
La región ofrece en verano espacios para el disfrute de aguas cristalinas sin necesidad de competir por el habitual espacio en la arena
Portugal, con sus 832 kilómetros de costa, ofrece centenares de playas para disfrutar del verano. Muchas de ellas son destinos conocidos para el turismo, pero otras no tanto. Además, el país ofrece más de 3.000 horas de sol al año, lo que convierte a este territorio en un lugar imprescindible para disfrutar del estío y, de paso, empaparte de su cultura y patrimonio, sin olvidar su apreciada gastronomía.
Pero si eres de estos visitantes que aprecian sobre todo la relajación, ajenos al bullicio, te proponemos 7 playas marítimas y fluviales de la región Centro de Portugal. Ese encanto especial que sólo lo ofrecen los espacios menos conocidos son todo un plan para estar también más cerca del espíritu del lugar y los pueblos que los rodean.

La playa de Cabedelo
Situada junto al canal del río Mondego, ofrece unas vistas inigualables de la encantadora ciudad de Figueira da Foz. Con un paisaje de dunas protegidas, la playa de Cabedelo combina la belleza del mar con la de la naturaleza que la rodea. Una combinación perfecta que entusiasma a los amantes del surf.
El acceso a esta playa se realiza a través de pasarelas de madera que, al mismo tiempo, protegen las dunas. En 2024, las aguas de la playa de Cabedelo recibieron el distintivo de Calidad Oro y es ideal para practicar surf, kitesurf y pesca deportiva.
Además, todos los veranos, la playa de Cabedelo acoge el festival Gliding Barnacles, una actividad ganadora. Allí te encontrarás con surfistas, buenas olas y varios conciertos, además de eventos relacionados con esta práctica deportiva, pequeñas competiciones, exposiciones y residencias de artistas. La edición de este año se celebra del 18 al 22 de septiembre.

São Pedro de Moel
Los orígenes de São Pedro de Moel, a 26 km de Leiría, se remontan a la fundación de la nación portuguesa. Estas tierras fueron donadas a los monjes de Alcobaça en 1153, que desempeñaron un papel crucial en la organización del territorio, así como en el desarrollo de nuevas técnicas agrícolas en la región.
São Pedro de Moel era un encantador balneario que atraía a las familias adineradas de los industriales de Marinha Grande y a familias de Lisboa, Coimbra y Santarém que compraban aquí sus casas de veraneo. A principios del siglo XX, São Pedro de Moel ya contaba con un casino y varios hoteles y pensiones, lo que la convirtió en un destino turístico de vacaciones.
La arquitectura puede ser una excelente motivación para explorar esta sorprendente playa. El plan urbanístico fue elaborado por el arquitecto José de Lima Franco. Los vínculos visuales con el mar, la baja densidad de edificación y la comunión con el paisaje, conservando el pino marítimo e integrándolo en las casas, permanecen hasta nuestros días. La ruta de la arquitectura modernista muestra el genio intemporal de algunos de los arquitectos portugueses más renombrados: Manuel Tainha, Charters Monteiro, Camilo Korrodi, Frederico George y Egas José Vieira.
Esta playa acantilada (también en la imagen principal) es apta para el surf y el bodyboard y el agua puede estar ligeramente fría. En 2024 sus aguas volvieron a recibir el galardón de Calidad Oro. Está situada cerca del pinar de Leiria y la atraviesa lla ecopista Estrada Atlántica.
El Faro Penedo da Saudade es uno de los mayores iconos de São Pedro de Moel. Cuenta la leyenda que éste fue el lugar donde el Duque de Caminha y la Duquesa de Faro se juraron amor eterno. El Duque fue acusado de conspirar contra el rey y por ello fue condenado a muerte. La duquesa de Faro intentó disuadir al rey, pero desgraciadamente éste no escuchó su apelación. Al día siguiente de la ejecución, la duquesa volvió a la playa de São Pedro Moel para rememorar los bellos recuerdos que compartieron. Entonces vio rosas deslumbrantes a las que llamó «saudades», en honor a su amor perdido. De ahí el nombre de este emblemático faro, abierto a las visitas los miércoles.

Paredes da Vitória
Ideal para familias, la playa de Paredes da Vitória se encuentra muy cerca del Monasterio de Alcobaca, Patrimonio de la Humanidad. Es una playa perfecta para familias, por su tranquilidad, seguridad y cercanía al río.
Los orígenes de Paredes da Vitória son bastante remotos. Existen incluso vestigios de una calzada romana en la Serra d’Aire e Candeeiros (Estrada Romana da Carreirancha – Alqueidão da Serra) datada entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C., que unía el puerto de Paredes con Tomar, Leiria y Conímbriga. El puerto de Paredes desempeñó un papel importante en el desarrollo económico de la región.
En 1500, el puerto de Paredes contaba con un fuerte y 17 carabelas para defender su puerto. Hay constancia de que la flota de Vasco da Gama, antes de partir hacia la India, atracó aquí para aprovisionarse. Sin embargo, los fuertes vientos azotaron esta región y el puerto con tal fuerza que todo quedó destruido. Con la invasión de las arenas, el pueblo fue abandonado, quedando sólo la capilla de Nuestra Señora de la Victoria, la casa del ermitaño y un molino.
Una formación rocosa muy curiosa llamada «castillo» se asemeja a un león descansando y contemplando el Atlántico. En el centro de la playa hay un pequeño pueblo con acogedoras terrazas, restaurantes, un parque infantil y vestuarios públicos.
La playa de Paredes da Vitória ha mejorado sus infraestructuras en los últimos años, convirtiéndose en una playa perfecta para aprender a hacer surf. Esta playa ha sido galardonada con la Calidad Oro, Bandera Azul y Playa Accesible.

Vale Furado
Situada entre Nazaré y Alcobaça, la playa de Vale Furado sigue siendo uno de los secretos de la costa oeste. Bellamente enmarcada por los arrecifes, este paraíso natural merece sin duda una visita.
Vale Furado es el lugar ideal para los amantes de la naturaleza y los viajeros en busca de tranquilidad y silencio. Esta playa ofrece a los veraneantes experiencias únicas, como una cascada de agua dulce esculpida por la erosión. Un encuentro perfecto entre el mar y el río, muy del agrado de los niños.
La ecopista de la Estrada Atlántica atraviesa la playa de Vale Furado. El trayecto comienza en la playa de Osso da Baleia, al norte, y culmina en Salir do Porto, cerca de la playa de Sâo Martinho do Porto. La vista desde el mirador de Vale Furado es absolutamente impresionante. La ventana perfecta a un paisaje que le arrebatará.
En la playa de Vale Furado, no te pierdas el restaurante MAD, propiedad del eslovaco Slavi Husar, que dejó Eslovaquia en 2010 para trabajar en la región occidental. Este creativo chef practica una cocina de fusión basada en excelentes ingredientes. La mantequilla picante, las gambas dinamita o la berenjena búlgara son especialidades orbigatorias, al igual que las flores comestibles. Su padre trabajaba con flores en la antigua Checoslovaquia y Slavo heredó la misma pasión.

Poço Azul
La playa fluvial de Poço Azul, situada en la Serra da Arada, en São Pedro do Sul, cerca de Viseu, es la obra maestra natural por excelencia. Un refugio de paz interior y profunda conexión con la naturaleza. Una joya en el corazón de un paisaje natural impresionante.
Esculpidas por la fuerza del agua a lo largo del tiempo, las rocas y acantilados del río presentan curiosas formas. Algunas de ellas fueron talladas por el artista Custódio Almeida, representando formas de peces y divertidas caras. Estas rocas parecen haber sido colocadas estratégicamente para ofrecer la mejor vista de la exuberante cascada.
El agua está muy fría, pero al mismo tiempo es muy refrescante en los calurosos días de verano. El agua no alcanza una gran profundidad, lo que ofrece seguridad a los veraneantes, sobre todo bajo la hermosa cascada. También hay una zona de picnic disponible.

Penedo Furado
La playa fluvial densamente arbolada de Penedo Furado, con su preciosa ubicación en la región de Vila de Rei, el centro geodésico de Portugal, en la EN 2, a 45 minutos de Tomar, es un verdadero paraíso natural habitado por innumerables cascadas. Ideal para familias y amantes de la naturaleza.
Es la playa fluvial más popular de la región de Vila de Rei, no sólo por sus aguas cristalinas de calidad Oro, que fluyen lentamente en su lecho a través de un canal natural en la roca, sino también por sus infraestructuras. La playa también es popular entre los campistas. El lugar es ideal para practicar diversas actividades deportivas, como senderismo, escalada, rappel, tobogán y piragüismo, y es una zona recreativa y de ocio polivalente.
El mirador de Penedo Furado está situado en la zona alta, ofreciendo una vista inigualable sobre las montañas y colinas cubiertas de pinares, el río Codes y el embalse de Castelo de Bode.
A la derecha del mirador, hay un nicho con la imagen de Nuestra Señora de los Caminos, después del cual hay un camino lateral que permite pasar a la parte inferior del peñasco y descender hasta la playa fluvial, pasando por la llamada «Bicha Pintada». La «Bicha Pintada», situada en la orilla derecha de la Ribeira do Codes, por debajo del mirador de Penedo Furado, es un fósil que, según algunos estudiosos, se cree que tiene más de 480 millones de años, incrustado en la parte superior de una capa de cuarcita gris oscura, de 30 cm. de espesura.
Cerca del mirador de Penedo Furado, se encuentra el mirador de Fragas do Rabadão, donde hay un Vía Crucis y un pequeño santuario, cuyas estatuas fueron ofrecidas por los lugareños, desde donde se puede disfrutar del paisaje hasta el embalse de Castelo de Bode y donde comienza un sendero que se une al del mirador anterior, enlazando con la «Bicha Pintada».
También existe el Sendero de las Bufareiras, una ruta peatonal lineal que culmina en la Playa Fluvial de Penedo Furado y conduce por antiguos caminos llenos de misterio hasta la zona de las Bufareiras, un lugar con un paisaje insólito, fruto del macizo rocoso que lo rodea, a través del cual se descubren varias cascadas naturales que lo convierten en uno de los lugares más emblemáticos de la región.

Senhora da Piedade
Situada en la impresionante Serra da Lousã, a 34 kilómetros de Coimbra, la playa fluvial Senhora da Piedade tiene el mismo nombre que la ermita cercana. Un lugar de pura belleza natural y tranquilidad, a pocos pasos del emblemático castillo de Lousã.
Hecha enteramente de esquisto, esta playa fluvial es una auténtica visita obligada en verano. Hay una piscina poco profunda para niños, así como acceso para personas con movilidad reducida.
Esta playa fluvial dispone de un bar con terraza, que ofrece magníficas vistas de la Serra da Lousã y de la capilla de Nossa Senhora da Piedade. También dispone de vestuarios con duchas y aseos. Durante la temporada de baños, esta playa está vigilada y cuenta con un puesto de primeros auxilios.
El restaurante O Burgo ofrece un ambiente profundamente familiar, junto con irresistibles especialidades de la cocina tradicional portuguesa. Las vistas sobre el paisaje natural circundante son deslumbrantes.
Aprovecha tu visita a esta zona y no dejes de conocer las preciosas Aldeas de Pizarra de Casal Novo, Candal y Cerdeira.
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