
Milagro es que la Muralla de Ávila siga en pie, que la Casa Botines de León se edificara en menos de un año o que el origen de la frontera más antigua de Europa esté en la provincia de Zamora…
Castilla y León es la comunidad autónoma más extensa de España y cuna de la historia española y universal. Quizá por eso mismo atesore un sinfín de curiosidades a lo largo de los siglos y su rico patrimonio cultural. Son tantas, y tan asombrosas, que sería casi imposible recopilarlas aquí. Pero eso no nos impide compartir contigo nueve singularidades que puede que ya conozcas o que, muy alcontrario, te dejen boquiabierto y con absoluta cara de sorpresa. Sea de un modo u otro, lo que sí te animamos es a recorrer estos lugares que asombran al viajero más intrépido.
¿Y tú, eres curioso?

1. Acueducto de Segovia, ¿obra de los romanos o del mismísimo diablo?
El Acueducto de Segovia, construcción bimilenaria que sobrevive desde aproximadamente el año 112 d.C. en tiempos de Trajano, está compuesto por 167 arcos y 120 pilares, tiene 28,10 metros de altura y suma 20.400 piezas de granito unidas sin argamasa. Pero, realmente, ¿fue obra de los romanos? Porque la leyenda, que pasa de generación en generación, habla de que fue el mismísimo diablo el autor de este impresionante monumento.
Una joven aguadora, cansada de portar los cántaros a lo largo de los 16 kilómetros que separan el manantial de la ciudad, ofreció su alma al diablo a cambio de que le construyera un acueducto que le librara de tan penosa tarea. Satanás se comprometió a construirlo en una sola noche y puso como condición que el alma de la joven sería suya si lo lograba antes de que cantara el gallo. La segoviana, asustada, rezaba y rezaba para evitarlo mientras legiones de diablillos se encargaban de colocar piedra sobre piedra. Cantó el gallo y solo faltaba por colocar una mole de granito. Esos agujeros en las piedras son, quizás, las huellas de las pezuñas que dejó Lucifer en su huida.
El diablo huyó entonces, pero hoy permanece en forma de escultura en lo alto de la cuesta de San Juan. Allí, travieso’, aprovecha su descanso para sacarse un selfie con la grandeza de ‘su obra’. Imposible resistirse.

2. Casa Botines (León), una majestuosa edificación levantada en menos de un año
Te imaginas hoy en día que una obra como la majestuosa Casa Botines de León se construyera en menos de un año. Difícil cumplir ese plazo, ¿verdad? Sin embargo, esta obra que, junto al Palacio Episcopal de Astorga (León) y El Capricho de Comillas (Cantabria), son las únicas tres construcciones del arquitecto catalán fuera de Cataluña, fue edificada en menos de un año.
Todo un prodigio para este exponente del modernismo, que en la actualidad ofrece diversas modalidades de visita y alberga además exposiciones temporales y permanentes -didáctica e interactiva-. Aprovecha la visita y acércate a la plaza de San Marcelo o ‘de las palomas’ alberga la sede consistorial y diversos locales de hostelería dotados de amplias terrazas.

3. Valladolid histórica, tantos hechos que dan para una enciclopedia
Así es. Valladolid, la ciudad que acogió la boda clandestina de los Reyes Católicos y vio morir a Juan II de Castilla y a Cristóbal Colón, puede presumir, como pocas, de ser paso obligado para entender la historia de España. Desde una sola baldosa de la plaza de San Pablo, girando sobre ti mismo, puedes ver como esta ciudad es cuna de reyes y hechos históricos que la convierten en paso obligado para cualquier viajero con ganas de revivir el pasado. No en vano, fue capital de España entre 1601 y 1606.
Valladolid vio nacer a Felipe II, a Felipe IV y a la reina de Francia Ana de Austria. Capital del imperio español,testigo de los tejemanejes del primer gran especulador de la historia de España, el duque de Lerma; y hasta capital oficiosa por unos días del imperio francés en tiempos de Napoleón. Antes de comenzar la visita, te dejamos 10 curiosidades y datos históricos de Valladolid para ir abriendo boca:
En Valladolid nacieron y fueron bautizados los reyes Felipe II (1527) y Felipe IV (1605). Napoleón, en plena Guerra de la Independencia, permaneció en la ciudad once días, en los que la ciudad se convirtió en la capital oficiosa del Imperio Napoleónico (del 6 de enero al 17 de enero de 1809). Además, esta histórica ciudad conserva la única casa de España de la que existe certeza absoluta de que fue habitada por Miguel de Cervantes y puede presumir de tener la primera plaza mayor regular de España. Como dicen sus habitantes, no tiene mar, pero sí playa: en el río Pisuerga.

4. La bodega más antigua de Castilla y León está en Burgos y es del año 1179
Como lo lees. Una bodega con una antigüedad superior a los ocho siglos. A tan solo dos kilómetros de la localidad de Caleruega, en concreto, en el despoblado de San Marín de Bañuelos, se encuentra la bodega más antigua de la Ribera del Duero. La documentación data del año 1179 cuando pertenecía al rey Alfonso VIII. Se conservan tres paredes y una pila tallada en piedra.
Y ya que estás en plena Ribera del Duero, no te pierdas una visita a la villa de Caleruega, del año 1062. Aquí nació el Santo Domingo de Guzmán, el santo burgalés más universal. En la localidad conserva el Real Monasterio de Santo Domingo de Guzmán, en el que se halla el sepulcro de la Infanta Leonor de Castilla (hija de Alfonso el sabio); el pozo de Santo Domingo, el Torreón de los Guzmanes, la Bodega de Santa Juana y la Iglesia de San Sebastián.

5. Frías, la ciudad más pequeña de España (y del mundo)
Sorprende que un pequeño pueblo con menos de 300 habitantes ostente el título de ciudad, pero es tan real como la vida misma. De hecho, esta ciudad de postal se llama Frías y se encuentra en la provincia de Burgos. Su perfil se dibuja sobre un peñasco, porque este municipio se halla encaramado en un cerro rocoso y aislado en el valle de la Tobalina, en la comarca de las Merindades.
Esta villa, ejemplo claro de la arquitectura militar medieval fue ya en el siglo XIII importante centro comercial y defensivo. De hecho, asombra su castillo de hadas que abriga las casas que se apelotonan sin orden por las laderas, rodeando el cerro, y que en ocasiones cuelgan al abismo del acantilado.
La grandeza de Frías data de lejos. El rey Alfonso VIII de Castilla le otorgó en 1202 un espléndido fuero real. Dos siglos después se vio reforzado con la concesión del título de ciudad. Exactamente el 12 de mayo 1435 Juan II concedió este honor a Frías, un título que nunca desaparecería, si bien ha pasado por no pocas vicisitudes a lo largo de la historia.

6. Alcañices (Zamora), donde surgió la frontera más antigua de Europa
El Tratado de Alcañices es el documento que ha dado lugar a la frontera más antigua de Europa, al que conforman España y Portugal. Firmado en 1297 en esta villa zamorana, fue suscrito entre los titulares de la corona de Castilla y el reino de Portugal, es decir, por el rey Fernando IV de Castilla, en cuyo nombre, por ser menor de edad, actuaba la reina María de Molina, y por el rey Dionisio I de Portugal.
Un siglo y medio antes, la conferencia de paz celebrada el 5 de octubre de 1143 entre el rey Alfonso VII de León y Castilla y su primo Afonso Henriques, arrojó como resultado el reconocimiento de la independencia del reino de Portugal. Reflejada en el Tratado de Zamora (1143), marca de manera oficial el nacimiento de Portugal como estado independiente y el inicio de la dinastía alfonsina. Se estableció entonces la denominada raya de Portugal. Desde entonces, Raya o Raia es el nombre que recibe comúnmente la frontera entre Portugal y España.
Esta villa es la capital de la comarca de Aliste tiene un gran patrimonio en el que destaca su recinto murado de origen templario. En Alcañices también puedes disfrutar de un gran entorno natural cerca de la Raya, la frontera con Portugal.

7. Salamanca tiene una espléndida Plaza Mayor que parece cuadrada pero que no lo es
La Plaza Mayor parece cuadrada pero no lo es. De hecho, sus cuatro lados son diferentes, lo que le imprime todavía más encanto. 88 arcos y un ambiente digno de compartir en cualquier momento.
Desde este ágora, que ha dado cobijo a desfiles, conciertos y hasta corridas de toros, echa un vistazo a las estatuas sobre la fachada norte, donde está el Ayuntamiento. Las estatuas remiten a la representación de prudencia, justicia, fortaleza y templanza, aunque hay quien prefiere ver los símbolos de la agricultura, la industria, la música y la poesía.
Y, por supuesto, si en algún momento de tu visita no quedas con alguien ‘debajo del reloj’ de la Plaza Mayor es como no haber vivido la experiencia de compartir la vida de la ciudad.

8. La icónica Muralla de Ávila que estuvo a punto de ser demolida en el siglo XIX
Tan verdad como un templo. El auténtico emblema de la capital abulense, su muralla, sigue en pie en la actualidad gracias a que no triunfó a finales del siglo XIX la intención de algunos intelectuales de demolerla para permitir el desarrollo urbano de la ciudad. La salvó la falta de recursos económicos. ¡Menudos visionarios!, ¿verdad?
Resulta imposible no quedarse admirado por la belleza de este rectángulo amurallado del año 1099, de 2.500 metros de perímetro, con nueve puertas, 87 torres semicirculares y numeradas (dispuestas cada veinte metros), 2.500 almenas y merlones. La torre número 1 es el Cimorro (el morro de la ciudad). Sobresale de la muralla y es la más fortificada y la más llamativa. No en vano, esconde tras sus muros el gran ábside de la catedral.
Otra curiosidad es que esta muralla tomó ‘prestadas’ piedras procedentes de la necrópolis altoimperial ubicada a la altura del Parque de San Vicente. Busca allí, entre las piedras de la base, esas lápidas funerarias reutilizadas. Verás una incluso en la que puede leerse la inscripción: ´Tu mujer y tu hijo te desean que la tierra te sea leve’.
Y si espectacular es recorrer la muralla por fuera, imprescindible resulta pisarla por su paseo de ronda, entre torreón y torreón. 1,7 kilómetros de su trazado son visitables. Puedes acceder por la Casa de las Carnicerías, la Puerta del Alcázar, el Arco del Carmen y la Puerta del Puente Adaja.

9. Zamora la Vieja, una fortificación medieval junto al embalse de Ricobayo
Las ruinas de la antigua Zamora se ubican en el término municipal de San Cebrián de Castro, muy próximas al pueblo anexo de Fontanillas de Castro. El emplazamiento data del siglo XII y su perímetro cuadrado se extiende a lo largo y ancho de casi 5.000 metros cuadrados, con los restos de sus murallas, castillo y ermita.
Los expertos sostienen que acogió un antiguo poblado romano, en concreto, la mansión Vico Aquario. Pero fue en el año 1129 cuando Alfonso VII de León y su mujer Berenguela de Barcelona concedieron el fuero de Zamora y delimitan su alfoz a la fortificación. Con posterioridad, en 1176, la Orden de Santiago recibió Castrotorafe como donación real, configurándose en ese momento como villa, con una superficie de 10 hectáreas.
Castrotorafe recuperó repentinamente el protagonismo estratégico durante la Guerra de Sucesión deEnrique IV, que enfrentó a los futuros Reyes Católicos con la princesa Juana y su esposo, Alfonso V, rey de Portugal.
El castillo de la fortificación fue construido por orden del infante Don Juan antes de 1319. Se realizó con un doble muro en escuadra, del que se conserva el frente sur, con tres torres, y el inicio del frente este con la puerta principal. La torre del ángulo era posiblemente la torre del homenaje y sólo se conserva una pared en la que se abre la puerta de ingreso.
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