El color amarillo de los girasoles se mezcla con el intenso azul del cielo en muchos campos españoles

El 20 de junio se celebra el Día Internacional del Girasol, un motivo más para preparar una escapada al campo y disfrutar de los colores de esta estación

El verano es tiempo de ocio y de disfrutar al aire libre. Si además eres un apasionado de los colores, te invitamos a presenciar un campo de girasoles. La intensidad amarilla de la flor de escudo, como también se denomina popularmente a esta planta herbácea, no puede ser más llamativa y espectacular. Y si no que se lo pregunten a Vicent Van Gogh, quien sentía predilección por el color amarillo. El pintor neerlandés se inspiró en este color como así lo atestigua gran parte de su obra, incluidas pinturas como «La casa amarilla», «Terraza de café por la noche» o «La avenida de los Alyscamps», entre otras.

Los colores intensos de la planta del girasol son ideales para los amantes de la fotografía.

Día Internacional del Girasol

Por si fuera poco, este día 20 de junio se celebra el Día Internacional del Girasol, lo que añade un motivo más para disfrutar de campos repletos de estas plantas con tallo grueso y alto con hojas pecioladas en forma de corazón. Su intenso color amarillo es como si el Sol se reprodujera en la Tierra a través de estas plantas tan características de los campos españoles. Y eso que esta planta es nativa del norte de México y sudoeste de Estados Unidos.

Pero en España su adaptación ha sido tan espectacular que podrás ver su flor a lo largo y ancho de cientos de kilómetros de campos y senderos del país. Contemplarlas desde el coche (siempre que vayas de copiloto, claro) es una visión que siempre recordarás.

Plaza mayor de Briviesca, Burgos.

Escapada a la provincia de Burgos

Por supuesto, en Castilla y León, lugares para ver campos de girasoles los hay a pares, pero nosotros te recomendamos la comarca de La Bureba, al norte de la provincia de Burgos. En concreto, acércate hasta la localidad de Briviesca, donde podrás vivir una experiencia de inmersión en la propia naturaleza. De ahí, dirígete hacia Poza de la Sal y completa tu visita conociendo la Colegiata Santa María la Mayor o el Monasterio de Santa Clara. 

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