El Canal de Castilla y su paisaje cultural centrarán un congreso internacional en verano de 2022

Un congreso internacional abordará en 2022 los valores histórico, territorial, cultural y ambiental del mayor proyecto de ingeniería civil de la España ilustrada

Y puestos ya, te presentamos otros 10 canales que surcan Europa y que también merecen la pena

El Canal de Castilla centrará en junio de 2022 un congreso internacional, el cuarto desde 1990, bajo el título ‘El Canal de Castilla, paisaje cultural de Castilla y León’. Esta iniciativa de la Consejería de Cultura y Turismo pretende crear un foro de debate, discusión y reflexión sobre esta figura de reconocimiento patrimonial, aplicada a un espacio de excepcional significado histórico, territorial, cultural y ambiental.

El Canal de Castilla fue el mayor proyecto de ingeniería civil de la España ilustrada, una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes de las realizadas entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del XIX. Una quimera, hija del Siglo de las Luces, que buscaba unir las capitales castellanas con el puerto de Santander mediante una red de canales navegables para el tránsito de cereales y mercancías.

Dársena del Canal de Castilla en la localidad de Medina de Rioseco, Valladolid. Fotografía: D.Arranz.

La obra quedó inconclusa, pero dejó 207 kilómetros de cauce que sortea antiguos batanes y molinos harineros, puentes y acueductos de sillería y 49 esclusas. En paralelo corren los caminos de sirga por los que iban los bueyes que arrastraban las barcazas.

Recorre parte de las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid en la comunidad autónoma de Castilla y León (España) y fue construido para facilitar el transporte del trigo de Castilla hacia los puertos del norte y de allí a otros mercados. Sin embargo, ante la llegada del ferrocarril, quedó obsoleto.

La provincia de Palencia es la que más longitud de canal tiene (ramal Norte). Algunos kilómetros al norte de la capital palentina el canal se divide en dos grandes ramales que se dirigen uno a Medina de Rioseco (ramal de Campos) y otro a Valladolid (ramal Sur).

Recurso patrimonial y turístico

El viceconsejero de Cultura y Turismo de Castilla y León, Raúl Fernández Sobrino, ha presentado, junto a la presidenta del Consorcio para la gestión turística del Canal de Castilla, Ángeles Armisén, y a la secretaria general de la Confederación Hidrográfica del Duero, Sofía Soto, la iniciativa. El viceconsejero ha señalado que “estamos ante una infraestructura de comunicación, que se convirtió en un símbolo del progreso ilustrado y de la capacidad del ser humano para transformar y mejorar su entorno. Este bien está siendo revitalizado en la actualidad como recurso patrimonial y turístico, pues sigue formando parte importante en la economía y la cultura de zonas de las provincias de Burgos, Palencia y Valladolid”.

Embarcación para navegar por el Canal de Castilla a su paso por la provincia de Palencia
El Canal de Castilla tiene varios tramos navegables, como el que recoge la fotografía de Ical en Palencia.

En este sentido, ha recordado que la Consejería de Cultura y Turismo viene acometiendo acciones de promoción, como la realizada con la creación de la Marca del Canal de Castilla, bajo el lema “El agua que nos une”, conjuntamente con el Consorcio del Canal de Castilla, la Confederación Hidrográfica del Duero y el Ayuntamiento de Palencia, “que trata de hacer visible un patrimonio común que ya existe, un paisaje cultural propio y que se produzca un incremento en el número de visitantes y la protección del patrimonio que representa”. Igualmente, a través de la participación en el ya finalizado proyecto HERICOAST (Gestión del patrimonio costero) dentro del programa Interreg Europe con otros 6 países integrados en el proyecto, que ha supuesto una serie de acciones exitosas llevadas a cabo sobre el patrimonio industrial que se sitúa a lo largo del recorrido del Canal.

Dársena del Canal de Castilla en la ciudad de Valladolid.

Asimismo, el pasado año, la Junta declaró Bien de Interés Cultural la película ‘El Canal de Castilla’, producida en el año 1931 por el director y documentalista salmantino Leopoldo Alonso. Una innovadora iniciativa de la Consejería de Cultura y Turismo para proteger el patrimonio audiovisual, como parte integrante del patrimonio cultural de Castilla y León, por ser registro, expresión y testimonio único de los acontecimientos y reflejo de la sociedad actual. Las imágenes en movimiento constituyen un referente cultural excepcional y significativo de la sociedad desde la segunda mitad del siglo XIX y como tal, se ha incorporado a las estrategias y programas de reconocimiento, tutela y gestión del patrimonio cultural por parte de la Junta.

Desarrollo sostenible

Todas estas acciones tiene como objetivo consolidar el Canal de Castilla como herramienta para el desarrollo sostenible del territorio por el que discurre, a través de una gestión participativa, teniendo en cuenta su vinculación con dicho territorio, las características de la población, así como la calidad, cantidad y excepcionalidad de los bienes culturales situados en todo su recorrido y en su entorno. Esta perspectiva ha marcado la actuación de las distintas administraciones implicadas, que ha dado como resultado el Plan de Excelencia Turística del Canal, promovido por las Diputaciones de Burgos, Palencia y Valladolid, junto al Consorcio creado para su gestión turística y los congresos internacionales celebrados anteriormente en 1990, 2004 y 2010. Todo ello no habría sido posible sin la imprescindible implicación y participación de todas ellas y el trabajo conjunto desarrollado, que será también crucial en este nuevo Congreso, con el que se quiere dar un paso más en esa complejidad de valores que atesora el Canal, que precisa para su consideración y gestión de una perspectiva de integridad que cabe atribuir a la figura de paisaje cultural.

El anteproyecto de Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León, que ya ha presentado la Consejería de Cultura y Turismo y que esperan pueda ser aprobado en los próximos meses, da el paso decisivo en la protección de este tipo de bienes complejos, incorporando dos nuevas figuras de protección: los conjuntos industriales y paisajes culturales, figuras acorde con la evolución del concepto de patrimonio y de las cartas y recomendaciones internacionales, informa la Junta de Castilla y León.

Un congreso para la puesta en valor patrimonial

En esta línea se desarrollará el próximo verano el IV Congreso ‘El Canal de Castilla, paisaje cultural de Castilla y León’. Para ello se constituirá un comité organizador, compuesto por las instituciones implicadas en este Bien de Interés Cultural y un comité científico, del que formarán parte expertos de las universidades de Castilla y León y de la Confederación Hidrográfica del Duero, entre otros.

Está previsto que este encuentro científico se organice en cuatro bloques temáticos: los canales y las vías de navegación como paisajes culturales: dinámicas, valores y representaciones; los procesos de patrimonialización de los canales y vías fluviales; los retos y respuestas ante el declive: de infraestructuras “problema” a paisajes “recurso”, y estrategias de gestión, gobernanza y participación en los paisajes del agua.

10 canales más de Europa que no debes perderte

Canal du Midi, en Francia.

Más de 30.000 kilómetros de canales surcan Europa, canales que transcurren por algunos de los ríos más importantes como el Elba, el Rin, el Loira o el Danubio. Navegar por ellos permite al viajero disfrutar, desde otra perspectiva, la riqueza patrimonial de las ciudades que atraviesan. Aquí puedes descubrir algunos de los más impactantes y turísticos del viejo continente.

Canal del Mediodía, Francia

Más de 8.500 kilómetros de canales surcan Francia enlazando cinco ríos (el Sena, el Loira, el Garona, el Rin y el Ródano). El más conocido es el canal du Midi o Canal de Mediodía, construido a finales del siglo XVII y declarado en 1996 patrimonio mundial por la Unesco.

Se trata de una vía fluvial de más de 240 kilómetros entre Toulouse y Sète, en la región de Occitania. Forma, junto al canal lateral del Garona (que une Touluse con Burdeos) el llamado canal de los dos Mares, que comunica por vía fluvial el Atlántico con el Mediterráneo, siendo prolongado en su origen por el canal del Ródano a Sète.

El Canal de Mediodía fue considerado por sus contemporáneos como la mayor obra del siglo XVII, e impresiona como uno de sus tramos pasa por la imponente fortaleza de Carcasona.

En el momento de su construcción se le llamó Canal Real del Languedoc, siendo rebautizado con el nombre actual en 1789 durante la Revolución francesa. Se trata del canal navegable en funcionamiento más antiguo de Europa.

Actualmente el canal del Mediodía se utiliza para el turismo, el ocio e incluso como vivienda. El Estado francés es el propietario y su gestión se confía al ente público Voies Navigables de France. El canal registra la quinta parte del turismo fluvial francés (por encima incluso que el Sena), siendo el 80 % de quienes lo recorren extranjeros (especialmente alemanes, suizos y británicos). Una esclusa como la de Fonsénares puede ser cruzada por unos 10.000 barcos al año.

Entre las actividades ligadas al canal se encuentran: el flujo de barcos entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo; el turismo fluvial en barcos de alquiler o barcos-restaurante; el remo (en zonas urbanas); el cicloturismo, patinaje sobre ruedas o el senderismo en sus orillas y en las zonas urbanas numerosas gabarras han sido reconvertidas en viviendas familiares, salas de espectáculos, comercios, lugares de exposición, etc.

Canal de Borgoña, Francia

El Canal de Borgoña, con 242 kilómetros de longitud y 189 esclusas, conecta el río Yonne con el Saona, en la Francia oriental, formando una red de canales —como el que une el Ródano y el Rin, o el de Nivernais, entre las cuencas del Loira y del Sena— y permite trazar una ruta gastronómica, enológica y de arte cisterciense por lugares tan espectaculares como Auxerre, Dijon, Cluny, Paray-le-Monial, Vézelay, La Charité-sur-Loire o Fontenay. Con paradas, si el viajero lo desea, en algunas de las bodegas, chateaux y viñedos más famosos de la Route des Grands Crus, como los de la región de Chablis.

La construcción de este canal comenzó en 1775 y se acabó en 1832. Conecta el océano Atlántico con el mar Mediterráneo a través del Sena y el Yonne y el Saona y el Ródano.

El tráfico de barcazas comerciales está restringido a los dos extremos del canal, entre St Jean de Losne y Dijon, en el sur y desde Migennes a Brienon, en el norte. El resto del tráfico está restringido a tres tipos de usuarios: embarcaciones de propiedad privada, hoy el grupo de usuarios más importante; embarcaciones de alquiler, en declive debido al cierre de varias bases de alquiler en los años recientes; y barcazas de hotel, principalmente centradas en el valle de Ouche, en el sur, puesto que en años recientes aquellos del norte han tendido hacia el canal del Nivernais en parte debido a problemas de mantenimiento en el canal de Borgoña.

Norfolk Broads, Reino Unido

Los Broads son lagunas poco profundas que se abren entre vastas extensiones de páramos y marismas repartidas por los condados de Norfolk y Suffolk, en la costa este de Inglaterra. Los Broads y alguna tierra circundante fueron constituidos como área especial con un nivel de protección similar al de los parques nacionales por la Ley de los Broads de Norfolk y Suffolk de 1988.

Esta zona la conforman 63 las lagunas que desembocan en ríos como el Yare, el Bure o el Waveney creando una red de canales navegables que supera los 200 kilómetros. En la actualidad son 13 los broads abiertos a la navegación.

Una de los más admirables es la travesía que pasa por St. Benet’s Abbey, un monasterio fundado hacia el año 1000 por el rey Canuto, el legendario vikingo que conquistó Inglaterra y se convirtió en el primer rey del país unificado.

Canal de Caledonia, Reino Unido

Los grandes fiordos —en gaélico, ‘loches’ o ‘firths’— acercan el mar al corazón de Escocia. Cuatro de ellos —Loch Dochfour, Loch Ness, Loch Oich y Loch Lochy— llegan a dividirla en dos al unirse para formar el canal de Caledonia. Éste conecta la localidad de Fort William, a la sombra del Ben Nevis, el monte más alto de Gran Bretaña, con la más septentrional de Inverness, junto a la ría de Moray. La bruma y las frecuentes lluvias crean un ambiente propicio para las leyendas, acentuado por las ruinas de viejos castillos.

El Canal de Caledonia tiene un recorrido de 100 kilómetros desde el noreste al suroeste con 29 esclusas, cuatro acueductos y diez puentes, y  un tercio de esa longitud es artificial mientras que el resto está formado por el Loch Dochfour, el Loch Ness, el Loch Oich y el Loch Lochy. Estos lochs forman parte del Great Glen, una falla geológica en la corteza terrestre.

Diseñado por el ingeniero Thomas Telford y construidos entre los años 1803 y 1822, nunca tuvo un gran éxito comercial debido a que el canal se creó demasiado estrecho y tuvo, incluso, mala construcción en algunos lugares. No fue ahondado hasta el año 1847, época en la que la mayoría de los barcos eran demasiado grandes, e Inverness pronto quedó conectada con las Lowlands mediante el ferrocarril.

El canal es en la actualidad un atractivo turístico para embarcaciones de recreo mantenido y administrado por la entidad gubernamental British Waterways.

Grand Union Canal, Reino Unido

El Grand Union Canal, que fue inaugurado el 1 de enero de 1929 y prolongado en 1932, tiene la singularidad de ser el más largo del país, con la cabecera en Londres y el final en Birmingham, cuna de la Revolución Industrial, tras 220 kilómetros y 158 esclusas. Durante recorrido incluye varias intersecciones con otros canales, como el de Stratford-upon-Avon, cuna de Shakespeare, o el Fazeley (con 29 kilómetros y 38 esclusas).

Otro de sus brazos es el Canal Regent, que atraviesa el centro de Londres, concebido para transportar mercancías. Esta vía fluvial londinense se ha convertido en uno de los paseos preferidos de peatones y ciclistas.

Canal de Llangollen, Reino Unido

Este canal, que consagró a Thomas Telford (1757-1834) como uno de los mejores ingenieros civiles del Reino Unido, recorre los bucólicos paisajes del noreste de Gales enhebrando túneles, esclusas y acueductos como el de Pontcysyllte, que permite flotar literalmente a 38 metros de altura sobre el valle del Dee.

La travesía, entre Wrenbury y Llangollen, se realiza en los tradicionales ‘narrowboats’, viejas gabarras que surcaban los canales industriales. En 2009, parte de su trazado fue declarado patrimonio mundial.

San Petersburgo, Rusia

Las aguas del río Neva, al norte de Rusia, se deslizan hasta el mar Báltico atravesando San Petersburgo, fundada en 1703 sobre las aguas del Golfo de Finlandia por el zar Pedro I, que buscaba convertir la ciudad en una pequeña recreación de Europa en Rusia. ¿Su referencia? Ámsterdam, la capital de Holanda, con sus ríos, puentes y canales, inspiraron el diseño urbanístico de estas islas sobre los ríos Neva y Moika.

La que fuera capital imperial durante dos siglos, la Leningrado de la era soviética, es una ciudad entretejida por más de 60 canales y 42 islas unidas por más de 400 puentes (22 levadizos). Un paseo en barco por los ríos Neva, Moika y Fontanka y canales como el Griboedova permiten conocer la metrópoli y ver sus majestuosos edificios reflejados en el agua.

Naviglio Grande, Italia

Milán se asoma al agua y adquiere un aire plácido en el barrio de los Navigli, donde los antiguos canales servían para regar los campos y abastecer a la ciudad. La red fue mejorada en el siglo XV por Leonardo da Vinci, que los convirtió en auténticas carreteras fluviales para transportar hasta la ciudad las piedras con las que se construiría el Duomo.

Hoy solo se conservan los dos principales: el Naviglio Pavese y el Naviglio Grande, que conecta el río Tesino, cerca de Tornavento (en la región de Lombardía), con el muelle milanés de Porta Ticinese. Estos dos canales se construyeron con la intención de comunicar la ciudad con el mar y durante muchos años sirvieron para transportar mercancías pero actualmente son meramente decorativos, repletos de bares y restaurantes en sus orillas.

Canal de Brenta, Italia

A su paso por la provincia del Véneto, el río Brenta fue canalizado en el siglo XVI para garantizar el abastecimiento agrícola de la Serenísima, comunicando Padua y su provincia con Venecia. Por sus orillas se reparte un centenar de ‘residenze di campagna’, villas del Alto Renacimiento y el Barroco, entre las que destacan las construidas por Andrea Palladio (1508-1580) siguiendo los ideales clásicos. En ellas se organizaban fiestas a las que los aristócratas acudían en unas barcas conocidas como ‘burchiellos’.

Con la llegada de Napoleón todo este esplendor llegaría a su fin, pero aquellas fantásticas villas, algunas de ellas con preciosos jardines, lograron sobrevivir hasta nuestros días, convirtiéndose en todo un atractivo para el visitante de la zona.

Podrás navegar en barco por el canal del Brenta, desde el que verás de primera mano el curioso sistema hidráulico empleado en la construcción del mismo, y contemplar las villas que han logrado perdurar en el tiempo –unas ochenta-. Los barcos se pueden coger tanto en Padua como en la terminal de ferris de Venecia, ofreciendo algunos de ellos la posibilidad de visitar algunas de las villas.

Ludwigskanal, Alemania

El canal Ludwig, bautizado en honor al rey Luis I de Baviera, se construyó entre 1836 y 1846 para unir el curso alto del Danubio en Kelheim con el río Main en Bamberg, afluente del Rin. Pero el viejo sueño de unir el mar del Norte y el mar Negro resultó inviable (era demasiado estrecho para grandes barcazas) y fue reemplazado más de un siglo después por el canal Rin-Meno-Danubio, mucho más grande. Su construcción se inició en 1921, pero no se completó hasta 1992.

El nuevo canal es más corto y aún se conserva, entre Núremberg y Berching, un tramo de 60 kilómetros del canal original. Algunas de las esclusas aún funcionan y parte del camino de sirga se ha convertido en una pista para bicicletas. El antiguo canal se acerca al nuevo canal en Pollanten, y desde allí los dos canales fluyen corriente abajo en paralelo, y finalmente se encuentran a 5 kilómetrods al sur de Berching.

… y Ámsterdam (Países Bajos): Telaraña de 7.000 kilómetros de canales y lagos

Por los Países Bajos se extiende una telaraña de 7.000 kilómetros de canales y lagos interiores que recorren antiguos cargueros de madera, algunos centenarios, recuperados para el turismo. Solo en la capital hay un centenar de kilómetros de vías navegables: el famoso cinturón de canales de Ámsterdam, patrimonio mundial desde 2010. Un laberinto concéntrico cruzado por 1.281 puentes y ribeteado por hileras de casas profundas y angostas, con fachadas a dos aguas, edificadas por mercaderes en el Siglo de Oro.

Los tres principales canales, el Herengracht, el Prinsengracht y el Keizersgracht, que fueron construidos en el siglo XVII durante la «época dorada» neerlandesa, forman cinturones concéntricos alrededor de la ciudad, a lo largo de los cuales se alzan numerosos monumentos.

Esta área de la ciudad del siglo XVII, delimitada por el canal Singelgracht, ha sido incluida por la Unesco en la lista de Patrimonio de la Humanidad bajo el nombre de «Zona de canales concéntricos del siglo XVII delimitada por el Singelgracht de Ámsterdam» en 2010.

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