El botillo, el cocido maragato, la morcilla leonesa o sus magníficas cecinas, sin olvidarnos de dulces como las castañas y cerezas del bierzo o las mantecadas de Astorga, constituyen una paleta gastronómica de excelencia y sabor

La gran variedad que presenta la propia provincia de León desemboca en una gran variedad también en su cocina. Pero después de probar durante mucho tiempo las distintas suculencias de la gastronomía leonesa creo que hay algo que está prácticamente en cada uno de sus platos: la intensidad, intensidad de aromas y de sabores.

Podemos empezar por destacar El Bierzo, auténtico paraíso gastronómico que nos ofrece cada año innumerables productos que me atrevería a decir que son únicos en el mundo, como sus castañas, sus pimientos, sus manzanas o peras, sus cecinas o su botillo.

Fabricación del típico botillo de El Bierzo.

El botillo es una de las elaboraciones más reconocidas de El Bierzo y que más prestigio le reportan. Costillas adobadas y rabo de cerdo, acompañadas de alguna otra carne del cerdo, todo ello ahumado y embutidos y curados en tripa, para posteriormente cocinarse en una olla junto con patatas, repollo y chorizos.

Si de ollas hablamos, podemos desplazarnos también hasta la Maragatería para degustar su afamado ‘Cocido Maragato’, un plato de esos que antaño servían para dar fuerza y aguante a la gente que pasaba su jornada de sol a sol en el campo. Se trata de un cocido tradicional pero cuyos componentes se sirven al revés que el resto de cocidos, empezando en este caso por las carnes, siguiendo por los garbanzos y las verduras y terminando por la sopa.

Cecina

La cecina leonesa es otro de esos productos de los que se puede presumir en la provincia de León. Exquisita y de sabores profundos y ahumados, este jamón de vacuno deleita el paladar de todo aquel que la prueba. Piezas de vacuno de la mejor calidad, salada y ahumada normalmente con madera de encina o roble y curación lenta para obtener piezas con una importante infiltración de grasa que le da jugosidad y profundidad de sabor.

Si avanzamos por este paseo a través de la gastronomía de León es irremediable encontrase también con la morcilla. La morcilla leonesa es uno de esos platos que derivan de la matanza del cerdo y, en este caso, se diferencia de otras morcillas por la ausencia de arroz. La morcilla leonesa es perfectamente reconocible dentro del abanico de morcillas de España, y los dos ingredientes fundamentales con los que se elabora son la sangre de cerdo y la cebolla. Hay muchas formas de prepararla, pero es frecuente que si vamos de tapeo por los bares leoneses nos la presenten desmenuzada en un plato junto con unas tostas de pan para que nos la untemos. La morcilla leonesa es uno de esos productos exquisitos que en León se siguen preparando con esmero.

Cocido.

Si nos vamos a esos platos que están en el acerbo más tradicional nos encontramos con un plato que puede resultar muy curioso a mucha gente, la sopa de trucha. Pero todo tiene su explicación ya que en la provincia de León se encuentran algunos de los mejores ríos trucheros de España, con lo que la sopa de trucha no es más que una forma de aprovechar uno de esos productos de ofrece la naturaleza. Se trata de una sopa humilde, elaborada con trucha, pan de hogaza, ajo, pimentón, aceite y sal.

Pulpo con aceite.

También es tradicional la elaboración de ancas de rana en la zona de La Bañeza, bacalaos al ajo arriero en múltiples puntos de la provincia y pulpo con aceite y pimentón en la zona de Ponferrada, esto último por influencia y cercanía de la vecina Galicia.

En el apartado de dulces típicos seguramente los más conocido por todos los encontramos en Astorga, con sus mantecadas y sus hojaldres, aunque la provincia de León cuenta con una larga lista de dulces exquisitos entre los que se encuentran las castañas en almíbar o cerezas de El Bierzo, los amarguillos de Sahagún o los Nicanores de Boñar.  

Miguel Sanz

Por Miguel Sanz

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