El Renault Arkana Híbrido frente al Castillo de Torrelobatón, en la provincia de Valladolid

Nos adentramos en una parte de los montes Torozos, donde la revolución híbrida de Renault y el hipnótico paisaje castellano constituyen una perfecta simbiosis

Hay rutas donde el silencio forma parte ineludible de la escapada. Pero realizarlas además a bordo de un vehículo como el Renault Arkana E-TECH Híbrido 145 por una parte de la ‘Ancha es Castilla’ y entre horizontes despejados, a los que nadie como Miguel Delibes supo poner color, la experiencia se transforma entonces en una emoción absolutamente recomendable.

¿Nos acompañas para descubrir por qué?

Nos despejamos del ajetreo de la ciudad y nos perdemos por esas carreteras secundarias en las que disfrutar del placer de conducir con calma es puro ocio. De la mano de este vehículo, un combinado de SUV y coupé en el segmento C que forma parte de la amplia gama de Renault, nos adentramos en una parte de esos montes Torozos que jalonan un horizonte despejado y una intensa planicie de cereal y a los que, como nadie, Delibes fue capaz de poner color. Allí a cualquiera se le viene a la mente el dicho ‘Ancha es Castilla’.

Nuestra ruta del día comienza en el camino inclinado que une Valladolid con Zaratán; una villa que, pese a haberse convertido en ciudad dormitorio, conserva su entramado medieval con casas de ladrillo, piedra y adobe, con algunos escudos nobiliarios y su iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, construida en piedra con un pórtico con columnas.

Tras degustar unas sabrosas salchichas, tan típicas de Zaratán, proseguimos por la hipnótica llanura de Tierra de Campos, por la VA-514, que nos permite mirar a derecha y a izquierda ese movimiento del cereal que cambia de tonalidad con cada paso de estación. Del amarillo, al ocre, al verde o incluso al blanco encarchado.

Wamba, entre huesos y reyes

Justo cuando se atisban las primeras ondulaciones del terreno alcanzamos, 12 kilómetros después, la primera de nuestras grandes metas de la escapada: Wamba, con la extravagancia de ser el único municipio de toda la geografía española en empezar con la letra ‘w’. Tal nombre luce desde que allí en el año 672 se eligió al noble Wamba como monarca godo en sustitución de Recesvinto, que murió en esa localidad en pleno valle del Hontanija. Y es que el dictado de la tradición mandataba que donde moría un rey se coronara al siguiente.

No solo guarda entre su caserío la historia de esos reyes godos, sino que ha preservado una riqueza patrimonial en forma de joya: el osario.

Pero antes de dejarnos maravillar por el monumental tetris oseo a media hora de Valladolid, nos empapamos del valor de la iglesia de Santa María, con su maravillosa cabecera primitiva de la época mozárabe (siglo X) y el resto de estilo románico del siglo XII, que antaño fue de la orden militar de los Hospitaleros de San Juan de Jerusalén. 

Antes de atravesar su pórtico, nos animamos a fotografiar esa extraña y a la vez natural mezcla que aporta la riqueza monumental con un coche que ofrece varias ventajas como múltiples combinaciones de funcionamiento entre el motor térmico y el motor eléctrico y maximiza la reducción de las emisiones de CO2 en el uso.

El Renault Arkana E-TECH Híbrido 145 en Wamba.

Ya en el interior de la iglesia asombra contemplar el artesonado de madera que cubre las naves y encontrarse con una bóveda de palmera y unos retablos dignos de mención de estilo flamenco.

Para el final dejamos la visita al famoso Osario, el más grande visitable de España, con cientos de tibias, fémures y calaveras que se hacinan, perfectamente dispuestos, sobre las paredes de una pequeña estancia.

Osario de Wamba.

Sobrecoge. Impresiona. Si ahora resulta espectacular esta colección de huesos, no nos podemos imaginar cómo sería antes de que en la década de los 50 del siglo pasado el doctor Gregorio Marañón trasladara infinidad de muestras para que hiciera prácticas sus alumnos de la Facultad de Medicina de Madrid.

Detalle de la iglesia de Wamba.

Nos damos la última vuelta por Wamba, entre calles con algunos casones solariegos. Nos encontramos la escultura del rey Wamba y dos ermitas: la de Santa María de la Encina y la del Cristo del Humilladero, a las afueras. Un recorrido silencioso a bordo del este Renault, equipado con tecnología propia de la Fórmula 1 y un sistema de combinación de marchas tan suave que es imperceptible.

Torrelobatón

Ponemos rumbo a Torrelobatón por el mismo valle por el que aún se oyen los ecos de la batalla entre los comuneros, conducidos por Padilla, Bravo y Maldonado, contra un Carlos I de España y V de Alemania prepotente que agravió al pueblo.

Arriba y abajo, el Renault de la serie R. S. Line junto al Castillo de Torrelobatón, en la provincia de Valladolid.

Ya desde lejos, mientras recorremos la llanura, podemos alcanzar a ver en el horizonte la silueta del inconfundible Castillo de Torrelobatón o el Castillo de los Comuneros. Visible desde cualquier punto del Valle del Hornija, aupado sobre un teso, un enorme castillo armónico y elegante, de planta cuadrada de perfectas proporciones, con una torre del homenaje con ocho anillos en lugar de almenas y tres torres cilíndricas. Desde sus almenas da la sensación de que se ve media Castilla. Ahí también comprobamos esa perfecta simbiosis entre la monumentalidad excepcional de la zona y la armonía que aporta un vehículo con un acabado impecable, que se refuerza en el R. S. Line, y que no irrumpe en ningún momento el sosiego de este bello municipio.

El castillo es una de las fortalezas mejor conservadas y testigo privilegiado para entender por qué y cómo se produjo entre los años 1520 y 1521 la Guerra de las Comunidades, de tanta repercusión para la historia de Castilla y León.

La estética del Arkana es deslumbrante y más frente a uno de los castillos mejor conservados de España.

No en vano, el Castillo de Torrelobatón fue el último cuartel general del ejército comunero, el último lugar en el que permaneció antes de sucumbir a la emboscada que acabaría el 23 de abril de 1521 en Villalar con los cabecillas y con todo el movimiento. De ahí que no sea extraño que hoy acoja el centro de interpretación del Movimiento Comunero.

Fue el escenario de consignas y también telón de cine. Se hizo famoso porque allí se rodó una parte de la película del Cid, con Charlon Heston y Sofía Loren como protagonistas y más de 350 vecinos de la localidad como extras.

Aunque en Torrelobatón todas las miradas reparan en el castillo, nosotros aprovechamos para descubrir las casas blasonadas de piedra, ladrillo e incluso adobe, la plaza del Ayuntamiento porticada, el arco o la arruinada iglesia de San Pedro del siglo XVI, que aún permite hacerse una idea de la grandiosidad de entonces.

Una vez que cruzamos la puerta de la muralla la vista se detiene en la airosa iglesia de Santa María, la única hoy utilizable de las tres que llegó a tener Torrelobatón, con su cuerpo mudéjar y su pórtico neoclásico. Porque en cualquier pueblo de Castilla y León no hace falta más que ‘rascar’ un poco para encontrar arte y patrimonio.

El Arkana y el paisaje castellano suponen una perfecta simbiosis.

Fuensaldaña

Y del Castillo de Torrelobatón vamos camino de otro que ‘engloba’ entre sus muros a todas las fortalezas de Castilla y León. Así que regresamos sobre nuestros pasos por el mismo valle, entre típicos paisajes de planicies de la provincia vallisoletana. Dejamos a un lado Castrodeza, damos un último saludo a Wamba y a partir de ahí tomamos la VP-5001 hasta Villanubla en nuestro camino hacia Fuensaldaña.

Ya en esa villa vallisoletana, de pasado vacceo y eslabón de la Ruta del Vino de Cigales, nos dirigimos sin dudarlo hacia el Castillo de Fuensaldaña que conserva su gran porte desde que fuera mandado construir a mediados del siglo XV por la familia de los Vivero (la misma que poseía el palacio de Valladolid donde se casaron los Reyes Católicos el 18 de octubre de 1469). Tal fue, en un principio, la relación entre ambas familias que Isabel y Fernando pasaron allí su luna de miel.

Un rebaño de ovejas pasa delante del castillo de Funensaldaña.

Sus muros de piedra no solo esconden historias de la realeza, también fueron ocupados por las tropas comuneras (1521) e incluso, durante casi un cuarto de siglo (de 1983 a 2007), por los procuradores elegidos para liderar las Cortes de Castilla y León desde el patio de armas sobre el que se construyó el hemiciclo. Tras años de impasse se ha reconvertido en el centro de Interpretación de los Castillos en 2019.

Este castillo señorial de la Escuela de Valladolid se eleva erguido con su vistosa torre del homenaje, de más de 32 metros de altura a la que se accede a través de una escalera de caracol y que ofrece unas vistas insuperables hacia el páramo vallisoletano. Y por si fuera poco cuenta el honor de haber sido el escenario donde Félix Rodríguez de la Fuente capturó el primer halcón peregrino.

Su interior, lleno de recovecos, consta de tres pisos y un sótano, en los que se explica el origen de los castillos, qué son las fortificaciones, cuándo comenzaron a construirse en la Península Ibérica, quién las mandaba construir y cómo se levantaban.

No abandonamos Fuensaldaña sin recorrer sus calles en busca de la iglesia de San Cipriano, de origen gótico con su arco apuntado, y el convento de las Monjas Recoletas de la Concepción, pero sobre todo sin probar un vino de Cigales con un exquisito lechazo asado en una de sus tradicionales restaurantes-bodegas, como la Nieta.

Y con ese buen sabor de boca regresamos de nuevo a la vorágine de la ciudad, tras disfrutar de una perfecta ruta con el Renault Arkana, de cuyo lanzamiento se cumplirá el primer año a finales de marzo.

Los inicios de una conducción eléctrica

No queremos dejar de subrayar la alta tecnología híbrida del vehículo que nos ha permitido disfrutar de unas horas de doble ocio: la conducción y el paisaje. El motor E-TECH Híbrido está basado en una arquitectura híbrida llamada ‘serie-paralelo’, que aporta varias ventajas como son las múltiples combinaciones de funcionamiento entre el motor térmico y el motor eléctrico.

La motorización E-TECH Híbrido 145 cv consta de un motor térmico 4 cilindros de gasolina 1.6 de nueva generación desarrollado por la Alianza. Este último está adaptado a la tecnología híbrida y está dotado de un filtro de partículas para limitar las emisiones contaminantes. Su potencia es de 69 kW (94 cv) y está respaldado por dos motores eléctricos -un «e-moteur» (36 kW) y un motor de arranque de alta tensión de tipo HSG (High-Voltage Starter Generator) de 15 kW.

Con su batería de ión-litio de 1,2 kWh (230V) situada en el maletero, esta motorización E-TECH Híbrida garantiza una importante reducción del consumo de carburante y de las emisiones de CO2. Con ello se obtiene hasta un 80% del tiempo circulando por ciudad en todo eléctrico, y el consumo puede llegar a reducirse en hasta un 40% con respecto a un motor térmico tradicional. El Arkana E-TECH Híbrida ofrece un consumo mixto de 4,8 l/100 km y emisiones de CO2 de 108 g/km, que le aseguran la exención total del impuesto de matriculación en España.

No olvidéis tampoco que la batería se regenera durante la desaceleración y el frenado, y cuando el motor funciona en su régimen adecuado, puede recargarse a través del motor térmico, utilizando la energía térmica sobrante que no se requiere para el funcionamiento del vehículo. Esta tecnología garantiza silencio del motor y confort de conducción limitando la pérdida de energía.

En modo todo eléctrico, Nuevo Arkana E-TECH Híbrido puede circular hasta 75km/h.

Con esta propuesta mixta, el conductor se beneficia de un estilo dinámico de categoría, así como de una tecnología que le garantiza la máxima eficiencia y polivalencia. Además, se beneficia de la obtención de la Etiqueta ECO impartida por la Dirección General de Tráfico en España, y todas sus ventajas inherentes.

Sinceramente, las ganas de preparar nuevas rutas a bordo de este SUB, tan versátil que lo hace inigualable en su sector.

Vídeo resumen de la ruta.

Texto: MAR PELÁEZ Y RAFA MONJE

Fotografías y vídeo: E. MARGARETO

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