La península dominicana, en la que se ha grabado el reality de Tele 5, es un paraíso natural con playas de ensueño

La tercera edición de ‘La Isla de las Tentaciones’, reality de Tele 5 que cosecha éxitos de audiencia, se ha grabado (al igual que las dos entregas anteriores) en la península de Samaná, al norte de la República Dominicana. Sus playas de arena blanca, las espectaculares casas de alquiler y los hoteles de lujo adaptados al paisaje contrastan con la humildad y la escasez de un entorno social plagado de contrastes y entornos por descubrir.

Playa en Cayo Levantado.

Samaná ofrece al visitante la experiencia de un viaje del que no regresarás indiferente. Sus playas se encuentran entre las mejores clasificadas del mundo y, a diferencia, de Punta Cana, el turismo internacional no ha convertido aún la península en otro parque temático. Más bien al contrario, el idílico entorno de vegetación y montañas, bordeadas por un mar de colores azul y turquesa, es un lugar idóneo para sorprenderse con parajes de ensueño, donde sus habitantes siguen fieles a una forma de vida tremendamente humilde, sencilla y sin estrés.

Playa de 4 kilómetros en Las Terrenas.

Este paraíso natural es una zona ideal para los turistas que huyen del ‘todo incluido’ y optan por perderse en un entorno natural auténtico, lejos de la masificación de otras partes del país caribeño. Es un destino que no deja indiferente a nadie por la fuerza de su naturaleza. Incluso el desarrollo hotelero en la península ha sido respetuoso con el entorno natural, lo que facilita una integración correcta de los hoteles en la zona.

Vista desde Cayo Levantado.

Ejemplo de esto último es Cayo Levantado, una isla de reducido tamaño frente a la bahía, en la que se levanta uno de los complejos hoteleros más impresionantes del país y cuya sola contemplación te traslada a un verdadero sueño sin necesidad de cerrar los ojos. Salvo una playa de uso público, con horario restringido, el resto de la isla es para el único disfrute de sus huéspedes. Para llegar hasta allí, una barca del propio hotel hace las veces de transporte público. Es, sin duda, un lugar terapéutico contra el estrés urbano y un lugar cargado de romanticismo.

Islote en el parque natural de los Haitises.

Pero la península de Samaná es muchísimo más que eso. Una visita obligada es el parque nacional de los Haitises que, con una superficie de unos 600 kilómetros cuadrados, representa un ejemplo de biodiversidad único en el que cientos de colonias de aves surcan sus cielos.

Manglar en la península de Samaná.

Los bosques de manglares y las cuevas habitadas por miles de murciélagos son otro atractivo para los amantes de las experiencias y la aventura en un parque natural caracterizado por sus islotes kársticos recubiertos por una densa vegetación.

Vista desde el interior de una cueva.

Los concursantes del reality show de Mediaset España quizá tampoco hayan visto la famosa cascada del Salto del Limón, en el que el agua se precipita desde unos 50 metros de altura, formando en su caída una piscina ideal para el baño refrescante. Una recomendable excursión que parte del municipio de Limón y que puede realizarse a pie o a lomos de una mula o un caballo.

Ambiente local junto a la playa del Rincón.

Si hablamos de arenas blancas y aguas de película, la playa del Rincón es otra visita obligada. Prepárate, en este caso, para atravesar una orografía excepcional que presenta la sierra que separa la localidad de Santa Bárbara, la capital de la provincia, de ese extremo de la isla para descubrir una playa calificada por los expertos como una de las 10 playas mejores de todo el mundo.

Playa del Rincón.

La arena blanca separa a lo largo de varios kilómetros las cristalinas aguas del mar del incesante desfile de cocoteros y palmeras. Toda la zona, a media hora de Santa Bárbara en un vehículo todoterreno, es un lugar idílico para los aficionados a la naturaleza, el snorkel o la gastronomía local que se ofrece en sus chiringuitos.

Acceso al pueblo de Las Terrenas.

Y, por supuesto, si quieres pasear por las calles de un antiguo pueblo de pescadores, degustar de una cerveza bien fría en una terraza y saborear pescado con salsa de coco, no dejes de perderte por el municipio de Las Terrenas. El lugar llama la atención por su mezcla constante de bullicio y de tranquilidad, en función de la calle por la que transites. Las Terrenas es como volver a la España de los años 70, con sus barberías y comercios tradicionales. También es el pueblo propicio para comprar recuerdos en forma de artesanía  o para adquirir unos buenos puros dominicanos mientras tienes la oportunidad de ver cómo los fabrican.

Cuatro jóvenes viajan en una sola motocicleta.

Si tu agenda lo permite, hay muchos otros rincones de la península de Samaná que visitar, compartir una charla con sus humildes habitantes e incluso aprender a bailar bachata, cuya música suena por cualquier rincón.

Puentes de Santa Bárbara, capital de la provincia.

Sin embargo, conviene reservar una parte del viaje para recorrer las calles de la capital, Santa Bárbara, con sus puentes característicos que unen los cayos de Vigía y Linares. Pasear por sus calles, algunas excepcionalmente pintorescas, entrar en la original iglesia de la Churcha, un verdadero símbolo de la ciudad construida en el siglo XVIII, o conocer el Museo de las Ballenas.

La península de Samaná es todo eso y mucho más, una auténtica isla de las tentaciones para los cinco sentidos y la experiencia viajera.

Rafa Monje

Por Rafa Monje

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