
Barcelona, Oviedo, Bilbao, Valladolid, Cáceres, Segovia y Menorca… nuestros destinos urbanos imprescindibles
¿Has pensado qué ciudades de España vas a visitar en 2024? Quizá ya tengas planificada esa escapada urbana que te falta en tu listado de viajes o quizás estés precisamente ahora despejando la margarita para saber cuál es el destino que no debes perderte este año. Si es así, seguro que te interesa leer lo que te contamos y, además, coincidan con tus preferencias.
Siempre se ha dicho, y con razón, que deberíamos conocer más y mejor las decenas de sitios sorprendentes que atesora España antes de situar en primer lugar determinados destinos internacionales. Que nos perdonen las aerolíneas que operan viajes internacionales, pero ahora toca mirar hacia el terruño, a lo propio y más cercano. Al fin y al cabo, tenemos por delante muchos días que, a buen seguro, nos permitirán combinar viajes de aquí y de allá.
Así que anímate a realizar ese recorrido de turismo urbano que has pospuesto o que puede que no hayas pensado aún y sorpréndete con rincones, historias y una gastronomía singular que siempre caracteriza a cada zona, que de todo hay que ver y… ¡probar!

Barcelona, Gaudí y arte urbano
La cosmopolita Barcelona es un destino que nunca deja indiferente al viajero. Su ambiente es excepcional y cada día tienes decenas de propuestas de ocio que colmarán tus expectativas. Pero si te gusta el arte, la Ciudad Condal es el destino ideal porque es un museo al aire libre. Cuando quedan dos años para el centenario de la muerte de Antoni Gaudí, te proponemos visitar esta ciudad mágica y multicultural. Aquí, el arquitecto de la geometría y el volumen dejó repartidas muestras imborrables de una obra sublime. Buena prueba de ello es la Sagrada Familia, la más representativa de su trayectoria, y uno de los monumentos más visitados del mundo, aunque, si algo la caracteriza, es que se trata de una obra inacabada.
Otras obras que llevan la firma de Gaudí son el Parque Güell, el Palacio Güell y la Colonia Güell. De estas tres construcciones, la más famosa es sin duda la del Parque Güell, un parque público ubicado en el distrito de Gràcia de Barcelona. En la Colonia Güell, fundada por el artista para dar alojamiento a los obreros de su fábrica de algodón, entre la calle de Caspe y la de les Carolines, pasando por todo el Passeig de Gràcia, podrás ver también cuatro de viviendas con la firma de Gaudí: la Casa Calvet, la Casa Batlló, la Pedrera-Casa Milà y la Casa Vicens.

Menos visitada quizá es la Casa Figueras, más conocida como Torre de Bellesguard. Otros proyectos del arquitecto en la Ciudad Condal son las farolas de la Plaza Real y el Portal Millares. Como ves, el recorrido por la obra de Gaudí bien merece ese primer viaje del año.
Además, la Ciudad Condal reabre su Teatro Principal de Barcelona, un edificio histórico del siglo XVII de 11.000 metros cuadrados y que va a ser un espacio cultural dedicado al teatro tradicional, a exposiciones inmersivas de gran formato y a proyectos audiovisuales. Su capacidad puede llegar hasta las 2.520 personas y también acoge un espacio de restauración y una tienda. Su reforma y las característica de la infraestructura permitirán a Barcelona presentarse ante el mundo con un escenario único en los circuitos internacionales, a la altura de Nueva York y Londres.

Oviedo, Capital de la Gastronomía Española 2024
La flamante Capital Española de la Gastronomía 2024 merece una visita ineludible. Hablamos de una ciudad apegada a sus costumbres y a una gastronomía a fuego lento, donde la amistad y los buenos momentos se acompañan de una ‘botellina‘ de sidra en algún chigre (sidrería), por ejemplo en la animada calle Gascona. Sus refinadas confiterías son ideales para degustar lo ricos bombones de fabricación artesanal y las famosas ‘moscovitas’, pastas de almendra cubiertas de chocolate. Tampoco desmerece el tradicional vermú acompañado de gambas a la gabardina.
La ciudad referente del prerrománico asturiano es mucho más que el lugar de entrega de los prestigiosos Premios Princesa de Asturias, en el hotel La Reconquista, es un lugar que acoge al viajero entre galerías de arte y una vida cultural que invita a regresar a esta ciudad asturiana que envuelve al visitante con sus costumbres más arraigadas y con nuevas señas de identidad culinarias, de ocio y Cultura, con mayúscula.
Oviedo merece siempre una visita en cualquier momento, pero más si cabe en 2024, año en el que ostenta la Capitalidad Española de la Gastronomía. Y lo merece porque, además, ahora está más cerca que nunca tras la apertura de la línea de AVE, que acorta sustancialmente el tiempo de viaje desde Madrid.
La ciudad acogerá también en abril (los días 21 y 22) el congreso de la asociación de cocineros Euro-Toques, uno de los principales eventos gastronómicos en el ámbito nacional en el que la capital asturiana tratará de exhibir el potencial de la cocina regional.
Ya sabes que su ambiente de bares y restaurantes, con la mejor sidra casera y las ricas tapas tradicionales, no te van a defraudar. Su afamada confitería y ese estilo de ciudad señorial y sostenible convierten a Oviedo en un destino impecable para este 2024.

Bilbao, una ciudad para comérsela
Sí, los de Bilbao son conocidos por fanfarrones y exagerados, pero no es ninguna bilbainada. Vale que Madrid es la capital, que Barcelona es preciosa y que Málaga se sale, pero, ¡eh! que nadie desmerezca a esta villa del norte que, discretamente, se ha colado en todos los tops reseñables. El llamado ‘efecto Bilbao’ es una realidad, porque esta ciudad vasca luce una transformación inigualable y es, por méritos propios, una referencia turística y cultural de primera magnitud.
El viejo Bilbao y la crisis social y económica que azotó la villa en los años 90 se ha convertido en una urbe cultural que será imposible no recordar. Tampoco es una ciudad tan grande como algunos piensan, porque no llega a los 350.000 habitantes. De hecho, se puede ir andando a todas partes y, por si acaso, su red de transporte público es una de las mejores del país, con tranvía, metro, tren de cercanías, amplísima línea de buses y la opción de alquilar bicicletas siempre cerca. Y casi todo con un sólo abono, la barik.
Más allá del Museo Guggenheim, la ciudad ofrece una imagen moderna, cómoda, animada y donde la primera premisa parecer ser la calidad de vida del ciudadano y del visitante. Y eso se nota en muchas de sus calles y plazas.

Además, a Bilbao no le falta nada: aeropuerto internacional, museos de primer nivel, teatros, galerías de arte, mercadillos urbanos, salas de conciertos con un plan para cada noche como el Kafe Antzokia o el Nave 9, iniciativas culturales muy interesantes que están regenerando el panorama artístico de la ciudad y barrios antaño olvidados (solo hay que darse una vuelta por Bilbao La Vieja o Zorrozaurre para ver el cambio) y festivales de música de primer nivel, como el Bilbao BBK Live o el BIME, han convertido a esta ciudad del norte en parada imperdible en cualquier época del año.
Y para remate, en Bilbao se come la mar de maravilla, casi como en ningún otro sitio. No en vano, estamos en el País Vasco, el lugar con más Estrellas Michelin per cápita del mundo. Por su puesto, degusta sus famosos pintxos regados con el txacolí más autóctono. Y para bajar la comida tienes zonas verdes alrededor del llamado ‘Botxo’ (agujero), ya que está rodeada de montañas y subir a dar un paseo a Artxanda en funicular o a pie es una opción apetecible. Además, ahora dispone de un mirador excepcional para contemplar desde lo alto la villa, en la que ya no llueve tanto como hace años.

Valladolid, la ciudad de película que sigue haciendo historia
La ciudad de Miguel Delibes, José Zorrilla o de la recientemente desaparecida Cocha Velasco puede ser, sin riesgo a equivocarnos, ese destino que te causará una grata y agradable sorpresa. Su halo de magia y misterio lo podrás descubrir en cuanto realices una de las interesantes visitas teatralizadas que organiza el municipio y que te retrotraen a siglos pasados, con rincones y plazuelas transitadas por caballeros, reinas y reyes, escritores como Cervantes o aventureros como el propio Cristóbal Colón.
Valladolid es cine y el cine es Valladolid, de forma indisoluble. De hecho, la gala de entrega de los Premios Goya tendrá lugar el 10 de febrero en la capital pucelana, que también acogerá en octubre la 69ª edición de la Semana Internacional de Cine (Seminci).

A la ciudad castellana no debes ir sin hacer varios huecos en tu agenda viajera para degustar su excelente gastronomia y degustar sus reconocidos vinos. No olvides que Valladolid es la provincia con más denominaciones de origen y la que ofrece más rutas turísticas relacionadas con el vino. Además, en noviembre acogerá el XX Concurso Nacional de Pinchos y Tapas, evento que será la antesala también del VIII Campeonato Mundial de Tapas, concurso que reúne en cada edición a chefs de absoluta relevancia de los cinco continentes.
La ciudad que vio nacer a Felipe II, a Felipe IV y a la reina de Francia Ana de Austria, que fue Capital del imperio español, testigo de los tejemanejes del primer gran especulador de la historia de España, el duque de Lerma, y hasta capital oficiosa por unos días del imperio francés en tiempos de Napoleón, es un libro abierto y reflejo del mejor legado histórico de España. Basta con situarse en la plaza de San Pablo para darse cuenta de ello con solo girar sobre uno mismo en una baldosa, porque desde un mismo punto puedes contemplar el Palacio de Pimentel, donde nació Felipe II; la iglesia de San Pablo, el Palacio Real, el Colegio San Gregorio, que acoge el Museo Nacional de Escultura, entre otros vestigios de la historia más universal de España.

Cáceres, la ciudad de las tres culturas
Cáceres rebosa historia, tanta que en su espectacular casco histórico puedes recorrer tres culturas –judía, árabe y cristiana– y asombrarte con sus imponentes vestigios desde su creación en la época romana. Pero la ciudad extremeña es mucho más que historia; es gastronomía, arte, ocio y un exponente claro de turismo de calidad. Y todo ello rezuma por sus diferentes rincones.
Declarada por la UNESCO Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y miembro de la Red de Juderías de España es punto obligado para el viajero que busca, precisamente, historia y cultura con mayúsculas sin renunciar a la tranquilidad que ofrecen sus angostas y empinadas calles, especialmente en el Barrio Judío.
Sin duda, Cáceres bien merece una visita pausada en cualquier época del año. A su amplia oferta cultural se ha incorporado desde UN año el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, que suma más de 100.000 visitas en sus primeros meses de apertura, sin relegar su entorno monumental y su ambiente amable entre calles y plazas donde, por ejemplo, rodar una película ambientada en la época medieval podría prescindir perfectamente de la construcción de decorados. ¿Para qué? Los espacios intramuros son, de hecho, el mejor escenario para su grabación.
Como te imaginas, la ciudad extremeña tiene, además, un ambiente de bares y restaurantes que la convierten en un punto obligado de la mejor gastronomía española. Mesones tradicionales y espacios donde degustar sus platos y pinchos tradicionales son parada imprescindible en un recorrido entre calles empedradas y rincones que rezuman historia por todos los lados.

Segovia, la ciudad de cuento de hadas para cualquier época del año
Segovia es, sin duda, una ciudad apetecible para visitar en cualquier época del año. Es para el verano, cuando las temperaturas nocturnas permiten refrescar cuerpo y mente mientras se disfruta de paseos tranquilos por el precioso casco antiguo de la ciudad. También es para el otoño, cuando las hojas empiezan a caer y las castañas inundan las aceras. Entonces la Alameda de la Fuencisla se tiñe de mil colores y merece la pena detenerse en cada uno de ellos. Es también para la primavera, época en que los títeres han invadido tradicionalmente las calles. Época de senderismo en los alrededores de la capital y de terraceos interminables. Pero Segovia, sobre todo, es para el invierno. O quizá es que el invierno sea de Segovia.
Para entender el porqué de esta afirmación debe uno posar la mirada, en primer lugar, sobre el impresionante castillo que protagoniza una de las imágenes más tradicionales de la ciudad. El Alcázar de Segovia es uno de los monumentos más importantes de la geografía española e inspiración para el famoso universo de cuentos de Walt Disney. Ya sabes que a veces la realidad supera cualquier intento de imaginación y este castillo parece sacado de un sueño.
Debe sus actuales formas a Felipe II, que gobernó a mediados del siglo XV. Mucho antes de su reinado, en cualquier caso, ya existía una fortaleza en el lugar. Se han encontrado en la zona restos de sillares tan antiguos como los que conforman el Acueducto, por lo que los romanos debieron comprender, ya en su tiempo, la privilegiada localización del mismo. Ese imponente perfil que ha protagonizado numerosos homenajes al paisaje se alza sobre el valle del río Eresma, como si desafiara el precipicio.
Por su posición, pero también por la elegancia de sus formas, el alcázar de Segovia ha sido siempre admirado y aplaudido en todo el mundo. Pueden considerarse afortunados, por tanto, todos aquellos que hayan disfrutado de este castillo en su mejor versión. Esta llega cuando llegan los copos de nieve, tiñendo sus torres de blanco, perfilando aún más sus formas y concediendo al valle sobre el que se alza una estampa, como la de Disney, de cuento. Puede observarse desde diferentes perspectivas: desde la pradera de San Marcos, desde la iglesia de la Vera Cruz o desde el monasterio de Santa María del Parral. O desde las numerosas rutas de senderismo que se extienden en torno a la alameda de la Fuencisla. Desde todas ellas se coincide en una misma certeza: no hay otro castillo igual.

Cuando nieva, es habitual la práctica de lanzarse desde la cuesta de Teodosio el Grande, la misma que ve pasar a los competidores de la tradicional Carrera del Pavo, celebrada cada 25 de diciembre. En todos esos descensos, es el Acueducto el que aguarda impertérrito al final.
Segovia se encuentra a una altitud de 1.005 metros. Las primeras nieves del centro de la Península suelen recalar en la ciudad, a la que no le cuesta cobijarse bajo un manto blanco que siente como propio. Los inviernos son largos y en las zonas más altas de la ciudad, las que se acercan más a la sierra, la nieve luce majestuoso su manto blanco.
Se han visto también paisajes maravillosos. El acueducto, con la sierra al fondo, cubierto de blanco. La Dama de las Catedrales, tan serena como siempre, pero cubierta con una capa diferente. Las panorámicas desde esos rincones situados a mayor altitud, desde donde se obtienen espectaculares imágenes de una ciudad que nunca se ha echado a dormir durante el invierno. Al contrario: las terrazas, quizá más hoy en día, están repletas de gente. Los segovianos no le temen al frío. Es uno más entre ellos. Por eso, podemos decir que Segovia es para el invierno y, por supuesto, para cualquier época del año.

Menorca, la isla de los 1.500 yacimientos que cautiva al viajero más activo
El año 2024 es una época perfecta para elegir Menorca como destino, como punto de partida para iniciar un viaje que te hará soñar despierto. Pocos territorios son capaces de aunar una cultura histórica tan diversa y bien conservada. Además, la isla es un referente en turismo activo, con un amplísimo calendario de pruebas deportivas de toda índole. No podía ser, sino ‘la isla de los pequeños placeres’, un decorado natural idílico para cualquier producción audiovisual.
La isla de Menorca ha iniciado un 2024 cargado de ilusión por contar historias que atrapen al viajero. Hay motivos de sobra para asomarse a este balcón del Mediterráneo. Todo un compendio de postales, de rincones, de experiencias y sensaciones que no pueden dejar indiferente a nadie.
Menorca es cultura, porque su legado en este apartado es impresionante. Desde la época más reciente hasta miles de años atrás en el tiempo… en la Edad de Bronce y Edad de Hierro. La Cultura Talayótica, recientemente declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, es el testimonio fidedigno de miles de años. Una cápsula del tiempo que relata los orígenes de la isla y el desarrollo humano de los primeros moradores de Menorca. Ese legado perdura hasta nuestros días, con sus más de 1.500 yacimientos repartidos por toda la isla. Más allá de la Cultura Talayótica, Menorca acumula un verdadero tesoro cultural que queda plasmado en sus pueblos, en su tradición, sus costumbres, su artesanía y su gastronomía.
En Menorca no tendrás tampoco ni un solo día sin deporte. Regatas de vela, vueltas cicloturistas, triatlón, trail run… Casi todas las disciplinas deportivas que puedas imaginar tienen en Menorca su espacio privilegiado para practicarlas. Menorca ofrece un amplio calendario con pruebas deportivas que la convierten en un destino de turismo activo de primer nivel. Sus espacios naturales, capacidad organizativa y oferta de alojamiento hacen de Menorca un referente para la organización de pruebas que reúnen a visitantes de diferentes puntos de la península y del resto de Europa.
La isla balear te ofrece, por otro lado, la experiencia de vivir en un auténtico decorado de cine. Playas para el recuerdo, rutas verdes en las que perderse los 365 días del año, como el ‘Sender de Camí de Cavalls‘, calles y rincones de ensueño en pueblos con una historia y alma propios. Cuesta imaginar que una pequeña isla mediterránea tenga tantas opciones para el sector audiovisual, pero es así. De hecho, Menorca Film Commission ofrece asesoramiento a productoras y profesionales, actúa como intermediaria con las administraciones que gestionan los distintos espacios e impulsa la proyección exterior de las producciones baleares.
Con su rica herencia cultural, paisajes naturales impresionantes y una hospitalidad única, Menorca se presenta como un destino que va más allá de las expectativas tradicionales.

Por Rafa Monje
viajarymuchomas.com