Hoy, 22 de abril, se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, todo un llamamiento a la conciencia individual de cada uno
El Día Internacional de la Tierra se celebra hoy, 22 de abril. Una fecha, pero no la única, para reflexionar sobre el impacto del ser humano en el planeta que habitamos. En un año de pandemia y de crisis sanitaria, social y económica no son pocos los expertos que sostienen que la biodiversidad puede ser parte de la solución. El lema elegido para esta ocasión es ‘Recuperemos la Tierra’, todo un llamamiento a la conciencia individual de cada uno para ser, efectivamente, parte de la solución colectiva.

La Asamblea General de la ONU designó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra a través de una resolución adoptada en 2009, aunque su origen se remonta a 1970, un periodo en el que la protección del medio ambiente no era, precisamente, una prioridad en la agenda política.
«La recuperación de la pandemia de la Covid-19 ofrece una oportunidad para que el mundo emprenda un camino más limpio, ecológico y sostenible«. Son palabras del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien ha añadido: «En el Día Internacional de la Madre Tierra, comprometámonos todos a trabajar con ahínco para restaurar nuestro planeta y hacer las paces con la naturaleza».

- El mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques cada año; o lo que es lo mismo, una extensión similar a Islandia.
- Un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción en la actualidad.

- Los océanos siguen llenándose de plásticos y se vuelven más ácidos.
- El calor extremo genera sequías, hambrunas e incendios forestales.

- Fenómenos meteorológicos extremos provocan inundaciones, huracanes y ciclones que superan récords y afectan a millones de personas en muchas partes del mundo.



El Día de la Tierra trata de poner ser una llamada de atención sobre la importancia de la biodiversidad y su impacto en la vida humana. Así, Naciones Unidas advierte que los cambios en la biodiversidad afectan al funcionamiento de los ecosistemas y pueden ocasionar alteraciones importantes de los bienes y servicios que estos proporcionan. Los vínculos específicos entre la salud y la biodiversidad incluyen posibles impactos en la nutrición, la investigación sanitaria y la medicina tradicional, la generación de nuevas enfermedades infecciosas y cambios significativos en la distribución de plantas, patógenos, animales e incluso asentamientos humanos, algo que puede ser alentado debido al cambio climático.

A pesar de los esfuerzos actuales, la biodiversidad se está deteriorando en todo el mundo a un ritmo sin precedentes en la historia humana. Se estima que alrededor de un millón de especies animales y vegetales se encuentran actualmente en peligro de extinción.
«Con este panorama general y el escenario del coronavirus, la prioridad inmediata está en poner freno a la pandemia, pero a largo plazo, es importante abordar la pérdida de hábitat y biodiversidad«, ha subrayado Guterres.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de 1972 celebrada en Estocolmo sentó las bases de la toma de conciencia mundial sobre la relación de interdependencia entre los seres humanos, otros seres vivos y nuestro planeta. Asimismo, se estableció el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente y se creó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la agencia de la ONU encargada de establecer la agenda ambiental a nivel global, promover la implementación coherente de la dimensión ambiental del desarrollo sostenible en el sistema de las Naciones Unidas y actuar como un defensor autorizado del medio ambiente.


En 1992, más de 178 países firmaron la Agenda 21, la Declaración sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo y la Declaración de Principios para la Gestión Sostenible de los Bosques en la «Cumbre de la Tierra», celebrada en Río de Janeiro (Brasil).
Desde entonces, todos los esfuerzos por crear conciencia medioambiental crecieron exponencialmente: la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo en 2002, la Declaración pocos años después del Año Internacional de la Tierra y la declaración oficial de la ONU del Día Internacional de la Madre Tierra; Río+20 , donde se elaboró un documento que contenía medidas y prácticas para implementar un desarrollo sostenible; por no hablar de las más recientes, como la Cumbre del Clima o la COP25, ambas enfocadas al cumplimiento del Acuerdo de París.

Todo un desafío mundial que requiere, sin duda, del compromiso de todos, tanto de forma individual como colectiva. ‘Recuperemos la Tierra’: pues está en nuestras manos.