Recala en Valencia hasta el 5 de abril para promocionar la comunidad andaluza
La embarcación, de 55 metros de eslora, ha atracado ya en más de 100 puertos del planeta
No es el velero bergantín de Espronceda. Más bien la réplica de galeón. Ni son piratas. Más bien, marinos culturales. Sí lleva 10 cañones por banda, como el bergantín, de hierro fundido con cureñas de madera de iroko. No es el Temido. Es el Andalucía, que se puede visitar en Valencia, en la Marina, junto al Edificio Veles e Vents, hasta el 25 de abril.
Bienvenidos al Andalucía, la réplica de un galeón español del siglo XVII, de los que integraban las flotas de Indias, de 55 metros de eslora, construido con iroko y pino, con seis cubiertas y casi mil metros cuadrados de superficie vélica en sus siete velas. Un museo flotante del otrora poderío naval español, que ha surcado ya más de 55.000 millas. Y que ha podido ser contemplado en Shanghái, Singapur, Hong Kong, Manila, Nueva York o Quebec… en más de 100 puertos del planeta, surcando sus velas el Pacífico y el Índico, cruzado el Atlántico y navegado por el Mediterráneo, mar Rojo, mar de la China, mar Egeo, Bósforo y el mar Caribe. Su misión, mostrarnos cómo era la vida a bordo antaño. Tras recalar ahora en Valencia, tocará otros puertos españoles antes de enfilar hacia Inglaterra y Francia.

Patearlo implica dar un pequeño salto en la historia para sumergirnos, con gel hidroalcohólico y mascarilla, en la épica del imperio español. El galeón Andalucía, patrocinado y construido por la Junta de Andalucía y la Fundación Nao Victoria, promociona el proyecto Guadalquivir Río de Historia. Permaneció junto al Pabellón de España, en el transcurso de la Exposición Universal de Shanghái 2010, convertido en embajador de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Nació en el astillero Varaderos Palmás, de Punta Umbría. En la ciudad de Huelva, posteriormente, se le instalaron los muebles, en una perfecta recreación histórica que toma su base de la documentación del Marqués de la Victoria. La singularidad de la vida a bordo nos muestra una nao en la que podían convivir hasta 150 personas. Oficiales, marineros, soldados, mercaderes, pasajeros y familias, junto a animales vivos embarcados, ¿te imaginas surcando los mares en cualquiera de las rutas desde España a América o las Filipinas? ¿Sabes que transportaban nuestros galeones? Trigo, aceite, vino, paños, tejidos, armas y herramientas, con destino a las colonias. Y, de regreso, oro, plata, marfiles, sedas, piedras preciosas…

¿Cómo no iban a ser nuestros barcos objetivo de piratas y corsarios, más con la patente de corso otorgada por la Pérfida Albion a estos delincuentes marinos con este documento que les daba autoridad legal para abordarlos? Legalizados, piratas y corsarios se convertían, de facto, en parte de la marina real inglesa.
Navegar, en aquella época, significaba, además de por los abordajes, que la muerte te rondara por enfermedades como el escorbuto, o falta de Vitamina C, la peste del mar. Por la falta de higiene, por la humedad. Por tormentas, huracanes, vías de agua, naufragios… Era estar a “tres o cuatro dedos de la muerte, que es el grueso de la tabla de un navío”. De la eterna sepultura de la mar.

Para más información:
www.fundacionnaovictoria.org/es
No te lo pierdas:
- Si te apetece bucear en la mar literaria del género: “La cacería”, de Alejandro Paternain. En palabras de Arturo Pérez-Reverte, tan gran marino como escritor: «Ésta es una novela singular, que cuando fue publicada aún resultaba insólita en la literatura contemporánea en lengua española. Una narración de aroma deliberadamente clásico, perfecta para lectores aficionados al mar; de ésos que, con la imaginación, todavía son capaces de viajar en la Hispaniola a la isla de los piratas, arponear ballenas a bordo del Pequod o combatir penol a penol en la Surprise, entre cañoneos y astillazos. Pero también es una historia perfecta para quienes consideran que abrir las tapas de un buen libro es franquear una puerta hacia la vida y la aventura. Así que una recomendación previa: quienes no sientan el escalofrío anticipado que hace batir de expectación la sangre en las venas lectoras, el encanto de las páginas con olor a mar y a pólvora, noches de guardia bajo las estrellas, rumor de velas henchidas por la brisa allí donde empieza la única verdadera libertad del hombre, a cincuenta o cien millas de la costa más cercana, pueden navegar hacia otra clase de novelas, todas perfectamente honorables, y dejarnos tranquilos aquí, entre colegas, con nuestros esqueletos en el cofre del muerto y nuestra botella de ron«.
Datos de interés del Galeón Andalucía:
DIMENSIONES:
- Eslora total: 49,40 m.
- Manga: 10,10 m.
- Puntal: 6.07 m.
- Calado: 3,00 m
- Desplazamiento: 589,00 Tn.
PALOS:
- Mayor con verga de velas Mayor y Gavia (cuadras)
- Trinquete con vergas de velas Trinqueta y Velacho (cuadras)
- Mesana con vela mesana (latina)
- Bauprés y Torrotito. Con verga de vela Cebadera en el Baupres y
- vela Sobrecebadera en el Torrotito (cuadras)
VELAS:
- Mayor, Gavia, Trinqueta, Velacho, Mesana, Cebadera, Sobrecebadera. Superficie vélica: 965 m².
CABULLERÍA:
- 10.415 m. de mena entre 16 y 80 mm.
MOTONERIA:
- De madera de iroko o roble.
ANCLAS:
- Dos anclas de cepo, cada una de ellas de 800 Kg. de peso, de hierro fundido con cepo de madera.
Horario de visita: De 10:00 a 19:00 horas.
Precio tickets:
- Adultos: 6 €.
- Niños (5- 10 años): 3 €
- 15 €: Pack Familias: 2 adultos + hasta 2 niños de entre 5- 10 años.
- Menores de 5 años: Gratis, pero deberán ir acompañados por un adulto.

Por Rafael de Otero-Sevilla