El silo de trigo de Belorado, en Burgos, alberga ahora un museo internacional

Belorado (Burgos) ha transformado el edificio de almacenaje de grano del pueblo en un singular espacio para acoger la colección sobre la historia de la radiocomunicación

Por CARMEN ALAMEDA

Belorado, pueblo burgalés de unos 1.800 habitantes ubicado en la Sierra de la Demanda, es el único municipio de España que ha transformado el antiguo silo de trigo en un espacio museístico de carácter internacional: el Museo de Radiocomunicación Inocencio Bocanegra.

Ubicado en el interior del antiguo edificio de almacenaje de grano, acoge una gran colección de equipos de radiocomunicación con la que entender la historia de las comunicaciones en un espacio único y diferente es toda una aventura por las ondas.

Ciertamente, el museo no hubiera tenido sentido si no fuera por Inocencio Bocanegra, un industrial burgalés cuya afición por la radiocomunicación le llevó a coleccionar multitud de equipos, entre 600 y 700, tanto militares como civiles.

La exposición está dividida en una serie de decorados que recrean distintas épocas y lugares donde las comunicaciones jugaron un papel importante y fueron un hito para la historia, como son el Titanic, el puesto fronterizo Checkpoint-Charlie de Berlín, una trinchera de la Primera Guerra Mundial, el Desembarco de Normandía, la Guerra Fría o la Guerra de Vietnam.

El Checkpoint-Charlie

El check-point-Charlie, el puesto fronterizo de EEUU en el Muro de Berlín.

El checkpoint-Charile fue un puesto fronterizo de EEUU en el Muro de Berlín y en el museo está reproducido a escala, así como la calle donde estaba ubicado, la Friedrichstrasse. En este espacio destaca el carro de combate M-60 Patton A3TTS al que podremos acceder y ver cómo es por dentro, gracias a la donación hecha por el Ministerio de Defensa. Estaba diseñado para albergar a cuatro personas: el conductor, ubicado debajo del cañón; el cargador, en la torreta más pequeña; y el jefe de carro y el artillero en la torreta más alta. ¿Sabes cuánto pesa?: 49 toneladas.

Carro de combate, de 49 toneladas de peso, en el museo de Belorado.

El Titanic

Recreando los camarotes de primera clase de la cubierta de botes del famoso transatlántico que se hundió en su primera travesía hace 109 años, podrás ver cómo se hacían las comunicaciones a bordo a través del telégrafo y del lenguaje morse en la Sala Marconi (se llamaba así porque era la marca de los equipos de radiocomunicación). Además, podréis escuchar la llamada de socorro que hizo el Titanic antes de hundirse. También pasarás por la sala de la generación eléctrica y el camarote de los radioperadores, también llamados marconistas.

Sala Marconi de comunicaciones.

Sala de la Segunda Guerra Mundial

Tras acceder a la bodega de un avión C47, donde veremos un modelo de receptor que llevaba el Enola Gay el día que lanzó la bomba sobre Hiroshima, nos podremos convertir en paracaidistas americanos de la 101 División Aerotransportada y saltar sobre las playas del Desembarco de Normandía. En esta sala podremos disfrutar de una estación americana completa, y del “primer teléfono móvil de la historia”. Verás también los equipos que llevaban los carros de combate, como los Sherman americanos, a los que se les apodaba “tumbas rodantes” porque poseían un blindaje muy escaso, así como un equipo canadiense que pudo usarse en el desembarco. Destaca también en esta sala uno de los modelos de radiocomunicación que pudieron usar los americanos en su base naval de Hawái en el ataque de Pearl Harbor.

En cuanto a la sección alemana se puede ver un traje del regimiento de ingenieros alemán y una Zundapp, una moto de la época que se usaba para las comunicaciones. Si te gustan los dioramas, aquí podrás encontrar un par de ellos sobre la Segunda Guerra Mundial.

Equipos de radio en puesto norteamericano.

Sala de la Guerra Fría

Traje espacial y traje de combate, ambos de estilo soviético.

Tras atravesar el túnel de espionaje conocido como el Túnel de Berlín nos adentramos en la sala de la Guerra Fría, a la Alemania del Este y a la Alemania Occidental. En esta estancia destacan los equipos de radio modelo arcoiris tanto de carácter militar como civil, así como distintos equipos de espionaje soviéticos. También se recrea un puesto fronterizo comunista y podremos ver de primera mano un trozo original del Muro de Berlín. Otro punto importante de esta sala es la “carrera espacial” entre americanos y rusos, donde se pueden ver un traje espacial y otro de combate, originales y de estilo ruso, como el que llevaría Yuri Gagarin, el primer hombre en viajar al espacio.

Recreación de trinchera inglesa de la Primera Guerra Mundial. Es la más grande de Europa y la única de España.

Trinchera de la Primera Guerra Mundial, la más grande de Europa

Saliendo ya al exterior, nos encontramos con la recreación de una trinchera inglesa de la Primera Guerra Mundial. Es la más grande de Europa y es única en España. En ella podremos encontrar multitud de estancias, como el hospital de campaña, los barracones, la cocina, el almacén, el puesto de mando, el puesto de control o las letrinas. La suerte que tendremos es que no están llenas de barro, suciedad ni cadáveres como en la vida real, ni enfermaremos de “pie de trinchera”, mal que aquejaba a los soldados al pasar muchas horas con los pies fríos, mojados y embarrados que hacía que se les gangrenasen y tuvieran que ser amputados para evitar la muerte.

Recreación del campamento americano en Vietnam.

Vietnam

La última parte de la exposición cuenta con una recreación del campamento americano en Vietnam. Allí se puede observar el helicóptero BELL UH1, que fue cedido por el Ministerio de Defensa y al que puedes subir. Con uno de estos modelos, España ayudó a los heridos en la Guerra de Vietnam en las misiones de salvamento.

Así que ya sabes, si este verano te apetece hacer algo diferente y bastante entretenido no dudes en visitar el Museo Internacional de la Radiocomunicación en Belorado que, además, ¡es accesible para todos! No olvides reservar con unos días de antelación para asegurar la entrada.

Para más información accede aquí.

viajarymuchomas.com