoy sigue manteniendo. Con ecos de la presencia de la orden templaria, asentada también en estas tierras, la ruta avanza poco a poco entre viejos carballos (robles) junto a la sierra de la Cabrera, y nos va acercando a la capital de Sanabria, desde donde ya se divisan las últimas dificultades antes de entrar en Galicia y acercarse a Compostela.

Camino Zamorano-Portugués (102 km)
El Camino Zamorano-Portugués, que en Portugal llaman también Caminho Leonés, es un viejo itinerario anterior a la dominación romana, con vestigios de asentamientos castreños. Por aquí pasó la reina Santa Isabel al encuentro de su futuro marido, el rey D. Dinís de Portugal, y en la Edad Media fue ruta comercial hacia Galicia.
Los archivos parroquiales y de cofradías de las comarcas de Alba y Aliste conservan testimonios del paso de peregrinos, avalado además por leyendas y tradiciones jacobeas junto al río Esla, advocaciones e imágenes del Apóstol Santiago, antiguos hospitales y la presencia histórica de órdenes militares. Pero, entre todos ellos, destaca el monasterio de San Pedro de la Nave, priorato benedictino que en el siglo X ya acogía peregrinos. Su iglesia, una joya del arte visigótico español, del siglo VIII, es lo único que se conserva. En los años 1930 fue desmontada piedra a piedra y trasladada a su actual emplazamiento, para evitar que fuese anegada por el embalse de Ricobayo.

Como ruta jacobea fue recuperado en la década de 1990. Uno de sus atractivos lo constituye la grata experiencia que supone atravesar la frontera, pudiendo disfrutar de la proverbial hospitalidad portuguesa. Se adentra en la comarca de Tràs-os-Montes, cuya capital, Bragança, cuenta con una de las ciudadelas mejor conservadas del país vecino. Otro aliciente es recorrer el Parque Natural de Montesinho, por el que llegaremos a Vinhais, ciudad que debe su nombre a la existencia en el pasado de viñedos, aunque ahora su fama se la debe al fumeiro, los embutidos ahumados del cerdo. Finalmente, retornará de nuevo a España, entrando en Galicia por Verín, donde se reencontrará con los caminantes que hayan seguido la ruta por Sanabria.

Camino de Levante (46 km)
Itinerario tradicional de los peregrinos del este y centro peninsular. Después de cruzar las Tierras de Medina llegan a la provincia de Zamora y siguen hasta la ciudad, donde pueden continuar por diferentes vías. Desde Toro a la capital, poco más de 30 kilómetros, se puede ir por la margen derecha del Duero, itinerario de la antigua calzada romana que unía Ocelo Duri (Zamora) con Caesaraugusta (Zaragoza), o continuar por la margen izquierda, siguiendo el GR14 y GR 239.
Toro, ubicada en un altozano sobre el río, antigua capital de los vacceos, saqueada por el general cartaginés Aníbal, después asentamiento romano y población relevante de los “Campi Gothorum” visigodos. Templaria, hospitalaria y sanjuanista, su situación estratégica en la línea defensiva del Duero le ha hecho testigo de importantes acontecimientos en la Edad Media.

Hoy es el centro vinícola por excelencia de la provincia. Su vega se abre en amplio horizonte a los pies de la colegiata románica de Santa María la Mayor, que sorprende al visitante con su espectacular “Pórtico de la Majestad”. En el interior se conserva una magnífica imagen en piedra policromada del Apóstol Santiago. La ciudad de Toro tiene también un notable conjunto de iglesias de estilo mudéjar, algunas desaparecidas, como las dos que tuvo dedicadas al Apóstol.
Siguiendo la señalización por la margen derecha, se pasa por el complejo enoturístico de Monte la Reina, llamado así por doña María de Molina, esposa de Sancho IV, que donó estos terrenos a la ciudad de Toro a finales del siglo XIII. Hoy son viñedos, incluidos en la Denominación de Origen Toro; el pequeño monte está coronado por un palacio del siglo XIX.
Si vamos por la margen izquierda, tras volver a cruzar el río por el puente medieval, se llega al lugar donde tuvo lugar la célebre Batalla de Toro, entre el rey Fernando de Castilla y Alfonso V de Portugal, por la sucesión de la corona.
Antes de entrar en Zamora, el peregrino podrá detenerse en la iglesia parroquial de Villaralbo, donde se conserva una imagen de Santiago Matamoros del siglo XVIII.

Camino del Sureste (41,5 km)
Es otra de las rutas jacobeas de largo recorrido. Tiene su origen en Alicante, atraviesa la península pasando por Albacete, Toledo, Ávila, Medina del Campo y Tordesillas, y concluye en Benavente.
En la provincia de Zamora tiene poco más de cuarenta kilómetros de recorrido, en su mayoría por la comarca de Tierra de Campos, un espacio cerealista cuyo centro es Villalpando, importante asentamiento en la Alta Edad Media, que fue villa de la Orden del Temple y señorío de los condestables de Castilla. De su pasado aún pervive parte de su recinto amurallado, destacando la Puerta de San Andrés y, por su vínculo jacobeo, la Puerta de Santiago, junto a la que se encontraba la iglesia de esa misma advocación y de la que solo se conserva su torre.
Villalpando tiene el orgullo de ser la Tierra de la Inmaculada, pues aquí se realizó, en 1466, el voto de villa más antiguo del mundo, de defender el dogma de la Purísima Concepción.
Finalmente, llega el peregrino a Benavente, importante nudo de comunicaciones donde convergen las principales rutas que enlazan el sur y centro de la Península con las tierras noroccidentales. Aquí tendrá que decidir si opta por seguir hacia el Norte por la Vía de la Plata hasta Astorga, enlazando allí con el Camino Francés; o dirigirse hacia el Oeste, remontando el valle del río Tera, incorporándose en Santa Marta al Camino Sanabrés.
Enlace Benavente-Santa Marta de Tera (27 km)
Este pequeño tramo constituye la prolongación del Camino del Sureste para enlazar con el Camino Sanabrés, una vez que el peregrino llega a Benavente, aunque también puede desviarse hacia Astorga por la Vía de la Plata.
La villa de Benavente, enclave junto a un importante asentamiento romano de control de rutas, fue también cruce de vías pecuarias y, más tarde, itinerario en la comunicación de la Meseta con Asturias y Galicia. Los peregrinos eran acogidos en monasterios y hospitales de la villa, y encontraban amparo espiritual en la desaparecida iglesia de Santiago.
Esta etapa permite disfrutar de un entorno netamente rural, discurriendo por momentos junto al río Tera. Cruza pequeños pueblos con ecos del Apóstol en sus templos parroquiales, o en monasterios medievales. Pero, sin duda, la recompensa estará en el destino, Santa Marta de Tera, donde la escultura del santo Patrón le recibirá en la portada meridional de su iglesia.
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