Una escapada sugerente por el sur de la provincia de Salamanca entre los sonidos del bosque, el murmullo del agua y el silencio latente de la historia

La ruta de Batuecas–Desierto de San José de las Batuecas-Pinturas Rupestres, es uno de los recorridos más conocidos dentro del Parque Natural de la Sierra de Francia, una escapada a la sugerente naturaleza de la provincia de Salamanca, en el término municipal de La Alberca, rozando ya con Extremadura.
Nos adentramos en un valle donde fácilmente puedes encontrar jabalíes, corzos, buitres o ejemplares de cabra montés, un espacio natural donde también habitan la cigüeña negra y el águila real.

El motivo de esta excursión invernal es descubrir a través de nuestros propios pasos y sentidos: los olores del bosque, los verdes escondidos, el sonoro fluir de su agua de indescriptible color, variable en sus saltos y sus tramos, siempre clara. Una ruta por un paisaje que te envuelve de principio a fin y que culminamos, como auténticas valientes, en las pozas de agua en pleno mes de enero, una idea que asusta a algunos, pero que a nosotras nos vigoriza.
Monasterio de Batuecas

El recorrido comienza en la zona de un puente de madera muy bien conservado y señalizado que nos llevará hasta el Monasterio Santo Desierto de San José de las Batuecas, nada más pisar los tablones nos damos cuenta que entre el olor a refrescantes encinas, alcornoques, pinos, madroños, rusco… el olor a quemado también se distingue y el incendio de este verano se ve en los pinos, los helechos y otra materia arbustiva que ha perdido su color, creando cierta tristeza y a la vez alivio por no haber llegado al monasterio.
Este invierno, el agua fluye por todos los lugares en abundancia, así que para pasar al recorrido por detrás del monasterio hay que realizar unos pequeños saltos sobre rocas y ayudarnos de las manos, árboles y paredes para continuar con los pies secos, aunque, por suerte, nuestro calzado nos protege de los posibles despistes. A estas alturas, la ruta te invita al silencio tanto por la propia naturaleza como por las estrofas de San Juan de la Cruz escritas en pizarra sobre las puertas de entrada al monasterio.


Y sobre nuestros pasos, dejando atrás los eremitorios de los monjes continuamos por los canchales que nos guian hasta las famosas pinturas rupestres de cabras montesas que debemos escudriñar tras los barrotes interpuestos, para no ser más dañadas o borradas aún.
El sol nos acompaña y disfrutamos de su presencia para retomar fuerzas y buscar pozas de rápido acceso para el baño, que qué decir tiene… se disfruta mucho más en el estío. Aunque el cuerpo y, especialmente, los pies son los más agradecidos, saliendo renovadas y con mejor disposición para regresar a ingerir algo caliente que nos nutra el cuerpo.
Finalizamos en el lugar donde comenzamos, pero más en calma, casi sin hablar, armados del lenguaje del bosque, los sonidos del agua y el silencio enraizado de los siglos pasados.

Cómo llegar a Batuecas:
Para llegar a este enclave es necesario ir hasta La Alberca (Salamanca). Y aquí, tomar la carretera SA-201, en dirección hacia Las Mestas (Cáceres). La carretera es sinuosa, ya que presenta numerosas curvas. Cuando llevamos recorridos unos 11.5 km. veremos a la derecha el Monasterio Desierto de San José de Batuecas.

Este monasterio se encuentra en la cabecera del valle de Las Batuecas, en el término municipal de La Alberca (Salamanca). Su fundación se remonta a finales del siglo XVI y está ocupado por la Orden de los Carmelitas Descalzos. Experimentó diversas obras de restauración y reacondicionamiento a comienzos del siglo XXI, señala Wikipedia.
Ubicado en un entorno profusamente arbolado, es bañado por el sur por el río Batuecas y existen en él diversas ermitas. En la entrada cuenta con una portada compuesta por un arco con una pequeña espadaña y una estatua de San José. El complejo de edificios que integra el monasterio propiamente dicho está dominado por la iglesia.
Texto y fotografías: PILAR ARIAS
viajarymuchomas.com