
Emina Verdejo y Matarromera Verdejo han sido dos de los triunfadores
Que el verdejo de Rueda es excepcional es algo que ya sabemos, pero siempre es gratificante que el duro trabajo tenga un reconocimiento. Por eso es tan significativa el resultado de una cata de verdejos españoles realizada por tres enólogas (Beth Willard, Sarah Jane Evans MW y Christine Parkinson). y que posiciona los de la D.O. Rueda como los mejores.
En el artículo publicado por Decanter, su autora, Beth Willard, expone que el 40% del vino que se bebe en España es de esta variedad pero que esos datos no tienen su reflejo en la exportación “¿Qué ven los españoles en estos vinos que el resto del mundo se está perdiendo?”, se pregunta el último posto del blog de la bodega Matarromera remitido a VYMM.
Dentro de los vinos catados podemos encontrar vinos jóvenes del año y otros con un paso por barrica, como es el caso de dos de las referencias Emina Verdejo Fermentado en Barrica y Matarromera Verdejo Fermentado en Barrica, dos excelentes vinos blancos que “no han perdido la tipicidad del Verdejo, joven y fresco, pero en los que el roble ha dado complejidad y ha atenuado la fruta, aportando refinamiento y profundidad de sabor, que de alguna manera ha agregado volumen y elegancia”, según afirma Christine Parkinson. “Tal y como muestran las puntuaciones, el potencial de la variedad Verdejo radica en su capacidad de producir vinos con mayor capacidad de envejecer”
Los vinos de la variedad verdejo en general y los fermentados en barrica, en particular, son vinos especialmente gastronómicos. Siempre lo hemos pensado, reiteran desde Matarromera, pero maridar vinos tan expresivos como los citados anteriormente es sencillamente delicioso.
Podemos maridar estos vinos con infinidad de platos, te recomendamos pescados azules como el salmón o el bonito, carnes blancas como el pollo o el conejo, quesos curados, ahumados… Pruébalos también con todo tipo de pastas y arroces.
Sobre Emina Verdejo Fermentado en Barrica
Desde Emina nos recuerdan que este vino elaborado en Medina del Campo (D. O. Rueda), es un blanco producido con uvas de la variedad verdejo. «Partimos de una parcela seleccionada asentada en un terreno con mucho cascajo. De ella conseguimos una producción muy limitada, en torno a 4.000-5.000 kg/ha, y una uva muy concentrada gracias a esos bajos rendimientos», afirma.

Esa uva va a fermentar en barricas de roble francés (nuevas) y, posteriormente, va a pasar por una crianza de unos 8 meses aproximadamente. Un aspecto muy importante es que, durante todo el proceso no existe un proceso de trasiego, es decir, el mosto entra en la barrica y, unos meses después, obtenemos esta auténtica joya vitivinícola.
Previo a esta elaboración existe un arduo trabajo en el campo (de selección de cepas y racimos), pero también en la bodega. Durante todos estos meses de crianza, tiene lugar un proceso de batoneado semanal. Es decir, todas las semanas, las lías (levaduras que llevan a cabo la fermentación), se ponen nuevamente en suspensión para aportar mayor complejidad al vino.
Estamos ante un vino con un color amarillo paja de intensidad media. Esto es debido a la maceración prefermentativa y a su crianza en barrica. Es un vino limpio y brillante que nos recuerda al oro vivo. Es un vino franco en fase olfativa. En él vamos a encontramos dos tipos de aroma, por un lado un característico varietal de hinojo y piña ensamblado con otros propios de la barrica como el pan tostado, la bollería, el brioche. Por otro lado encontramos tonos tostados de madera limpia y especiados de nuez moscada. En boca es un vino con mucho volumen, muy buena estructura. Untuoso y muy largo. Tiene una acidez equilibrada con el alcohol que le da una persistencia larga.

Sobre Matarromera Verdejo Fermentado en Barrica
Matarromera Verdejo es un reto, sostiene la bodega que dirige el prestigioso empresario Carlos Moro. Estamos ante un vino blanco con actitud de crianza y carácter de guarda. Para ello, durante varios años se seleccionaron las mejores parcelas, las que mejor se adapten a estos criterios de crianza y guarda. El momento de su “puesta de largo” fue el 25 aniversario de la fundación de Bodega Matarromera.
Este vino, cuya fermentación alcohólica tiene lugar en barricas nuevas de roble francés, vive una crianza de 6-8 meses dependiendo de las características de la añada y de la cata.
«En este vino buscamos un equilibrio entre fruta y madera de tal forma que, cuando catamos este vino el primer recuerdo que tenemos en la nariz es la fruta. Nos hace un recuerdo a fruta de hueso, a melocotón, tonos cítricos como el pomelo. Después vamos a encontrar el característico tono de hinojo. En un segundo plano, pero muy ensamblado con este, encontramos tonos de su crianza en madera, ebanistería fina, clavo, pimienta negra o nuez moscada que le dan complejidad. En copa es un vino graso con una estructura muy fuerte, con una pequeña punta de acidez para que no resalte el alcohol y que lo hace perfecto para cualquier comida», destaca la bodega.
«Vamos a descubrir como este vino va a evolucionar en copa y nos va a seguir sorprendiendo en cada sorbo. Es un vino muy complejo y elegante», concluye.