
Un viaje en furgoneta camper por ecosistemas mágicos y únicos del litoral del Cantábrico, entre el País Vasco y Cantabria
La costa del mar Cantábrico sorprende al viajero en cada uno de sus rincones, pero entre la pequeña población de Barrika, en Bizkaia, hasta San Vicente de la Barquera, en el occidente de Cantabria, el litoral muestra al viajero ecosistemas mágicos y únicos a lo largo de unos 150 kilómetros. La gran variedad paisajística que caracteriza a esta zona hace del recorrido, que de nuevo hacemos a bordo de una furgoneta camper de la empresa Roadsurfer, nos lleva por acantilados, playas de arena fina, dunas, marismas espectaculares, rías, montañas y campiñas y prados que conforman un plan inigualable para disfrutar en familia, en pareja, con amigos o en solitario de una experiencia casi indescriptible. Como si se tratara de una sucesión de toboganes, la ruta sube y baja para recordarnos su peculiar orografía junto al mar. Esta zona no casa con el aburrimiento. Todo lo contrario. Nos invita a adentrarnos en un espacio dominado por el profundo color azul del mar y exultante verde de montañas y prados.
Contenidos que puedes ver en este artículo:
- Barrika (Biskaia) su flysch y mucho más.
- El chiringuito como la mejor vista del atardecer.
- Flysh de Biskaia.
- Visitas guiadas con geólogos.
- De La Arboleda (Biskaia) a Castro Urdiales (Cantabria).
- De Laredo a Comillas.
- ¿Qué ver en el Parque Natural de Oyambre?
- ¿Dónde comer en Oyambre?
- Dónde puedes aparcar tu autocaravana o camper.
- San Vicente de la Barquera, ecosistema único del litoral.

Nuestro objetivo es llegar al Parque Natural de Oyambre, en Cantabria, pero sin perdernos poblaciones y parajes naturales a lo largo de un trayecto que comienza en Barrika (Bizkaia) y que, finalmente, concluye en San Vicente de la Barquera, en la vecina comunidad de Cantabria. Haremos paradas en lugares y poblaciones de enorme belleza: Barrika, Sopela, La Arboleda, Castro Urdiales, Laredo, Cabezón de la Sal, Comillas, Parque Natural de Oyambre y San Vicente de la Barquera. Algo más de 180 kilómetros de espectaculares vistas y sensaciones, de los que casi 150 son prácticamente en paralelo al mar.

Desde Barrika, junto al Flysch
Quizá no sea tan conocido mundialmente como el de Zarautz, en Guipúzcoa, pero el Flysch de Bizkaia es un impresionante espectáculo geológico a vista de pájaro. Nosotros nos encontramos en Barrika. Los accesos a esta maravilla de la naturaleza están convenientemente señalizados y, además, hay un aparcamiento que permite la entrada a automóviles y furgonetas camper de pequeño tamaño. No es nuestro caso, porque la camper Road House Fiat que llevamos tiene 2,7 metros de altura y no está autorizado el paso para vehículos de este tamaño.
Chiringuito que tiene la mejor vista del atardecer


Pero no importa, la carretera aledaña también ofrece suficiente espacio para el estacionamiento y, por si fuera poco, delante del chiringuito de copas y raciones más moderno y concurrido de la zona: Golfo Norte, quizá el mejor lugar del País Vasco para contemplar el atardecer sobre el mar, mientras tomas una cerveza y compartes una animada charla. No te pierdas sus patatas bravas con diferentes salsas, sus pizza y hamburguesas o su café con hielo. Aquí tienes el teléfono por si quieres saber más: 944 67 85 49.
El Flysch de Bizkaia

Flysch es un vocablo de origen alemán que los geólogos utilizan para denominar el conjunto de capas de roca que, tras crearse en el fondo marino durante millones de años, se fracturaron y salieron a la luz tras la colisión de las placas tectónicas.
Barrika forma parte del Flysch de Bizkaia, integrado además por Getxo, Sopela, Gorliz, Lemoiz y Bakio, con su ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Recorrer la rasa mareal y observar los estratos alineados en capas y lavas verticales supone toda una inmersión en la historia geológica del País Vasco, compuesto también por el geoparque de la costa guipuzcoana.

La localidad de Barrika, famosa por sus acantilados salvajes y sus calas coquetas, acoge algunos de los elementos más importantes del Flysch de Bizkaia. Aquí puedes disfrutar de impresionantes formas y estructuras rocosas.
Acércate también a la pequeña cala de Meñakoz, ubicada a medio camino entre Sopela y Barrika. Aquí encontrarás una pared formada por rocas volcánicas que erupcionaron hace más de 100 millones de años. No olvides la cámara de fotos y menos aquí, porque la forma en la que se presenta esta lava tiene su origen en el brusco enfriamiento que tuvo al entrar en contacto con el agua. No en vano, es uno de los pocos vestigios de vulcanismo existentes en el País Vasco.
Visitas guiadas y con geólogos
Accede aquí si quieres contratar una visita guiada por 8 euros por persona. Ahora bien, si prefieres gritar aquello de ¡tierra la vista!, entra aquí para contratar una visita guida en barco. La ruta marítima, que parte desde el puerto de Plentzia para recorrer los acantilados de Bizkaia. Se trata de una experiencia muy recomendable y con un precio asequible (33 euros por adulto, 18 los niños de hasta 10 años). La singular travesía incluye la ruta en barco guiada por expertos geólogos.

De La Arboleda a Castro Urdiales
Retomamos ruta con la furgoneta camper que nos ofrece todas las comodidades que te puedas imaginar y antes de entrar en la comunidad de Cantabria hacemos noche en el magnífico aparcamiento habilitado en La Arboleda, una pequeña población minera llena de historia y vestigios de la actividad extractiva que caracterizó la economía de Bizkaia hasta los años 70 del pasado siglo.

Desde este excepcional lugar emprendemos viaje a través de Gallarta y Somorrostro, para tomar la autovía del Cantábrico en dirección a la señorial villa de Castro Urdiales (Cantabria). Una visita a su puerto de postal y su cuidado casco antiguo bien merece una sosegada parada. Aprovecha para degustar además los espléndidos pinchos en sus tabernas y bares.
De Laredo a Comillas

Tras pasar por Laredo y dejar la desviación hacia Santander, nos dirigimos ya sin dilación hasta Comillas. Pero, no es así, porque a pocos kilómetros de llegar nos detenemos para descubrir una maravilla de la naturaleza: el bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal. Ahí, entre sus senderos y árboles centenarios, te sentirás minúsculo en medio de gigantes de madera y ramas, una sensación casi indescriptible que conviene experimentar en primera persona.


Seguimos ruta. Llegamos a Comillas. El aparcamiento que hay frente a la preciosa playa es el lugar idóneo para estacionar la furgoneta camper. Es habitual ver en este espacio a otros amantes del viaje en autocaravana, camper y caravana, disfrutando de las magníficas vistas.
Comillas invita a una visita sosegada. Además de la zona playera, el ambiente sorprende al viajero en su centro urbano, con sus calles empedradas, tiendas, bares y restaurantes con amplias terrazas. Te recomendamos el restaurante Asador las Ruedas, en Comillas.
Si vas a Comillas tienes que visitar el Capricho de Gaudí, un magnífico edificio diseñado por el artista catalán. Este embaucador edificio es, junto a la Casa Botines de León y el Palacio Episcopal de Astorga, las únicas muestras arquitectónicas del famoso arquitecto fuera de Cataluña.

Como recomendación, no dejes de visitar su cementerio ubicado en una pequeña colina desde la que se ve el mar. En su interior, destaca la arquitectura de sus grandes sepulturas y no podrás resistirse a mirar, no sin un profundo sentimiento de nostalgia y tristeza, los antiguos nichos habilitados para niños.
Nos vamos con la sensación de que nos hemos dejado espacios de interés sin visitar, lo que tampoco importa mucho, sencillamente porque sabemos que volveremos a esta localidad del occidente de Cantabria. Sin duda, es un lugar al que apetece regresar.


Parque Natural de Oyambre
A muy poca distancia, ya por la carretera de la costa, llegamos al Parque Natural de Oyambre, enclave costero que abarca uno de los sectores más valiosos y mejor conservados de todo el litoral cantábrico. El parque natural se encuentra ubicado entre las poblaciones de Comillas, San Vicente de la Barquera, Udías, Valdáliga y Val de San Vicente.
Declarado parque natural a finales de 1988, estamos ante en un espacio protegido de 57 kilómetros cuadrados de extensión. Comprende los estuarios de la ría de San Vicente, la ría de la Rabia y entorno y, para asombro del turista, ofrece paisajes de acantilados, playas, dunas, marismas y otras rías de enorme belleza.

En el interior del parque encontrará el Monte Corona, una extensa masa forestal próxima a la costa, además de su amplia playa y rodeadas de dunas. El aspecto salvaje caracteriza, por suerte, a toda la zona, donde sobresale la playa de Merón.
La zona permite hacer un sinfín de actividades al aire libre y es, además, un territorio de gran riqueza ornitológica, localizada especialmente en sus rías y marismas. Te recomendamos llevar prismáticos y calzado cómodo, porque no querrás perderte muchos de sus atractivos.


¿Dónde comer en Oyambre?
En la playa de Oyambre podrás comer mirando al mar en el restaurante Pájaro Amarillo, un restaurante a pie de arena con amplias terrazas donde podrás comer de menú o a la carta. Sus pescados autóctonos de la zona son una de sus especialidades, a lo que se suma la rápida atención y la amabilidad del personal. Siéntete como un ‘rey’, porque así se denomina uno de sus pescados autóctonos y que a la brasa hará las delicias de tu curiosidad culinaria.

¿Dónde puedes aparcar la furgoneta camper?
Para aparcar la furgoneta camper no hay mejor lugar que el Caravaning Oyambre Cantabria, un espacio de acampada con tienda, cafetería y restaurante y todos los servicios necesarios para tu casa sobre ruedas. Estarás a poco más de 2 kilómetros de la playa de Oyambre y en los días claros podrás contemplar desde tu espacio de acampada los Picos de Europa. Si lo prefieres, puedes alquilar un cómodo bungalow por un precio de entre 65 y 70 euros que también convertirá tu estancia en el camping en una experiencia agradable y plena de relax. Un camping ideal para que sea tu lugar de emplazamiento desde el que recorrer varios parajes de la zona y, además, ubicado a sólo 5 kilómetros de dos villas tan bonitas como son Comillas y San Vicente de la Barquera.

San Vicente de la Barquera, ejemplo de ecosistema litoral
Y precisamente a San Vicente de la Barquera nos encaminamos para completar este sorprendente recorrido en camper. Esta coqueta población es un ejemplo de ecosistema litoral, porque además de acantilados, prados y bosques autóctonos te ofrece un sistema de dunas indescriptible que, junto con los del Parque Natural de las Dunas de Liencres, son de los más relevantes de toda la costa del Cantábrico.

El avistamiento de aves, el puerto, la playa y los paseos por sus calles y plazas es sólo una parte de lo mucho que puedes hacer en San Vicente de la Barquera. Por supuesto, en esta localidad no vas a tener ningún problema para degustar los pescados y mariscos de la zona. Hay muchos y todos con carta variada y amplias terrazas. ¡Anímate!
Como verás, el recorrido que os planteamos ofrece un sinfín de atractivos y recursos con los que disfrutar de la naturaleza en una zona del litoral cantábrico que sorprende a cada paso. ¡Buen viaje!


Por Rafa Monje