
Con una capacidad para 30.000 personas, es la cuarta iglesia católica más grande del mundo
El arquitecto florentino Filippo Brunelleschi se enfrenta un 7 de agosto de 1420 al mayor reto de su carrera. Fue ese día cuando oficialmente comenzaron las obras para la construcción de la cúpula que iba a cubrir el crucero de la Cattedrale di Santa Maria del Fiore, el más importante templo de Florencia. Un trabajo que supondría una solución ingeniosa para dar respuesta a uno de los mayores desafíos a los que la arquitectura ha tenido que hacer frente a lo largo de la historia.
La historia comienza el año 1418, cuando la Opera del Duomo lanzó un concurso público para la construcción de la cúpula de la catedral. El objetivo era encontrar un proyecto viable que, por fin, permitiese concluir la construcción de la basílica que comenzó en 1296, y que llegó a paralizarse en dos ocasiones, en 1304 y en 1348. Diecisiete participantes trataron de convencer al jurado de que su idea era la mejor, recoge el portal Idealista.
Solo dos de ellos pasaron a la fase final, el ya famoso Lorenzo Ghibberti y un, hasta el momento poco conocido, Filippo Brunelleschi. Ante la brillantez de las dos propuestas, el jurado decidió que ambos compartieran la dirección del proyecto. Sin embargo, la rivalidad comenzaría pronto a aflorar, lo que llevaría, tras varios errores, a la destitución en 1425 de Ghiberti y al protagonismo absoluto de Filippo.

Una revolución para la arquitectura
Los trabajos comenzaron en 1420, más de un siglo después del inicio de la construcción de la catedral en un gótico que era la corriente predominante en Europa desde mediados del siglo XII. Un estilo que, sin embargo, comenzaba a quedar obsoleto y era incapaz de dar respuestas al reto planteado. Por eso, Brunelleschi buscó otra fuente de inspiración, y la encontró en el Panteón de Agripa.
Diseñó un sistema de doble cúpula compuestas por ocho pechinas unidas por las estructuras de 24 nervaduras meridianas y 10 paralelas. De esta manera se aligeraba la carga y se mejoraba la estabilidad. Brunelleschi también diseñó un sistema de andamios, que actuaban de soporte y permitía a los trabajadores acceder a todas las áreas de la cúpula durante su construcción. Los ladrillos se colocaron en forma de espiga y la cúpula exterior se recubrió con tejas de terracota, marcadas por ocho nervaduras de mármol blanco.
El resultado fue una cúpula autoportante, es decir, que era capaz de sostenerse a sí misma, con forma octogonal, un diámetro exterior de 54,8 metros, un diámetro interior de 45,5 metros y una altura máxima de 116,50 metros. Belleza y tecnología se daban la mano es uno de los más impresionantes trabajos de arquitectura desarrollados hasta aquel momento, con el que se simbolizó el poder y la riqueza de la República de Florencia.
La repercusión de la cúpula
“La cúpula es una obra maestra absoluta del arte, encantando al mundo desde el momento de su creación: el símbolo de Florencia, de la cultura renacentista y de todo el humanismo occidental”, aseguran en la página web oficial del Duomo. Una opinión, por supuesto, indiscutible. Y lo cierto es que la construcción de la cúpula fue un hecho de gran importancia para la ciudad,
Pero, quizás, lo más importante es que esta cúpula marcó el inicio de una nueva época: el Renacimiento, un período de renovación y cambio en la historia del arte y la arquitectura, caracterizado por un retorno a los ideales clásicos de la antigua Grecia y Roma. Con ella se demostró el dominio de las matemáticas, la geometría y la ingeniería, y se sentaron las bases para el desarrollo de la arquitectura en los siglos siguientes, basadas en la racionalidad, la proporción y la armonía.
Actualmente, la basílica se encuentra dentro de la declaración del Centro histórico de Florencia como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1982. La cúpula de Brunelleschi continúa siendo uno de los lugares turísticos más visitados y un icono para la ciudad. Además de su incalculable valor histórico y cultural, desde ella se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de toda la ciudad.
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