
Las ONGs Kivu Jambo y Proyecto Rubare presentan un trabajo audiovisual dirigido por el cineasta y fotógrafo Eduardo Margareto
El largometraje es, sobre todo, un homenaje a todos los misioneros que han dejado su vida por ayudar a los más pobres
(Accede aquí teaser del documental)
Las ONGs de Castilla y León KiVu Jambo y Proyecto Rubare, junto a Honorato, Urbana, Domingo, y las hermanas de San José, son la esperanza que dejan su impronta, con varios proyectos de formación y promoción de los más pequeños y jóvenes en la República Democrática del Congo, uno de los cinco países más pobres del mundo. Un lugar inhóspito, de extrema pobreza y peligrosidad y, más concretamente, en los territorios del este, los más devastados y problemáticos por las continuas guerras.
En la localidad de Rubare, un lugar prohibido para las ONGs y La ONU, es donde realizó durante muchos años su labor humanitaria la hermana burgalesa María Presentación López. La labor de esta religiosa de la Orden de San José de Gerona (auténtica inspiración para los misioneros y miembros de las dos entidades solidarias) se vio temporalmente rota en octubre en 2008 cuando perdió las piernas durante un bombardeo de los rebeldes Tutsi que afectó de lleno a la casa donde residía con otras religiosas. A pesar de ello, la hermana Presentación decidió entonces seguir trabajando para mejorar las condiciones de vida de aquellas personas y de esa advocación y, es más, de ese empeño, surgieron las ONGs Proyecto Rubare y Kivu Jambo.
Con Mamá María, como referencia, el largometraje documental va desgranando todos los proyectos solidarios realizados y las iniciativas en curso destinadas a la población del Congo por parte de los protagonistas del proyecto audiovisual.
Mamá María: “Vivir para mí sola no tiene sentido. Yo creo que la vida es un servicio, es para darla, para ofrecerla. Dios nos la dio, la podemos dar nosotros. también, a Él y a los demás, yo veo así la vida, un servicio”
«Junto a los presidentes de Kivu Jambo, Francisco Martínez, y de Proyecto Rubare, Tomás Martínez, visitamos los proyectos de desarrollo para la población», describe la presentación del documental. Ambas organizaciones solidarias trabajan en la zona este del Congo desde 2008, apoyando proyectos en materia de educación, inserción laboral, infraestructuras, logística y derechos humanos a las personas más vulnerable de Rubare, Goma y la isla de Idjwi. En resumen, «sacando del infierno a miles de niños y jóvenes que nadie quiere ni nadie asume su cuidado, protección y futuro».
Con la hermana Urbana «visitamos el Centro de Salud de Rubare, una población que es pobre entre los pobres».
La hermana Georgette «nos habla de la guerra y cómo ha perdido el miedo».
La hermana Chantal cuenta «cómo de pequeña, junto a su hermano, tenían que dormir en un hueco en el bosque, para que la guerrilla no procediera a su secuestro».
En la isla olvidada de África, Idjwi, «asistimos a la inauguración de la primera escuela no pública de la isla y la mejor construida de la región de Kivu Norte. Un proyecto de Kivu Jambo y la Junta de Castilla y León».
Y en la ciudad de Goma, el salesiano burgalés Honorato Alonso «nos explica cómo hace 40 años, cuando llegó a esta población, ayudó a los jóvenes a esquivar la delincuencia a través de los valores del deporte». De hecho, organizó la primera liga de fútbol para jóvenes de Goma, campeonato que aún continúa celebrándose y en el que han participado ya miles de jóvenes y adolescentes. Por todo eso, Honorato es el blanco más conocido de la ciudad.

Héroes en el Congo es, sobre todo, un homenaje a todos los misioneros que han dejado su vida por ayudar a los más pobres.
La película, dirigida por Eduardo Margareto (Medina de Rioseco, Valladolid, 1967), se acaba de proyectar en la Fundación Círculo Burgos, una de las entidades colaboradoras. Lo exhibido en la sala ha sido un ‘working progress’ (un trabajo en proceso aún de finalización). Además, el largometraje cuenta con el respaldo de la Fundación Castilla y León, Producciones El Sueño del Monje y Castilla y León Televisión.
Francisco Martínez: “Los proyectos que tenemos en Congo son con los pobres de los pobres. Muchos de ellos no tienen ni para una comida al día. Hay familias que se reparten los días en los que cada uno come”
Durante la presentación, Eduardo Margareto, director del documental, ha explicado que para llevar a cabo este trabajo han hecho falta dos viajes, el primero de ellos en octubre de 2021 y un segundo desplazamiento, el pasado mes de marzo. A lo largo de este recorrido, han visitado el Centro de Salud de Rubare y han asistido a la inauguración de la primera escuela no pública de la isla y la mejor construida de la región de Kivu Norte, un proyecto que, tal y como han detallado, fue llevado a cabo por Kivu Jambo y la Junta de Castilla y León.

“El documental cuenta cómo una gente muy humilde se desplaza muy lejos de sus casa porque cree que tiene el deber de dedicar su vida a los demás, a la gente más necesitada y pobre”, ha subrayado Margareto, quien ha añadido que cuando conoció el proyecto que realizan allí las dos asociaciones burgalesas, así como el trabajo de los misioneros, le «impresionó que gente tan humilde hiciese una labor tan grande». «Son personas que han dado su vida en una zona muy complicada, porque es muy peligrosa”, ha rememorado Margareto, que agrega: Rubare es un lugar prohibido para las ONGs y la ONU. “Queremos transmitir que esta gente necesita mucho apoyo para seguir trabajando en aquella zona”, sostiene.
En este contexto, el presidente de Proyecto Rubare, Tomás Martínez, ha querido poner en valor el trabajo que realizan los misioneros burgaleses en el Congo, a los que ha calificado como una “especie en extinción”, dado que cada día son más mayores, aunque siguen llevando a cabo una labor desinteresada. “Los verdaderos héroes son ellos, los misioneros”, ha indicado. Por su parte, Presentación López ha recordado también la «necesidad» que hay en esa zona y ha afirmado que «cuando ves gente así, no te puedes quedar sin hacer nada».
Tomás Martínez: “Es muy difícil ayudar a los pobres, y más en el este del Congo”
Asimismo, Tomás Martínez ha explicado que Proyecto Rubare trabaja ya en un proyecto para llevar agua potable a esta zona de la República Democrática del Congo, que beneficiaría a 15.000 personas. Según ha expuesto, se trata de un proyecto “complicado”, dado que se tienen que llevar a cabo varios procesos previos. Pretenden presentar este proyecto a la Junta de Castilla y León y a la Diputación Provincial de Burgos con el fin de contar con subvenciones de ambas instituciones para culminar la titánica tarea. Porque titánica es crear una infraestructura hidráulica de estas características en una zona tan compleja y alejada del mundo que conocemos.
Exposición de fotografías
De forma paralela, la sala de exposiciones de la Fundación Círculo Burgos acoge igualmente una selección de una docena de fotografías que forman parte de una muestra más amplia que se inaugurará en el último trimestre del año.
La exposición fotográfica se titula ‘CONGO‘ y es un proyecto que hace un recorrido por todos los lugares donde desarrollan su trabajo Proyecto Rubare y la Fundación Kivu Jambo. «Las imágenes conforman por sí mismas un relato documental que nos descubre la cotidianeidad de cada día en este territorio hostil», señala Eduardo Margareto.
La mirada personal de los fotógrafos Wellington Dos Santos y Eduardo Margareto, director a su vez del documental ‘Héroes en el Congo’ y editor de la agencia de noticias de Castilla y León, ICAL, ponen un punto de poesía visual en los rostros de los habitantes y de los paisajes de esta zona del país africano.
Un trabajo que refleja fielmente la dignidad de la población y que permite acercarse a los hombres, mujeres y niños con respeto y conocimiento de sus tradiciones y formas de vida. Una estampa cotidiana de Rubare durante el día –de noche es territorio prohibido– es la de cientos de niños solos a las puertas de sus casas, mientras sus padres trabajan en el campo. Y esto es un solo ejemplo.
Estos pequeños son carne de cañón para perversos flautistas de Hamelín y una prioridad para las hermanas de San José que, con la ayuda de la ONG Proyecto Rubare, ha construido ya una escuela maternal y otra de primaria.
Honorato Alonso: “Me da alegría y paz interior, porque he hecho lo posible por transmitir valores morales, humanos, espirituales y creo que han sido bien acogidos entre los jóvenes”
Con ellos quieren poner también una base para dar un futuro a miles de otros ‘niños invisibles’ que tratan de sobrevivir en la dificultad. Son invisibles porque durante el día pasan el tiempo en el campo y surgen por la noche entre las calles para vender lo recolectado.
Junto con las escuelas, Proyecto Rubare se responsabiliza de una fábrica de azúcar, harina y pan, donde trabajan más de 20 personas y que representa el único proyecto de desarrollo y sostenibilidad en una de las zonas más pobres del mundo y bajo el azote de la violencia y el olvido externo.
Goma es una ciudad muy complicada. A la perenne pobreza y la violencia que mortifica el África de los Grandes Lagos, se une la amenaza de un volcán vivo, el Nyiragongo, cuya última erupción dejó la lava en la entrada del aeropuerto y otros males más contemporáneos, como la gestión de la diversidad (en 1994, en un sólo día entraron en la ciudad más de 10.000 hutus huyendo del terror tutsi) y los problemas ambientales de una urbe tan bulliciosa como caótica con sus cerca de 2 millones de habitantes.
La isla Idwji, cercana a Goma, es, en cambio, un lugar de paz, un paraíso natural y un paisaje espectacular con una vegetación exuberante. Pero también es el tercer lugar más pobre del mundo, después de Calcuta y Manila.
Son 40 kilómetros de tierra alejados de cualquier sitio que han servido en ocasiones de cementerio para los vivos que nadie quería y, en otras, de refugio para quienes huyen de una muerte segura. Muchos de sus 150.000 vecinos llegaron allí huyendo del genocidio de Ruanda de 1994. La extrema pobreza era, a la vez, una condena en vida y su salvación para no acabar entre los muertos que, por cientos, yacen en el fondo del lago Kivu que la circunda.
Sin embargo, en medio de este drama, el esfuerzo de un grupo de misioneros abre una luz de esperanza y de futuro. La ONG Kivu Jambo ha abierto en el corazón de la isla una escuela que rompe ese triste escenario y sirve de palanca del cambio esperado.
La exposición cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Burgos, Fundación Círculo Burgos y Caixabank.

Fotografía principal: Eduardo Margareto